De pronto el agua invadió Bahía Blanca y tomó a todos sus habitantes desprevenidos. Comenzó a entrar en las casas y fue imposible salvar algo, mientras las calles se convertían en ríos los autos comenzaron a ser arrastrados, a chocar unos con otros, incrustándose contra construcciones y árboles. En las viviendas los muebles comenzaron a flotar: sillones, mesas, sillas, heladeras; todo estaba perdido.
Siete días después la localidad al sur de la provincia de Buenos Aires, Cerri e Ingeniero White (las más afectadas) y los pueblos en los alrededores intentan muy lentamente volver a la normalidad. Algunos barrios siguen sin agua, sin luz, sin comunicación.
El tren solidario que partió de la estación Constitución con toneladas de donaciones llegó el miércoles 12, lo mismo sucedió con otros envíos desde todo el país hacia Bahía Blanca.
El saldo hasta ahora es de 16 personas fallecidas, cerca de 100 desaparecidas, entre ellas, Delfina y Pilar Hecker -de 1 y 5 años-, quienes fueron arrastradas por al agua.
Edición fotográfica: Fernanda Corbani