Una pareja discutiendo (Shutterstock)

John M. Gottman es profesor de psicología en la Universidad de Washington y codirector del Seattle Marital and Family Institute. Ha publicado más de cien artículos y decenas de libros sobre las relaciones sentimentales. Gracias a esta labor en el estudio de la familia y la pareja, ha sido galardonado en múltiples ocasiones. El experto ha desarrollado un nuevo e innovador enfoque en la terapia de los cónyuges. Esta teoría se basa en una investigación llevada a cabo durante cuarenta años con más de tres mil parejas en 12 estudios diferentes.

Junto a su esposa y colaboradora, Julie, los realizaron en lo que nombraron como “el Laboratorio del amor”, tal y como detalla el portal web Centro Privado de Psicoterapias. Dentro de la Universidad de Washington, se creó un departamento equipado donde los participantes contaban con todas las comodidades que podrían tener en sus casas o en un hotel. Al estilo Gran Hermano, las parejas pasaban un fin de semana en este lugar, mientras los expertos observaban sus conductas.

Las indicaciones eran sencillas: actuar como en su vida cotidiana y en momentos se les solicitaba que hablaran de temas más banales o algunos más polémicos. Mientras ellos efectuaban sus tareas, los psicólogos realizaban lecturas de su actitud, analizando cómo de relajados o tensos estaban, sus conversaciones y las interacciones.

Más de dos décadas de análisis

Todos estos años, le han llevado a Gottman a saber con un 94% de exactitud si una pareja se va a separar después de escucharlos discutir. El psicólogo parte de dos ejes principales para definir el estado de una relación: el grado de amistad y la forma en la que los cónyuges gestionan sus conflictos. Acorde al experto, no sirve de nada resolver las disputas si no existe una sólida amistad de base que sostenga la relación.

El terapeuta desarrolló la teoría de Los Cuatro jinetes del Apocalipsis, una metáfora para describir, con alta precisión, los compartimientos que predicen si una pareja está destinada al divorcio. Se trata de cuatro comportamientos que, de sostenerse en el tiempo, llevará a la relación de pareja a romperse con seguridad.

Las críticas destructivas

Una pareja discutiendo (Shutterstock España)

El primer jinete es la crítica. Se entiende como una serie de quejas, etiquetas, descalificaciones, reproches o comentarios negativos que ponen el foco sobre los defectos de la pareja. Son comentarios que se suelen hacer en segunda persona, con un tono de voz elevado y despectivo, con una postura corporal amenazante y cuyo único propósito es crear culpa y malestar en la otra persona. Por ejemplo: “Nunca recoges la ropa”.

La actitud defensiva

Implica no aceptar los comentarios del cónyuge adoptando, además, una postura defensiva y contraatacando lo que empeora la situación. Se percibe como una amenaza y lo que se busca es desviar la conversación hasta darle la vuelta para hacer sentir culpable al otro. Ambos se basan en culpabilizar y responsabilizar al otro del conflicto, siendo difícil llegar a una solución.

El desprecio

Es el predictor de divorcio más decisivo, según Gottman. Incluye insultos, muecas, empleo de la ironía o el sarcasmo y se utiliza con fines ofensivos y para infravalorar a la otra persona. La ira y el resentimiento toman las riendas y vuelven totalmente imposible alcanzar un acuerdo.

El encierro o actitud evasiva

Esta actitud implica dar muestras de indiferencia ante los comentarios, quejas o críticas de la otra persona. Hacer como que no se escucha, mirar a otro lado, hacer que el otro no existe, son actitudes dañinas para ambos y pueden “encender” aún más el comportamiento del que está expresando sus sentimientos.

Es cierto que, en muchas ocasiones, alguno de estos cuatro jinetes pueden aparecer en algún punto. Sin embargo, cuantos más aparezcan y cuanto más se repitan, más probable es que acaben con caminos separados.