El ministro de Economía, Luis Caputo, junto Facundo Gómez Minujín, de JP Morgan (Maximiliano Luna)

“El mercado continúa festejando un cierre del primer año de Milei en el que plan económico viene funcionando, ya que baja la inflación, la actividad ha logrado rebotar (tímidamente por ahora pero rebote al fin) el crédito empieza a expandirse y la brecha casi ha desaparecido”. La síntesis del momentum que vive el mercado pertenece al analista del Grupo IEB, Nicolás Cappella, y exuda optimismo. Es el sentir generalizado de inversores, analistas y bancos de inversión que ya aventuran un futuro más brillante del que pronosticaban hace poco (también relativamente bueno) en el que la inflación sigue a la baja y el crecimiento al alza con mayor contundencia que hasta ahora.

Eso es lo que difundió en sus últimos informes esta semana el principal banco de inversión norteamericano JP Morgan, en el que advierte que en términos anualizados la actividad ya se aceleró a un ritmo insospechado y que la inflación no sólo seguirá bajando sino que son los alimentos, la categoría más sensible del IPC, los que alientan esa reducción.

Tras el dato de octubre, que arrojó una inflación de 2,7%, por debajo de las proyecciones de su estimación inicial, la entidad revisó sus pronósticos de para el cierre del año y redujo su estimación a un 120% anual mientras que recortó sensiblemente su expectativa para los primeros meses del próximo año. Ahora prevé que en el primer trimestre de 2025. el promedio de inflación se ubicará en 2,5% mensual en contraste con el 3,8% promedio por mes que anticipaba hasta hace pocos meses lo que implicará hacia fin de año una inflación de “apenas” 29 por ciento.

Esa reducción, en gran medida, es atribuída a la advertencia del presidente Javier Milei respecto del recorte en la tasa de devaluación o crawling peg. El mandatario advirtió que si el IPC se mantiene en los niveles del mes pasado durante dos meses, reducirá a la mitad el ajuste mensual del tipo de cambio oficial, que pasaría de 2% a 1% por mes en caso de que se mantuviera el actual esquema de ancla cambiaria.

“Esta forma de proceder estaría más en consonancia con el aplazamiento de la transición a un nuevo marco cambiario hasta finales de año”, señaló el informe del JP Morgan, quien desde hace meses insiste con que el cepo será levantado en este último trimestre del año.

Pero la corrección de proyecciones más entusiasta del banco llegó por el lado del crecimiento, estimación que prácticamente duplicó respecto de su cálculo de hace apenas un mes y medio. Ahora, la entidad proyecta que en el tercer trimestre la economía tuvo un crecimiento del 8,5% anualizado cuando en octubre previó que esa tasa se ubicaría en 4%, tras corregirla de un muy tenue 2 por ciento. Según el JP Morgan, esas estimaciones confirman que el piso de la recesión se tocó en el segundo trimestre del año, en línea con todas las demás estimaciones del mercado y también las estadísticas oficiales que sitúan ese piso en abril.

En sus sucesivos informes, el banco viene realizando una comparación del actual ciclo recesivo con crisis anteriores. Tras el repunte de la actividad en julio, la entidad consideró que la crisis de este año anotaba la misma dinámica que la de 2015-2016, más breve y menos profunda que las que siguieron en los años sucesivos a partir de 2018. Pero con las nuevas proyecciones, estima ahora que el nivel de actividad reciente ya supera el de la recesión de 2015-2016.

El optimismo de JP Morgan se emparenta con el del propio ministro de Economía, Luis Caputo, quien hace pocos meses incluyó en el Presupuesto 2025 una proyección de 3,5% de caída de la actividad, que luego relativizó. No obstante, pocos días atrás en el marco del 60° aniversario de la Fundación Fiel, aseguró que la caída de la economía en 2024 finalmente será de entre 2% y 3%, por debajo de su propia estimación anterior.