Admite que siempre hizo deporte, durante su adolescencia jugó al tenis, entrenaba mucho pero el disfrute por esa disciplina se apagó y lo dejó. Y no es el único. Alejarse de la actividad física se siente, y en la mayoría de los casos hace falta un click para volver al ruedo. En su caso, fue su carrera profesional: “Lo retomé con más seriedad desde mi rol de gerente general”. Lograr un balance entre la vida laboral y personal le hacía bien y comenzó a tener más disciplina, una palabra que será la clave para todos los aspectos de su vida.

“No me considero runner”

Hoy, a los 48 años Leandro Livschitz es gerente general en el Palacio Duhau- Park Hyatt la importante cadena internacional hotelera y convive con todas las exigencias que un trabajo así requiere. Pero el último año encontró en el deporte y la disciplina el balance perfecto para rendir mejor que nunca. Corrió dos media maratón y se prepara para la maratón del año próximo: “No me considero runner. El deporte siempre fue parte de mi vida, lo hago poque lo disfruto y me hace bien”, sentencia.

“Disfruté todo lo que se genera alrededor de las carreras: la motivación, la gente, y sobre todo, cuando lo hacés en un lugar como Mendoza o Buenos Aires y ves la ciudad desde otro lado es espectacular, muy emocionante”, agrega. Y hay pruebas, ver su cara de alegría en las fotos que se sacan en las competencias descarta dudas.

La motivación, los permitidos y el disfrute

Lleva nueve años en su puesto y advierte que toma las decisiones con otra madurez, entrena por la mañana y a las nueve ya está trabajando con una energía diferente. “A la noche me gusta llegar a mi casa y tomar una copa de vino, eso no lo dejo, disfruto todo lo que hay alrededor del vino, lo aprendí en Mendoza (donde trabajó anteriormente), y si bien no me considero un experto, sí un apasionado. Es algo que no he perdido”, explica.

Entrena con una colega del hotel, y asegura que el deporte y el trabajo tienen un paralelismo: “con disciplina, consistencia, trabajo en equipo, se consiguen resultados extraordinarios”, explica. Tanto en el deporte como en el trabajo si te esforzás un poco más conseguís mejores resultados. Por ejemplo la primera media maratón la corrió en 1:58h, lo que fue un éxito para él lograr en su primera vez un tiempo menor a dos horas. Para los siguientes 21km mejoró su tiempo por seis minutos, se superó.

Carrera 21k

Un trabajo como este es de 24 horas los 365 días del año, aún en pandemia y sin huéspedes, al hotel había que mantenerlo. “El hotel no para, estamos siempre disponibles, trabajo bajo presión en algunos momentos como en cualquier otro emplero pero como lo disfruto no lo siento como un peso, uno tiene que buscar ese balance”, dice Leandro.

Con su compañero de trabajo se van subiendo la vara: “Con disciplina evolucionás y vas mejorando. Lo veo en mi equipo de trabajo, cuando tenemos disciplina, consistencia, trabajo y entrenamiento se ve en los indicadores como mejoramos”, explica Leandro.

Y se atreve a ir más allá, “la alimentación, el dormir bien y el entrenamiento te dan una fortaleza para todo el resto de las cosas, yo me siento que hoy estoy trabajando mejor y con mejores resultados gracias a que estoy comiendo con cierta disciplina, durmiendo mejor, entrenando. Por eso hablo del balance que siento que estoy logrando. Pero me gusta disfrutar, no me voy al extremo de no disfrutar de mi vino a la noche, todo lo que me da bienestar lo hago”, admite.

Leandro Livschitz

“No sabía a qué dedicarme, hoy no se qué haría si no trabajara en un hotel”

No sabía bien a que se quería dedicar en su vida y por eso, durante el secundario, hizo algunos test vocacionales que lo direccionaron hacia el turismo y la hotelería como el rubro más afín a lo que a le gustaba. “Sobre todo el tipo de actividad donde trabajás con gente, no estar detrás de un escritorio, era llevar a la realidad algunas competencias que yo tenía desde chico”, y así empezó a estudiar hotelería y encontró su primera pasión: el trabajo.

Empezó haciendo pasantías en hoteles importantes y roles diversos: se ocupó del stock de la vajilla, cristalería, el lavado; fue camarero y bartender. Tuvo la posibilidad de ir a Atlanta a un intercambio y descubrió el gusto por el área de housekeeping. “Fui supervisor, luego subgerente, jefe del sector en el hotel Alvear, en el Faena. Luego me contrataron en el Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires como gerente de housekeeping y me pasaron a gerente de front office, gracias a algunos logros y porque vieron fortalezas y competencias en mí; en diez años que estuve pasé por seis puestos diferentes hasta que llegué a subgerente general que fue mi último rol en el 2015″, cuenta al hablar de su trayectoria laboral.

Los siguientes seis años tuvo la oportunidad de sumar experiencia, dentro la misma cadena hotelera, en Mendoza y en Playa del Carmen, México. Hasta que en el 2022 volvió a Buenos Aires como gerente general del hotel.

“Amo mi trabajo, me doy cuenta que no sé que haría de mi vida si no trabajara en un hotel, me apasiona trabajar con la gente, desafiarlos a que sean mejores profesionales, a que se superen, que hagan las cosas con excelencia, me encantan los desafíos, llevar el hotel a otro nivel, que evolucione, que crezca”, confiesa, y lo hace con el mismo entusiasmo con el que todas las mañanas se pone las zapatillas para entrenar.