El fiscal General de Venezuela, Tarek William Saab, emitió un comunicado rechazando las declaraciones que dio el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre más de una decena de connacionales que permanecen detenidos en el vecino país. El primer mandatario instó a las autoridades venezolanas a liberarlos.
“Es importante para la paz en las Américas que Venezuela libere todas las personas detenidas en el marco de las elecciones y las post elecciones, incluidos los 12 colombianos detenidos en su territorio. Que las Américas sean tierra de libertad sin presos políticos”, indicó el jefe de Estado en su cuenta de X.
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No obstante, el fiscal de Venezuela aseguró que recibió con “sorpresa” su pronunciamiento, resaltando que su país está siendo amenazado por integrantes de grupos narco-paramilitares y que, además, ex jefes de Estado colombianos están buscando hacer una intervención armada en suelo venezolano, lo que implica un riesgo adicional. Se refirió, específicamente, al expresidente Álvaro Uribe Vélez y al exmandatario Iván Duque, a quienes señaló de ser los “jefes máximos del narco paramilitarismo colombiano”.
“En un contexto de agresión trasnacional y multifactorial contra Venezuela, que hemos calificado como el máximo ensayo de una guerra híbrida contra nuestro país y sus instituciones, hemos defendido a través de la Unidad Cívico Militar: la democracia, la estabilidad y la paz interna de manera ejemplar, con pleno respeto a las garantías constitucionales y los Derechos Humanos”, afirmó.
Asimismo, recordó que una empresa extranjera contrató mercenarios entrenados en Colombia para generar ataques en Venezuela, lo que se logró, a pesar de la presencia de las autoridades del país. A esto se suma que, hasta el momento, ninguna persona ha sido procesada por los hechos.
Pero, la llegada de mercenarios colombianos a territorio venezolano no ha parado; semanas antes de la posesión del dictador Nicolás Maduro como presidente – y en medio de denuncias por un presunto fraude electoral –, fueron detenidos decenas de hombres armados que llegaron desde Colombia.
En consecuencia, instó al presidente Gustavo Petro a verificar el cumplimiento de deberes por parte de organismos de seguridad colombianos en la frontera con el vecino país. Asimismo, aseguró que debe mantenerse alejado de los asuntos de su país.
“Estimado Presidente, yo no veo al Jefe de Estado Nicolás Maduro Moros entrometiéndose en los asuntos internos de Colombia (…). Con todo respeto le digo, Usted debe ocuparse de Colombia, que tiene múltiples y graves problemas: aquí nosotros nos ocupamos de los nuestros”, precisó.
Aprovechó también para lanzar varios cuestionamientos al jefe de Estado, insinuando en uno de ellos que su discurso tiene similitudes con los de personas responsables de la violencia en Colombia y de convertir sus regiones en “una fosa común”. “¿Qué gana usted pareciéndose a esos asesinos seriales?”, preguntó.
Finalmente, insistió en que ambos países guardan estrechos lazos de colaboración que surgieron desde “tiempos de la independencia” y que, por ende, desde Venezuela, se espera que Colombia pueda alcanzar la paz. Pues, el Gobierno de Gustavo Petro está adelantando varias negociaciones de paz con grupos armados y el vecino país ha estado involucrado en esos procesos.
“Que América sea tierra libre de paramilitarismo y de lacayos a sueldo que piden invasiones a los países hermanos”, concluyó el fiscal en el comunicado, refiriéndose a la propuesta del expresidente Álvaro Uribe de que la comunidad internacional se una para intervenir militarmente el territorio, con el fin de sacar del poder al dictador Nicolás Maduro.
El Gobierno colombiano, por su parte, reconoció que las cuestionadas elecciones presidenciales en Venezuela, por las que Maduro se mantuvo en el cargo y logró posesionarse, nuevamente, no fueron libres. Sin embargo, tuvo representación en el acto de posesión, pese a las graves denuncias de un presunto fraude electoral.
Además, el presidente Petro informó que no romperá las relaciones diplomáticas con Venezuela y que tampoco cerrará las fronteras por las consecuencias económicas y comerciales que tendrían que enfrentar ambos territorios.