El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, hizo un llamado a la responsabilidad social y afirmó que “a la hora de pensar en la reconstrucción de la Argentina, tender puentes de fraternidad y generar diálogo tenemos que empezar por la transformación de nuestro corazón egoísta”.
Al transmitir un saludo a los participantes de la XXVI Jornada de Pastoral Social de la arquidiócesis porteña, un encuentro que nació durante el ministerio de su antecesor Jorge Bergoglio, García Cuerva citó la última encíclica de Francisco, dedicada a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, y afirmó la necesidad de “hacernos cargo de cuál es la responsabilidad que tenemos en el país que tengo y la situación que vivimos”:
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Con el lema “La amistad social: camino para la paz y el desarrollo integral con libertad, igualdad y fraternidad”, la jornada reunió a autoridades y dirigentes de partidos políticos, organizaciones gremiales, empresarias y de la sociedad civil, entre los que se encontraban Héctor Daer, integrante del triunvirato de la CGT, Sergio Palazzo (bancarios), María Rosa Muiños, Federico Storani, Jorge Argüello, Federico Pinedo, José Urtubey Gabriel Mraida, Roberto Feletti y Alejandro Gramajo, entre otros convocados por el padre Carlos Accaputo, que encabeza el área de Pastoral Social del arzobispado.
El encuentro se desarrolló en el auditorio de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (Foetra), y el puntapié inicial lo dio el politólogo Juan Carlos Torre, quien expuso sobre “El impulso igualitario en la trayectoria de la sociedad argentina”.
En un mensaje contundente, de fuerte contenido crítico al Gobierno, el dirigente gremial Daer dijo que “no somos todos tan libres, ni somos todos iguales”, al señalar la profundidad de la brecha que existe entre los sectores que más tienen y más ganan y los que menos tienen y menos ganan.
El titular de la CGT revalorizó el papel del Estado y cuestionó las políticas que llevan al individualismo absoluto, a la falta de fraternidad y al sálvese quien pueda”. Afirmó que “la construcción del diálogo requiere dar vuelta todas las cartas” e insistió en que el Estado no puede desentenderse de todo el contexto social y tiene que promover el desarrollo.
“Necesitamos tener objetivos comunes que nos hagan ver detrás de la ola, porque cuando viene la ola nos pega en la frente y si nos quedamos en la coyuntura vamos a ver una ola detrás de otra y, cuando queremos sacar la cabeza, siguen las olas y no nos dejan ver el horizonte”, dijo el dirigente sindical, quien no hizo referencias a la renuncia de Pablo Moyano al triunvirato de la CGT.
Otros mensajes
En la apertura participó el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien llamó a construir una sociedad con nuevos compromisos y menos confrontaciones. Al pronunciarse en favor de “caminar por la paz y el desarrollo integral”, señaló el desafío de trabajar todos en conjunto para saldar los desafíos pendientes y señaló: “Quien crea que sabe cómo resolver los desafíos que nos plantea este tiempo está errado”.
El arzobispo García Cuerva, quien concurrió acompañado de su obispo auxiliar Pedro Bernardo Cannavó, basó su breve reflexión en la reciente encíclica Dilexit nos, de Francisco, dedicada al Sagrado Corazón, que no solo reflexiona sobre la devoción privada, sino que tiene una dimensión social. Se refirió a los desafíos que plantea la sociedad actual y mencionó la “cultura líquida, en la que nada permanece y se derrumban las seguridades que tuvimos a lo largo de las distintas generaciones”, y recordó a San Juan Pablo II, quien animó a construir entre todos, sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia, la tan ansiada civilización del amor”.
Entre otros expositores, el histórico referente radical Federico Storani revallorizó el pacto democrático que la Argentina asumió el 30 de octubre de 1983, cuando el país votó y derrotó a la dictadura militar. Un acuerdo que hoy se desvaloriza”, señaló.
El padre Accaputo resaltó la continuidad de la doctrina social de la Iglesia, maraca en el magisterio de los papas, de la cual Francisco es continuador.
“Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social”, dijo Accaputo, al citar un pensamiento de Pío XI en la encíclica Quadragesimus Annus. Y citó a Francisco en Fratelli tutti, al afirmar que “en los derechos humanos están condensadas las principales exigencias morales y jurídicas que deben presidir la construcción de la comunidad política