LOS ÁNGELES.- El mayor de los voraces incendios forestales que devastaron zonas de Los Ángeles cambió de dirección este sábado, lo que provocó nuevas órdenes de evacuación y planteó un nuevo reto a los bomberos, exhaustos por el combate de los múltiples focos en el sur de California.

Los seis incendios simultáneos que arrasaron barrios del condado de Los Ángeles desde el martes causaron la muerte de por lo menos 11 personas y dañaron o destruyeron más de 12.000 estructuras. Se espera que el número de víctimas aumente cuando los bomberos puedan realizar búsquedas casa por casa, alertaron las autoridades. “Parece un escenario de guerra”, graficó el presidente Joe Biden.

Un bombero lucha contra las llamas en Mandeville Canyon. (AP/Jae C. Hong)

Los feroces vientos de Santa Ana que avivaron las llamas amainaron anoche. Pero el incendio de Palisades, en el extremo oeste de la ciudad, se dirigía en una nueva dirección, lo que generó otra orden de evacuación a medida que avanzaba hacia el barrio de Brentwood y las estribaciones del valle de San Fernando, informaron medios locales.

“El incendio de Palisades registró un nuevo brote significativo en la parte este y continúa hacia el nordeste”, dijo el capitán del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Erik Scott, a la emisora local KTLA.

El incendio, el más destructivo de la historia de Los Ángeles, arrasó barrios enteros, y dejó sólo las ruinas humeantes de lo que habían sido viviendas y vehículos de miles de habitantes.

Un helióptero tira agua para apaciguar los incendios en Mandeville Canyon. (AP/Ethan Swope)

Antes del último brote, los bomberos habían informado de avances en el control del incendio de Palisades y del incendio de Eaton, en las estribaciones al este de la metrópolis, tras arder fuera de control durante días. El viernes por la noche, el incendio de Palisades estaba controlado en un 8% y el de Eaton, en un 3%, según informó la agencia estatal Cal Fire.

Los dos grandes incendios combinados habían consumido 14.100 hectáreas. El sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, informó que 153.000 personas seguían bajo órdenes de evacuación y otras 166.800 tenían que hacer frente a advertencias de evacuación y a un toque de queda en todas las zonas afectadas.

Siete estados vecinos, el gobierno federal y Canadá incrementaron la ayuda a California, con el refuerzo de los equipos aéreos para lanzar agua y retardante de fuego en las colinas en llamas, mientras que las tripulaciones en tierra atacan líneas de fuego con herramientas manuales y mangueras.

El Servicio Meteorológico Nacional dijo que las condiciones en el área de Los Ángeles mejorarían durante el fin de semana, con vientos sostenidos disminuyendo a alrededor de 32 km/h, con ráfagas de más de 55 km/h. “No será con tantas rachas de viento, por lo que debería ayudar a los bomberos”, indicó la meteoróloga del NWS Allison Santorelli, y añadió que las condiciones seguían siendo críticas con baja humedad y vegetación seca.

Cal Fire advirtió que había una probabilidad de fuertes vientos de nuevo el próximo martes. “Seguirá habiendo una alta probabilidad de condiciones climáticas críticas para los incendios durante la próxima semana”, alertó. Las autoridades han declarado una emergencia de salud pública debido al humo espeso y tóxico.

Ante el aumento de los saqueos en las zonas afectadas o evacuadas, las autoridades declararon el viernes un estricto toque de queda, vigente entre las 18 y las 6 del día siguiente, en las zonas de Pacific Palisades y Altadena, las más devastadas.

El gobernador de California, Gavin Newsom, ordenó asimismo “una completa revisión independiente” de los servicios de distribución de agua de la ciudad, al señalar como “profundamente preocupante” la falta de suministro y la pérdida de presión en los hidrantes en las primeras etapas de los incendios, lo que contribuyó a que se propagaran.

El mayor de los cinco incendios que aún continúan activos quemó unas 8000 hectáreas en la costa de Malibú y en el barrio de Pacific Palisades. El galardonado actor Mel Gibson dijo al medio NewsNation que su casa de Malibú se incendió y que la pérdida fue “devastadora”.

El príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, quienes cortaron lazos con la monarquía británica en 2020 y viven en California, acudieron a consolar a las víctimas en el barrio de Pasadena.

Por su parte, la emprendedora Nicole Perri, cuyo hogar fue destruido por las llamas en Pacific Palisades, dijo AFP que las autoridades los habían “defraudado completamente”.

La situación “sigue siendo muy peligrosa”, advirtió Deanne Criswell, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). Responsables del manejo de emergencias se disculparon por falsas alertas de evacuación a millones de teléfonos móviles, lo que desató el pánico. Pero en toda la megaciudad californiana las evacuaciones se cuentan por cientos de miles. Las órdenes también se aplican a los barrios lujosos a lo largo del flanco este del incendio, donde se encuentra el emblemático Centro Getty. Construido con un costo de mil millones de dólares, en parte con piedra travertina resistente al fuego, el famoso museo alberga 125.000 obras de arte. También se desplegaron soldados y decenas de personas fueron detenidas.

Necesidad de respuestas

Aunque es demasiado pronto para conocer el origen de los incendios, han surgido críticas sobre la preparación y respuesta de las autoridades. La jefa de bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, advirtió a KTTV que todavía tienen “poco personal, recursos y fondos”.

Las autoridades están instando a los californianos a conservar agua, ya que algunos depósitos que abastecen a las bocas de incendio se han agotado debido a la lucha contra los incendios.

Estos incendios forestales podrían ser los más costosos jamás registrados: AccuWeather estima que los daños y pérdidas totales oscilan entre 135.000 y 150.000 millones de dólares.

Los vientos cálidos y secos de Santa Ana que soplan actualmente son una característica clásica de los otoños e inviernos de California. Pero esta vez alcanzaron una intensidad no vista desde 2011, según los meteorólogos. California sale de dos años muy lluviosos que dieron lugar a una vegetación exuberante, ahora reseca por una falta de lluvias durante ocho meses. Los científicos señalan periódicamente que el cambio climático está aumentando la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.

Agencias Reuters y AFP