Un grupo expedicionario de la Universidad de Varsovia, halló en el municipio de Izalco en El Salvador, cinco marionetas que se ubicaban en la cima de una pirámide. Este trabajo arrojó luz sobre un modo de divertimento que poseían las comunidades nativas de Centroamérica mucho antes de la llegada de los españoles a la región.
Este conjunto de elementos artísticos tienen figuras llamativas y hasta casi tenebrosas. En particular, cuentan con la capacidad de mover parte de sus extremidades, se fabricaron con cerámica y aún están en perfecto estado. Poseen una antigüedad estimada de 2000 años.
Las marionetas permanecieron ocultas durante un largo período en el misterioso sitio de San Isidro, en el distrito de Sonsonate, que se lo considera como un espacio monumental de la época preclásica del país centroamericano.
Estos elementos se asociaron con prácticas rituales durante los períodos Preclásico (2000 a. C. – 200 d. C.) y Clásico (200 – 900 d. C.). Según destacaron los científicos implicados en la expedición en un artículo que más tarde se publicó en la revista Antiquity, resultó ser una rareza el hecho de encontrar estos títeres. Debido a la constante erupción volcánica de esa región del continente, los yacimientos arqueológicos sobrevivieron poco a ese tipo de exposiciones.
Las marionetas representan a cuatro mujeres y a un hombre, que podrían haber sido utilizadas para algún tipo de espectáculo o ceremonia religiosa en acontecimientos “míticos o reales”. Los arqueólogos descartaron que se traten de objetos funerarios, en particular por el rincón en el que se guardaron.
“Una de las características más llamativas de los títeres es su dramática expresión facial, que cambia según el ángulo desde el que los miremos”, señaló en el comunicado de prensa el arqueólogo Jan Szymański de la Universidad de Varsovia (Polonia) y coautor del trabajo.
Además, describió que “vistos desde arriba parecen casi sonrientes, pero cuando se los mira desde un ángulo horizontal se vuelven enojados o desdeñosos, para luego asustarse cuando se los ve desde abajo. Este es un diseño consciente, tal vez destinado a realzar la gama de representaciones rituales en las que podrían haber sido utilizados los títeres”.
Para los expertos, el diseño de los títeres fue adrede. Esto incluyó que estén desnudas, aunque también se consideró que en un tiempo pudieron tener ropa. No todas son iguales, la más grande tiene una medida de 30 centímetros de largo, mientras que la más pequeña ronda entre los 10 centímetros.
Tienen “cabezas articuladas y ajustables, facilitadas por protuberancias cónicas en los cuellos y cavidades a juego en la base de cada cabeza”.
Este hallazgo permitió entender que las comunidades centroamericanas prehispánicas poseían un tipo de entretenimiento especial. Además, confirmó que tenían distintas “visiones y rituales” entre sí. Las figuras habrían representado personas reales con la intención de imitar en algún espectáculo un hecho cotidiano o una enseñanza que impartir en el público.
“Este descubrimiento contradice la noción predominante sobre el atraso cultural o el aislamiento de El Salvador en la antigüedad”, sostuvo Szymański. Asimismo, aportó un nuevo modelo de comunicación que poseían aquellas comunidades cargadas de simbolismo en la “dinámica comunitaria de los períodos preclásico y clásico”.
Por último, los expertos informaron que además de esas marionetas, se rescataron colgantes de jade, dos jarrones para servir y una piedra para moler, lo que representó un pequeño hito dentro de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de El Salvador.