“En corrupción, la evaluación de la gente respecto del gobierno de Milei tiene más saldo favorable que desfavorable”, plantea. “El criptogate no afectó la valoración de la gestión de Milei pero mucha más gente valora críticamente lo que hizo el Presidente”, describe. “El criptogate no tuvo gran nivel de impacto en los varones jóvenes que apoyan a Milei”, aclara. “Para mi sorpresa, en la mayoría de las propuestas antiwoke del Gobierno, hay más acuerdo que desacuerdo”, señala. “Sí hubo más desacuerdo que acuerdo en quitar el término “femicidio” que agrava las penas”, aclara. “Mantener la legalización del aborto y el matrimonio igualitario también tienen más acuerdo que desacuerdo”, agrega.
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“La relación de Milei con Trump o Musk no es tan relevante para los argentinos”, explica. “En la Provincia de Buenos Aires, hoy la elección está abierta. Hay paridad con el peronismo en la intención de voto”, subraya. “Si no hubiera un acuerdo entre La Libertad de Avanza y Pro, hasta podría ser levemente favorable para el peronismo”, advierte. “La expectativa es que Milei va a tener mejor voto en el interior que en CABA y PBA”, agrega. “Si la elección fuera hoy, La Libertad Avanza haría una muy buena elección. Si va con Pro, más todavía”, desarrolla.
“La expectativa es que inclusive en un distrito que perdió en 2023, como la PBA, está peleando para ganarla. Aunque la pierda, igual va a tener una cantidad de legisladores importante”, sintetiza. “La principal cuestión de la elección nacional de octubre es cómo evoluciona la situación económica: el Gobierno tiene que estar atento a eso”, advierte. “Hay gente que no solo espera que la inflación baje sino también recuperar parte de lo que viene perdiendo: espera una visibilidad en su familia de una mejora en los ingresos”, analiza. “Sigue habiendo más argentinos que dicen que tienen menos poder de compra que los que dicen que tienen más”, concluye.
El reconocido consultor Federico Aurelio estuvo en La Repregunta. Aurelio es director de la consultora Aresco-Julio Aurelio, especializada desde hace décadas en investigación política y social en la Argentina. Cada mes, Aresco hace tres encuestas nacionales para seguir el pulso de la opinión pública. Desde que fue el encuestador que anticipó el sorpresivo triunfo de Milei en las PASO 2023, sus datos están entre los que el Gobierno mira con gran interés.
Del criptogate a Lijo, ¿Milei entra en zona de riesgo o no? ¿Qué piensan los argentinos? ¿Cómo cayó el criptogate en su base clave de votantes, los varones jóvenes de las redes sociales? ¿Por qué sobrevive la identidad “anti casta”? Trum y Musk: ¿le importa o no a los argentinos? ¿Qué tiene que ver el ajuste con la lucha anticorrupción? “Núcleo convencido” vs “núcleo blando o esperanzado”: ¿qué piensa de Milei el 54% de argentinos que lo apoya? Guerra anti woke: el aborto, ¿su batalla más difícil? ¿Por qué la macro estable no posterga la demanda económica?
Basado en datos de una encuesta nacional realizada tres días después del criptogate, Aurelio hizo su análisis. Aquí, la entrevista completa.
Milei y la escalada de conflictividad. ¿Crece o baja el apoyo popular? “Núcleo convencido” v “núcleo esperanzado”
-Escalada de conflictividad, de un tema al otro: en lugar de encontrar una cierta calma en medio de logros económicos interesantes, el Gobierno va de tema en tema cada vez más conflictivo. ¿Cómo está respondiendo la opinión pública a esto?
-Es un gobierno que se ha mostrado muy activo en varias dimensiones, no solamente en lo económico, casi desde el inicio. Cuando el Presidente plantea la batalla cultural, implica que va por muchas otras cuestiones, aparte de lo económico. Desde la óptica de la opinión pública, a diferencia de los que estamos más informados en los medios o en la investigación de las cuestiones políticas, que todas las semanas no vemos sorprendidos por hechos nuevos y nos preguntamos si esto o lo otro cambiará la valoración de la sociedad, la sociedad está bastante ausente de estas discusiones semanales. Por eso, las valoraciones son bastante más estables. Eso es para lo bueno y para lo malo: en un momento malo, la gente no estará siguiendo los temas tan linealmente. Pero en un momento donde el Gobierno necesita crecer, que la gente no siga el día a día del Gobierno tampoco le va a permitir recuperar el crecimiento que necesitaría. En estos casos, la variable para saber cuánto le puede incidir a la gente o no es pensar siempre cuánto le cambia este hecho al día a día de la gente. La designación de los jueces de la Corte Suprema, antes de que empiecen en sus funciones y puedan actuar bien, regular o mal, no pareciera ser un tema que le vaya a cambiar el día a día a la gente. Dentro de los que acompañan a Milei, que tienen características diversas, hay un núcleo que nosotros denominamos el “núcleo convencido”, convencido ideológicamente, que lo valora muy positivamente, al que le está yendo bien económicamente, que lo va a apoyar en casi todas las cuestiones que encara el Presidente, por más diversas que sean. Y después, hay un núcleo que nosotros denominamos “esperanzado”, el núcleo un poco más blando, que no está tan convencido.
-¿Ese núcleo sería el votante de lo que fue Juntos por el Cambio en 2023, el 21%?
-No. Ya no hay tanta diferencia entre el que votó a Patricia Bullrich o votó a Milei. Las diferencias están dadas más por el convencimiento o no respecto de las cosas que hace Milei. Hoy tienen características bastante similares. La variable que más los separa es la cuestión económica: de un lado, los que ya están mejor y del otro, los que todavía no están mejor pero tienen esperanza de que lo van a estar.
-¿Es decir, el punto de partida de los resultados electorales de 2023, cómo se dividió eso en la primera vuelta y en el balotaje, ya no juega para analizar el escenario actual?
-A nivel nacional, ya no juega. En algún distrito como la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO es importante, hay algunas diferencias entre el seguidor del PRO y el de Libertad Avanza, pero a nivel nacional, el voto de la primera vuelta ya no es lo que diferencia al elector de Milei.
-¿La variable clave, entonces, es cómo impacta el resultado económico? Todos están atravesados por la economía y es a favor o en contra según cómo le va a cada uno.
-Sí. Esa es la principal variable. Por supuesto, están los que tienen cuestiones político ideológicas por las cuales no acompañan a Milei.
Milei, del caso Lijo a las elecciones de 2025. De PBA al interior. ¿Por qué las gana aunque pierda?
-La economía es el gran divisor. ¿Cómo atraviesa ese escenario la preocupación institucional que cierto votante que acompañó a Milei, que venía de Juntos por el Cambio, tenía en cuenta? Me refiero, por ejemplo, a la cuestión republicana y el impacto del tema Lijo.
-En ese núcleo, que no es el convencido sino el esperanzado, que no está de acuerdo con todo lo que hace Milei ni con muchas de las cosas que expresa, puede no estar de acuerdo con esta decisión. Hoy es un factor que no cambia la valoración de la gestión, de la misma manera que tampoco lo modificó el tema de la criptomoneda. Pero en este núcleo esperanzado, hubo más gente que no le gustó el tema de la criptomoneda que los que avalaron la posición del Presidente. Se van sumando factores. Este núcleo esperanzado o blando es más o menos la mitad de los que acompañan, no son pocos: un 27% de los argentinos. Es un porcentaje importante. A su vez, tienen la demanda de que a partir del 2025 mejore su situación. Todavía consideran que las mejoras no son suficientes: no demandaron que las mejoras se vieran en 2024 porque era el primer año de gestión. Pero en 2025, este núcleo blando pretende ver resultados y mejoras de la situación. Si no las ve y encima de todo, suceden varios hechos que no les gusta, puede modificar su posición.
-El gran tema aquí es cómo llega a esa percepción de la opinión pública respecto de Milei y de su gobierno a la elección legislativa de este año. Podría darse el siguiente escenario: una acumulación de estas escaladas semana a semana, que parece ser la lógica que ha adoptado el Gobierno. Con una macroeconomía estable pero que no termina de resolver la situación personal de una parte de sus seguidores, dado que en una elección legislativa hay mayores márgenes de libertad a la hora de votar, ya no es un blanco o negro como se plantea en un balotaje presidencial, ¿el Gobierno corre más riesgos?
-Ese núcleo blando tiene otra característica. Por un lado, reconoce que hay cosas que no le gusta, pero como hay una mayor estabilidad económica, con una menor inflación, igual lo acompaña. Por otro lado, esa otra característica es el enojo que tiene con toda la dirigencia tradicional. Antes de Milei, se veía un enojo de la sociedad con la dirigencia pero después llegaba un proceso electoral y los dos principales espacios sacaban el 90%. La pregunta era: ¿dónde está el enojo si terminan votando por los mismos? Esa acumulación de enojo es obviamente clave en la génesis de Milei, y eso sigue vigente. Cada vez que sucede algo y algún dirigente de la oposición intenta capitalizarlo con críticas, rápidamente el Gobierno nacional toma a ese dirigente opositor para plantear: ¿qué quieren? ¿Volver a lo de antes? Y es más: esas críticas funcionan más como un aval para el Gobierno que como una crítica. Todo va a depender de los distritos. Yendo a la implicancia en la elección, no nos olvidemos que no es una elección nacional: es una elección donde vamos a ver realidades distintas en los distritos. Por ejemplo, en la Provincia de Buenos Aires, el distrito donde habitualmente se ponen principalmente los ojos en esta elección de medio término…
-Donde el kirchnerismo sigue teniendo cierta fortaleza.
-Donde el peronismo tiene una fortaleza importante. Hoy, a pesar del buen momento de acompañamiento que tiene Milei, es una elección abierta. Hay paridad en la intención de voto. Si no hubiera un acuerdo entre La Libertad de Avanza y Pro, hasta podría ser levemente favorable para el peronismo. Lo que pase en la PBA puede generar un impacto nacional, independientemente de que a nivel nacional al Gobierno le vaya bien, como sucedió en otros casos. Está el caso de 2009, cuando el kirchnerismo ganó a nivel nacional pero Néstor Kirchner perdió con De Narváez en la PBA y se consideró una derrota. Volvió a pasar en 2013 con Massa. Es decir, hasta ahora todos los ganadores de medio término en la PBA después no ganaron en la elección general. De Narváez no evolucionó nacionalmente. Massa, tampoco en 2013. En 2017, ganó (Mauricio) Macri y después, en 2019 ganó el peronismo. Y en 2021, volvió a ganar Cambiemos pero en 2023, ganó Milei.
-Ahora, en términos de la renovación del Congreso y de los nuevos diputados y senadores que necesita el Gobierno nacional, ¿es más importante las bancas que coseche en el interior? Aunque no lidere la cantidad de bancas nacionales que se lleve de la PBA o de CABA, ¿puede lograr un volumen mucho más interesante recogiendo apoyo en el interior: ahí está más asegurado el apoyo a Milei?
-Sí, en el interior tiene un mejor acompañamiento. La expectativa es que tenga un mejor voto que en CABA y en PBA. Ya hay una certeza: La Libertad Avanza mejorará respecto de la elección de hace cuatro años. Indudablemente, va a tener una mejor representación. Ahora, tengamos en cuenta que La Libertad Avanza legislativamente se veía apoyada por casi toda la bancada de Cambiemos.
-La oposición amigable.
-Sí, exactamente, las bancas que ganó Cambiemos en la última elección en 2021 con el 41 o 42%, se renuevan ahora.
-Aquella fue una elección histórica.
-Sí, porque además ganó la PBA. Ahora habrá más diputados de la Libertad Avanza y menos de Cambiemos, que en definitiva legislativamente hablando, venían acompañando igual al Gobierno: asi que eso no se modifica. Si las elecciones fueran hoy, La Libertad Avanza haría una muy buena elección. Y si va en alianza con el Pro, aún más todavía. Y tendría una representación muy buena. La expectativa es que inclusive en un distrito que perdió en 2023, como la PBA, está peleando para ganarla. Aunque la pierda, igual va a tener una cantidad de legisladores importante.
-El espacio que se licuó y está intentando sobrevivir es el de Pro, que tiene mayor riesgo.
-Claramente.
Milei, entre los logros económicos y el criptogate y Lijo. ¿Qué le importa a la gente hoy?
-El Gobierno tiene logros económicos muy reconocidos: no sólo la baja de la inflación, también el superávit fiscal e indicadores de reactivación de la economía aún habiendo hecho un ajuste histórico. ¿Por qué prefiere desplazar ese foco de atención y centrarse, por ejemplo, en esta gran polémica que se da en relación a Lijo o en otras polémicas, como la del enfrentamiento con Domingo Cavallo, que termina con el despido de su hija de manera muy discrecional de la OEA? ¿Por qué hace eso el Gobierno?
-Es una buena pregunta. En una entrevista, el Presidente dijo: “yo me tengo que concentrar en mi job description, y mi job description es que tengo que mejorar la economía, tengo que bajar la inflación, tengo que bajar la pobreza”. Lo dijo claramente. Y sin embargo, después suceden todos los hechos que señalás. Muchas de las decisiones que toma el Gobierno las considera necesarias: por ejemplo, el tema de la Corte Suprema para que tenga un mejor funcionamiento. Pero después hay otros temas como la agenda woke y la polémica internacional a partir de su conferencia de Davos: indudablemente, es parte de esa batalla cultural que, desde el primer día, el Presidente dijo que quiere dar, y que está dando con mayor o menor éxito, dependiendo del tema en el cual se involucre. A pesar de su descripción, eso de concentrarse en lo principal, está abarcando muchísimas otras dimensiones. Muchas le están generando más discusiones que beneficios. Seguramente, deben sustentarse en este razonamiento de que no afectan al conjunto de la gente sino a determinados segmentos. Quizás se sienten más fortalecidos para plantear estas discusiones.
-Me interesa ese punto. Uno de los análisis que se hace, sobre todo por parte de figuras cercanas al Gobierno o dentro del Gobierno, es que tanto el criptogate y la investigación judicial que se dispara a partir del lanzamiento de la moneda Libra, donde Milei tuvo un rol tan central, no llega al argentino común: el tema cripto nos queda muy lejos, sobre todo a la gran mayoría de los argentinos alejado de la reflexión política o económica. Lo mismo en el caso de Lijo, que sería un tema de las altas esferas: la gente no registra las sutilezas de esa cuestión. ¿Es tan así? Porque el votante de Milei es sobre todo un joven acostumbrado a las redes sociales, con cierta mirada libertaria sobre el funcionamiento del ímpetu personal individual en la economía, con el mundo cripto como una oportunidad para la prosperidad personal. En ese segmento de apoyo del Gobierno que ha sido tan central para la construcción de Milei, ¿hay o no impacto en su mirada sobre el Gobierno, su espíritu libertario y anti casta?
-En el núcleo no convencido, seguro. Voy a contextualizar una cuestión. Antes de la designación de Lijo y antes de toda la repercusión que tuvo el decreto para nombrarlo, nosotros habíamos medido el nivel de conocimiento de Lijo: 80% no lo conoce. Esto fue a finales del año pasado, antes de que se retomara este tema. Ése es el nivel de conocimiento que tiene Ariel Lijo en el conjunto de la gente. El 20% lo conoce por lo que leen en los medios. Ahora, los que pueden evaluarlo como jurista no debe llegar al 1%. Tenemos que evaluar la posición de la gente a partir de ese dato primario. Seguramente si este tema perdura en los medios, la gente va a evaluarlo más positiva o negativamente de acuerdo con el impacto y de acuerdo con lo que leen, pero en principio la gente no sabe nada del tema. Ni le interesa.
Milei y el criptogate. ¿Impactó o no en los varones jóvenes que más lo votan?
-¿De cuándo es su última encuesta?
-De la semana pasada.
-La semana pasada ya había estallado el criptogate.
-Nuestra encuesta es del martes y miércoles posterior al viernes del criptogate.
-¿Qué números clave salen de esa encuesta ya con el criptogate sobre la mesa?
-Por un lado, comparada con una medición de la semana inmediatamente anterior, justo antes del criptogate, no se modificó nada: pasó de 55 a 54% la sumatoria de muy bueno, bueno y regular más bien bueno, es decir, la evaluación favorable. No es el momento más alto de Milei. Había llegado al 58% a principios de enero. Había bajado previamente al tema cripto a valores más normales, parecidos a los que tuvo en el 2024. La subida a 58% se dio entre fin de año y principio de año: son días especiales donde la gente es más benevolente a la hora de valorar las cosas. Es decir, el criptogate no afecta la valoración de la gestión. Pero sí se observa con claridad que hay mucha más gente valorando críticamente lo que hizo el presidente Milei comparado con los que lo valoran favorablemente. ¿Cómo operan sus núcleos? El núcleo duro dice que es un error lo que hizo Milei pero no quiso cometer un delito: ésa es la síntesis. En cambio, el núcleo blando o esperanzado tomó otra actitud que me sorprendió: dice “no conozco lo suficiente del tema como para evaluar”. Es decir, evadieron dar respuesta, buscaron protegerse. No se atrevieron a decir que el Presidente actuó bien porque seguramente no lo creen, pero tampoco dijeron “esto es un grave error del Presidente”. Es decir, para el núcleo blando que apoya a Milei el criptogate no ha sido un motivo suficiente como para modificar su posición.
-¿Qué porcentaje es el núcleo blando en esa respuesta?
-Es la mitad de los que lo acompañan: casi el 30% de los argentinos. El 35% dijo: “no conozco el tema lo suficiente como para evaluar”. Es un dato muy raro primero, por la repercusión que tuvo el caso y en segundo lugar, porque en las encuestas casi todos los entrevistados, generalmente interesados en los temas políticos, al contrario, a veces manifiestan tener más conocimiento del que realmente tienen. Pero en este caso, se escudaron en evadir la respuesta. Cuando veo las características de los que no quisieron responder, nueve de cada diez eran argentinos que valoran positivamente la gestión de Milei.
-¿Y los jóvenes, sobre todo varones jóvenes, cómo contestaron? El apoyo más consolidado de Milei en términos comparativos con las otras edades, se da en jóvenes entre 18 y 35 años. ¿Esto es así?
-Si, es tan así que mirá este dato: Milei le ganó a Massa por doce puntos. Esos doce puntos correspondía a votos de hombres. Entre las mujeres, empataron. De esos doce puntos con los que Milei le ganó a Massa, ocho eran menores de 35 años y cuatro, mayores de 35. El 66% del triunfo de Milei en 2023, esos doce puntos de diferencia que Milei le sacó a Massa, está concentrado entre los hombres menores de 35 años.
-Me interesa por eso: son varones que conocen el mundo virtual porque están en el gaming o están ensayando su acercamiento a las cripto. Algunos se dedican mucho a eso o si no lo ven como una aspiración posible. ¿Cómo impactó el criptogate en ellos?
-Por lo que veo en esta primera encuesta, no hay un gran nivel de impacto. Pero pueden coexistir las dos situaciones. Por un lado, plantean: no me gusta lo que hizo en ese tema puntual pero no lo considero un motivo suficiente como para que en el conjunto de variables que tengo en cuenta para evaluar favorable o desfavorable una gestión, modifique mi posición. Ahora, la acumulación de ese tema o cómo evolucione ese tema puntual cuando se tenga más información, podrá modificar esta situación. Hasta ahora, no he visto que haya modificado el estado de situación, por más que este núcleo de jóvenes que consideraba que Milei nunca hizo nada mal, ahora diga “bueno, pensé que era conocedor del tema cripto pero no se mostró como alguien que lo conoce o no se mostró lo suficientemente solvente”.
-¿Qué categoría proponía la encuesta para referirse al critpogate? ¿Error o delito, por ejemplo?
-Estaba la categoría combinada: fue un hecho de corrupción, y ahí van casi todos los que no acompañan a Milei, o es un error, pero no quiso cometer un delito: ahí va el núcleo duro.
Milei: ¿cómo juega la sospecha de corrupción en las elecciones? Desregulación y ajuste: ¿por qué se ven como “anticorrupción”?
-Sabemos que en la Argentina la corrupción no ha sido un incentivo suficiente como para que el votante castigue a un Presidente. Lo vimos con el menemismo, lo hemos visto en el kirchnerismo.
-Ahí te hago una salvedad. En 2015, cuando ganó (Mauricio) Macri, uno de los principales factores del voto a Macri fue el cansancio con el tema de la corrupción. En 2015, había más argentinos que valoraban su situación económica de manera positiva que negativa. Es decir, lo económico no fue el principal factor. Es cierto que empezaba a aparecer la inflación y el Gobierno de aquel momento la negaba, pero el principal factor para decidir el voto fueron cuestiones de responsabilidad institucional y de corrupción, más que lo económico.
-Eso se dio después de tres gobiernos kirchneristas seguidos, es decir, tuvo que agotarse ese ciclo para que el argentino reaccionara: ¿se podría llegar a esa segunda conclusión?
-Sí.
-Si no se acumulan todos esos ciclos, la corrupción no pesa. Y tampoco pesa en otros casos, como con Menem, que tenía, además de resultado económico, mucho sustento partidario, con un peronismo muy fuerte en los 90 y con poder en el Congreso. En el caso de Milei, en la medida en que el tema Lijo se equipara a falta institucionalidad o corrupción, o eventualmente si el criptogate muestra que efectivamente es un delito en el que participó el Presidente, ¿castigar a la corrupción puede resultar un incentivo en estas elecciones?
-Hay que ver la evolución de estos temas. A priori, diría que para la elección, no creo que haya un gran nivel impacto. Teniendo en cuenta que no hay una primera etapa de Primarias y que recién el primer proceso nacional va a ser en octubre, en mayo vamos a tener las primeras cuatro señales: Santa Fe, Chaco, Salta y CABA. En todos los procesos distritales previos a la elección nacional, con muchos distritos donde La Libertad Avanza no tiene ni candidatos y en algún caso ni juega su espacio, vamos a ver alguna confusión porque a La Libertad Avanza no le va a ir bien. Muchos van a decir: al final, el acompañamiento de Milei no era tan bueno, perdió en tal lado o tal otro. Bueno, en 2011, Cristina, antes de sacar el 54% había perdido CABA, Córdoba y Santa Fe. Y también muchos decían eso: al final, dónde está el buen nivel de acompañamiento que dicen las encuestas si perdió dos o tres distritos. Pero hay que subrayarlo: las elecciones de los distritos y la elección nacional son realidades muy distintas. La principal cuestión de la elección nacional de octubre, a la que tiene que estar atento el Gobierno nacional, es cómo evoluciona la situación económica. Faltan unos cuantos meses y si no hay una mejoría, por más que haya una estabilidad de la inflación y otros indicadores, puede ser un problema. Hay gente que no solo espera que la inflación baje sino también poder recuperar parte de lo que perdió el año pasado, y todos los anteriores.
-Espera un rebote más sostenido en serio.
-Espera una visibilidad en su familia de una mejora en los ingresos.
-En aquellos argentinos más atentos a la política, hay una percepción de que el Gobierno, después del criptogate sobre todo y ahora, reforzado con el tema Lijo, ya perdió esa identidad política sinónimo de anti política: como si empezara a portar el virus de la política en términos de sospechas de corrupción. ¿Usted no registra eso en la opinión pública en general?
-Hasta ahora, no. De hecho, cuando le preguntamos cómo evalúa la gestión del Gobierno en los temas de corrupción, tiene más saldo favorable que desfavorable. Tiene una explicación. El Gobierno recibe reconocimientos por la baja de la inflación y el ajuste fiscal, y el ajuste fiscal implica ajuste del Estado que muchos interpretan como una lucha contra la corrupción. Es decir, el Gobierno está bajando gastos que existían solamente porque había corrupción.
-O trabas burocráticas que beneficiaban a algunos.
-Por eso las gestiones del Gobierno para reducir el Estado son bien vistas por muchas partes.
-Claro, la desregulación. El Ministerio de Desregulación de Sturzenegger es una bandera anticorrupción.
-Sí, exactamente porque implica menos Estado, y la gente interpreta que detrás de ese Estado grande había corrupción.
Milei y guerra antiwoke, del aborto al cupo femenino. ¿Qué apoyos recibe de los argentinos?
-¿Qué otros temas midió en la semana post disparada del criptogate que resulten significativos?
-Hablamos antes del tema woke. Cuando medí el grado de apoyo a las propuestas que el Gobierno anunció a partir de su posición respecto de la agenda woke, pensé que tendrían bastante más desacuerdo que acuerdo. Para mi sorpresa, no fue así en todos los casos.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, hay más acuerdo que desacuerdo en que no haya DNI no binario; más acuerdo que desacuerdo en que no haya cupo para transexuales; más acuerdo que desacuerdo en que se dé de baja la Ley Micaela de capacitación de los empleados públicos [NdeR: Establece la capacitación obligatoria en temas de género y violencia de género en todos los empleados del Estado]; más acuerdo que desacuerdo en quitar el cupo femenino. Sí hubo más desacuerdo que acuerdo en quitar el término “femicidio” en la cuestión penal que agrava las penas. Pero en todos los otros temas, hubo una posición más favorable al Gobierno que desfavorable.
-¿Tanto en el núcleo más duro como en el núcleo más blando?
-En el conjunto de todos los argentinos.
-Por fuera también de los votantes de Milei.
-Sí, si tomás el 100% de los argentinos, había más acuerdo. Hay que tener en cuenta una cuestión, que no es nueva y que estudiamos mucho durante 2023 porque era uno de los ejes del voto a Milei: la gran diferencia que sacaba entre los hombres. Entre los hombres, Milei sacó 3 a 1 contra Massa, una diferencia muy importante. El feminismo en sí, por lo que la sociedad interpreta del feminismo, hoy tiene más críticas que elogios.
-¿Pero no solo entre los varones sino en toda la sociedad?
-Sí, en toda la sociedad, incluyendo a muchas mujeres. Hay más gente que dice que el feminismo tiene cosas buenas y cosas malas que los que dicen que casi todo lo que representa el feminismo es bueno. ¿Esta posición de Milei y de algunos otros mandatarios tiene sustento en la sociedad? Indudablemente, están transcurriendo contextos especiales de las sociedades con un nivel de acuerdo en estos temas. Quizá por los extremismos de las posiciones, que pasaron de un lado al otro, la gente está más de acuerdo con un término intermedio sobre este tema que totalmente a favor del feminismo o totalmente en contra del feminismo.
-¿Midió el tema de la legalización del aborto y la posibilidad de marcha atrás en eso?
-Mantener la legalización del aborto sigue teniendo más acuerdo. Y también hay una clara mayoría de la población en general que quiere mantener el matrimonio igualitario. Eso, en la población en general.
-¿Y en los votantes tanto blandos como más duros de Milei?
-No lo recuerdo con precisión, pero en el matrimonio igualitario, donde fue abrumadora la mayoría a favor, el núcleo blando debe estar de acuerdo y en todo caso, estará parejo en el núcleo duro por la lógica de la distribución geográfica.
Milei, entre Elon Musk y Trump. ¿Le importa a los argentinos?
-La última cuestión: Milei busca fotos cuando viaja al exterior: ¿Elon Musk y Trump son clave para sostener el apoyo de los argentinos en general? ¿O así como no miran ciertas cuestiones que para el analista político son importantes, tampoco están mirando eso?
-No es un tema tan relevante. Cuando preguntamos a todos los argentinos si la Argentina se va a ver muy favorecida con la elección de Trump, hay más gente que dice que no. Si bien el alineamiento con Estados Unidos y con Israel es una posición muy clara en la política internacional de Milei, el conjunto de la gente no está tan de acuerdo. De todas formas, ese tema no está incidiendo en la valoración de Milei: los que valoran bien la gestión, la siguen valorando positivamente y los que la valoran mal, siguen valorándola negativamente.
-Es decir que, en definitiva, todo se reduce a la economía.
-No diría todo, pero sin duda fue la principal problemática de los argentinos en los últimos años, el principal factor por el cual votaron a Milei y el principal factor por el cual hoy lo siguen acompañando. Ahora, si tuviéramos la suerte de que la economía se estabilice y la gente se acostumbre a la economía, seguramente la demanda irá hacia otra dimensión. Todavía llevamos unos pocos meses de una inflación algo más respirable, pero sin duda los principales factores siguen siendo el empleo, el nivel de actividad económica, la pobreza y la inflación. Tengamos en cuenta que sigue habiendo más argentinos que dicen que tienen menos poder de compra que los que dicen que tienen más. Es decir, no es que la situación ya se haya resuelto. Lo que pasa es que hay muchos que dicen: tengo menos pero tengo la esperanza de que voy a tener más.
-Aunque la plata no alcance, hay expectativa.
-La esperanza presenta un gap muy grande con la valoración del presente. Es muy favorable la expectativa de que la situación va a mejorar respecto a la valoración presente, que sigue siendo más negativa que positiva.
-¿El año pasado en algún momento no fue así?
-De hecho, ahora es menos negativa que antes. Fue mejorando el porcentaje de los que valoran su situación positiva, pero no llegan a ser mayoritarios.