El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas ha comunicado al Ayuntamiento de Madrid su decisión de limitar el acceso y proceder al desalojo de las casi medio millar de personas sin hogar que utilizaban las instalaciones como refugio.
Según informó AENA, esta “decisión unilateral” responde a la creciente presencia de personas en situación de vulnerabilidad en el aeropuerto, que cada noche alcanza un promedio de 500 personas, de acuerdo con las estimaciones realizadas por el sindicato Alternativa, Sindical Aena/Enaire (ASAE).
El delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, José Fernández, ha recibido la notificación oficial de AENA este miércoles. En declaraciones a Infobae España, el gestor aeroportuario ha afirmado que “los aeropuertos son infraestructuras diseñadas y gestionadas para su función, no para habitar en ellas”.
Reunión entre AENA y las autoridades
En un intento por coordinar las acciones, AENA ha convocado esta mañana al Grupo de Trabajo conformado por representantes de los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid y otras autoridades competentes. Durante la reunión, se discutió “la delicada situación” que se ha generado debido al aumento de personas sin hogar en las instalaciones.
Además, se celebró el Comité Local de seguridad del aeropuerto, en el que participaron la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Municipal de Madrid. En este encuentro se subrayó la importancia de implementar medidas que garanticen la seguridad de todas las personas involucradas, incluyendo a quienes se encuentran en situación de calle.
Un hogar improvisado
Entre cartones, en los bancos e incluso en los ascensores; algunos han perdido su trabajo hace poco y no tienen otra alternativa, ya que los albergues de Madrid no tienen plazas libres por la temporada de frío. Otros, son inmigrantes llegados a España esperando la resolución de sus solicitudes de asilo.
La presencia de personas sin hogar en el aeropuerto también ha afectado a la higiene y el uso adecuado de las instalaciones. Muchos de ellos frecuentan zonas como aseos, áreas de tránsito e incluso utilizan el mobiliario aeroportuario, dejando estos espacios en condiciones insalubres.
Para ellos, la vida en el aeropuerto implica desafíos diarios, desde la dificultad por mantener su propio aseo hasta la búsqueda de alimentos entre los cubos de basura o la limosna de los pasajeros. Además, las normas del aeropuerto no facilitan su estancia: hasta las 11 de la noche no se pueden ir a dormir y deben despertarse a las cinco de la mañana.
Soluciones a la vista
A pesar de las diferencias, tanto AENA como el Ayuntamiento de Madrid han manifestado su intención de trabajar conjuntamente para resolver esta situación. El delegado José Fernández ha insistido en la necesidad de abordar esta problemática desde una perspectiva social, subrayando que las personas en situación de calle requieren atención especializada y soluciones habitacionales adecuadas.
Por su parte, AENA ha reiterado su compromiso de “colaborar con las administraciones públicas” para encontrar una solución que respete los derechos de todas las partes involucradas, con el objetivo de garantizar un entorno seguro y adecuado en las instalaciones aeroportuarias.