El año pasado, mientras caminaba hacia su casa conoció a una dulce perra llamado Moo Daeng. El animal, de carácter alegre y amigable estaba acompañado por su cariñoso tutor, un hombre mayor que no tenía hogar y pasaba las noches en la puerta de un local de una cadena de supermercados en Tailandia.

“Caminaban juntos por la ciudad. Y todas las noches descansaban afuera de un local de 7-Eleven cerca de mi casa”, contó Mari-Mo a un medio local.

Al adoptarla una cirugía menor complicó la vida feliz que le habían prometido pero tomaron una decisión: “Todos se enamoran de ella”

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Sin embargo, la siguiente vez que Mari-Mo vio a Moo Daeng, el hombre mayor estaba ausente. Y ese día la perra descansaba sola frente a la tienda que frecuentaban juntos. “Estaba sentada junto a un cartel que enumeraba cosas que podía y que no podía comer. Tomé una foto y la publiqué en mi página de Facebook”.

La perra, aparentemente ahora cuidado por el personal del 7-Eleven, pronto se volvió viral. Y después de hablar con el dueño de la tienda, Mari-Mo supo el triste motivo por el que ella ahora descansaba sola allí.

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“Me dijeron que el tutor de Moo Daeng se había enfermado y tuvieron que llevarlo al hospital, así que los empleados del supermercado y el dueño del lugar comenzaron a cuidar a la perra. Después de eso, se quedó allí hasta que llegó la noticia de que el tutor de Moo Daeng había muerto”.

Pero Moo Daeng no recibió esa noticia y, como los amigos más leales, continuó esperándolo durante meses. En varias ocasiones, en las semanas siguientes, los lugareños bien intencionados intentaron llevarse a Moo Daeng a casa con ellos. Pero cada vez, el animal regresaba a la tienda.

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El personal de 7-Eleven cuidaba bien de Moo Daeng. Incluso la habían llevado al veterinario, vacunado y pagado todos los gatos. Moo Daeng había perdido a su único amigo, pero a medida que se difundió la noticia de su triste situación, ganó muchos otros.

“La gente se acercaba a la tienda para darle comida y jugar con ella. Hay una escuela cerca y los estudiantes venían a pasar tiempo con ella. Todos la adoran y tratan de brindarle momentos de felicidad”.

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La historia de Moo Daeng se volvió viral y las ofertas de adopción siguieron llegando. Pero una se destacó del resto cuando se trató de ofrecerle el mejor futuro posible. Fue cuando un miembro de la familia real de Tailandia, la princesa Siribha Chudabhorn, se enteró de Moo Daeng y decidió preguntarle al dueño de la tienda si podía adoptarla, invitando a la cachorra a vivir en su palacio.

El 23 de enero pasado, a través de una publicación oficial de Facebook, el equipo de la princesa anunció que Siribha -conocida por sus acciones de bienestar hacia los animales en riesgo- había adoptado oficialmente a Moo Daeng, que significa “cerdo rojo” en tailandés.

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“A todos los fanáticos de Moo Daeng, quiero ponerlos al día para que no tengan que preocuparse, sentirse ansiosos o tener preguntas sin respuesta después de todo el drama reciente. Todos mis perros han experimentado traumas, ya sea por abuso, abandono o lesiones. Pero en el caso de Moo Daeng, es una depresión severa”, continuó y señaló que cree que Moo Daeng todavía está lidiando con la pérdida de su antiguo tutor.

“Mientras que los humanos pueden ocultar su dolor y parecer normales por fuera, los perros son puros. Muestran exactamente cómo se sienten”, agregó.

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En las últimas semanas, Moo Daeng recibió el apodo de “Hachi de Korat” debido a que recordaba a los residentes al perro japonés Hachiko, que se hizo famoso en la década de 1920. Hachiko esperó en una parada de metro local durante nueve años después de la muerte de su humano, quien falleció mientras trabajaba. Actualmente, existe un monumento nacional dedicado al perro y su lealtad en Tokio.

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Moo Daeng, que había pasado meses esperando afuera a alguien que nunca regresaría, ya no está sola. Y aunque separarse es agridulce para quienes la cuidaron en el ínterin, saben que ahora le espera una vida feliz. “Todos estaban tristes de ver a Moo Daeng irse, pero sabían que es lo mejor para ella”, dijo Mari-Mo. “Es muy afortunada. La princesa se ocupará de todo por ella”.

La historia de Moo Daeng no es solo la de la extraordinaria lealtad de un perro, sino también del amor y el cuidado que otras personas le dieron a cambio. En su hora más oscura, se aseguraron de que la luz de la esperanza nunca se apagara.

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