SAN NICOLÁS.- La obra para el control de inundaciones en la cuenca del río Salado es considerada clave para el desarrollo de al menos 50.000 kilómetros cuadrados dentro de la provincia de Buenos Aires y su paralización desde hace más de un año afecta gravemente la productividad de la región. La falta de pago del Gobierno a las empresas encargadas llevó a la suspensión de los trabajos. En tanto, los problemas que enfrentan los productores bonaerenses van más allá, como los caminos rurales y los accesos a los puertos para su producción.
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En ese contexto, Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, brindó una conferencia en Expoagro y se refirió a estas cuestiones. Tras una consulta de LA NACION sobre que el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, le pidió al ministro de Economía, Luis Caputo, que destrabe los fondos para concluir las obras de la cuenca del río Salado, en el tramo Roque Pérez hasta la salida en la Bahía de Samborombón, el ministro provincial destacó que la Cuenca del Río Salado es fundamental para al menos 50 municipios y su paralización afecta gravemente la productividad de la región. “El Gobierno dejó de pagar a las empresas, lo que llevó a la suspensión de los trabajos. Esta obra ha sido una política de Estado durante los últimos 30 años y debe continuar”, afirmó.
El ministro Katopodis agregó que en todo el país se detuvieron 2300 obras desde 2023, de las cuales 1000 corresponden a la provincia de Buenos Aires. Algunas quedaron con avances del 30%, 50% o 70%, pero sin financiamiento, no pueden completarse.
Luego se refirió a la queja de los productores que piden mejoras en los caminos rurales. “Entendemos que la demanda es mayor. Por eso estamos trabajando en definir estrategias inteligentes para la reparación y reconstrucción de caminos rurales, evitando soluciones temporales que vuelvan a deteriorarse. Esto implica la participación del sector productivo local, el desarrollo de obras de calidad y un mantenimiento eficiente. Se construyeron 1500 kilómetros de caminos rurales en los últimos dos años y actualmente se están ejecutando otros 1500 kilómetros”, agregó.
Sostuvo que se completó la ruta 8 desde Pilar hasta Pergamino y se avanzó en un 60% en la ruta 7, desde Luján hasta Chacabuco, incluyendo la variante de Chacabuco, una obra reclamada durante 60 años. Sin embargo, reiteró, desde el 10 de diciembre de 2023, muchas de estas obras quedaron paralizadas. “Si el gobierno nacional no se hace cargo de finalizarlas, proyectos clave como la variante de Chacabuco, la obra del Salado y el paso bajo nivel en Junín no podrán completarse. Cuando fui ministro de Obras Públicas a nivel nacional, hubo frentes de obra en prácticamente todas las provincias. En cualquier ruta o localidad hubo intervenciones viales”, afirmó.
Según señaló, arreglar una ruta lleva tiempo, esfuerzo económico y presupuesto, pero se puede trabajar en el mantenimiento para evitar que esas rutas vuelvan a deteriorarse. “Es fundamental garantizar un sistema de balanzas en puntos críticos de la provincia de Buenos Aires, desarrollando y fortaleciendo su implementación. Este programa ya está en marcha y contempla la instalación de 40 balanzas, además de un centro de monitoreo y un centro de refugio de pesaje”, describió.
Reiteró que han abordado una línea de trabajo que responde a reclamos históricos sobre infraestructura. “Durante los últimos meses, trabajamos con distintas entidades para definir modalidades alternativas y determinar cómo los consorcios de caminos rurales y los productores pueden formar parte tanto del reclamo como de la solución. También analizamos en qué medida la provincia debe sostener esa estructura junto con la participación de empresas y productores. Nuestro objetivo es coordinar esfuerzos y recursos para lograr un trabajo conjunto entre el sector productivo y el gobierno. La producción necesita caminos rurales en condiciones para llegar a los puertos, y garantizar su transitabilidad es clave para el desarrollo económico. Vamos a seguir trabajando en un plan integral para caminos rurales, con una modalidad en la que las comunidades participen activamente en la definición de prioridades y soluciones”, aseveró.
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En tanto, en relación a la tragedia en Bahía Blanca, sostuvo que la prioridad es reconstruir el Canal Maldonado y restaurar el sistema de escurrimientos y desagües, que quedó completamente destruido tras las inundaciones. “Es fundamental recuperarlo cuanto antes para evitar futuros desbordes. Además, estamos realizando estudios hidrológicos para planificar obras que se adapten a los efectos del cambio climático y a lluvias de gran intensidad, como las registradas recientemente en Bahía Blanca”, precisó.
Aseveró que Buenos Aires es hoy la única provincia que continúa ejecutando obra pública en la Argentina sin interrupciones. “Las obras en Buenos Aires se financian con fondos provinciales y son llevadas adelante por el Estado provincial. Estamos dialogando con los 135 intendentes del interior y los sectores productivos para avanzar en un esquema viable y sostenible para la mejora de los caminos rurales”, precisó.