La elaboración de recetas caseras son indispensables para comer sano y saludable. Con el paso del tiempo, las personas agudizan mucho más el ingenio para la ingesta de minerales, vitaminas y otros suplementos que enriquecen las dietas y les dan un alto valor nutritivo.
Las harinas son una parte importante de cualquier dieta. Dentro del amplio catálogo de productos que se pueden realizar con este cereal molido se destaca el pan. Con diferentes proporciones y aditivos, este alimento está, generalmente, en la mesa de todas las familias y acompaña a los platos principales.
Una de las variantes de este alimento es el pan de trigo de sarraceno, el cual está aconsejado para las personas de más de 50 años por sus incontables beneficios. Uno de ellos es la inclusión del magnesio, un mineral clave para combatir la osteoporosis al fortalecer los huesos.
¿Qué es el pan de sarraceno?
El sarraceno es una opción destacada por su alto nivel de antioxidantes, vitaminas y probióticos, un microorganismo vivo que proporciona beneficios para la salud. “Contiene proteínas de alta calidad y aminoácidos esenciales, tiene un bajo índice glucémico, aporta más fibra que la quinoa o el amaranto y es rico en antioxidantes”, explica el sitio Mayo Clinic sobre este “pseudocereal” que le agrega un valor nutritivo a la elaboración del pan.
Compuesto por una gran cantidad de fibras, el pan de sarraceno juega un papel crucial en la regulación del tránsito intestinal. Este beneficio, fundamental para las personas que están por ingresar a la tercera edad, se suma a la inclusión del magnesio para darle forma a una receta que no es de las más conocidas, pero que tiene una gran eficiencia a la hora de cumplir con determinados ítems nutricionales.
Al ser un alimento con un gran poder antioxidante, el pan de sarraceno aporta una gran cuota de quercetina que ayuda a combatir las células cancerosas y es un factor clave en el envejecimiento celular.
Por otra parte, especialistas en medicina y nutrición coincidieron que las energías al cumplir 50 años disminuyen y por eso se buscan alimentos de gran poder nutricional para poder combatir esa falencia.
Bajo ese punto, los expertos coincidieron que existen siete alimentos específicos que contribuyen a las dietas integrales y aportan las vitaminas necesarias para la rutina diaria. Entre ellos están: las bayas, verduras de hojas verdes, pescados y mariscos, frutos secos y semillas, queso cottage, legumbres y paltas.
Al desglosar cada una de estas opciones, se desprenden distintas variantes de pescados como el salmón, bacalao y atún, que se pueden acompañar por diferentes vegetales de hoja verde como la lechuga, rúcula, brócoli, entre otros. Combinar cada una de estas variantes no solo nos hará comer mejor, sino que también construirá un hábito saludable con el correr del tiempo.
De esta forma, el equilibrio de las proteínas, verduras y carbohidratos hará que nuestro organismo no sufra algún contratiempo por la ingesta de alimentos procesados, los cuales no se recomiendan consumir al no contar con las vitaminas, minerales y el agregado de magnesio vital para una alimentación saludable.
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