CÓRDOBA.- La estrategia de la defensa de Brenda Agüero, la enfermera acusada de ser la autora material del crimen de cinco bebés y de ocho intentos de asesinatos, apunta ahora a responsabilizar al “desorden” del Hospital Neonatal de Córdoba y a enfermedades de transmisión sexual de las madres de las víctimas. “No todos los bebés murieron por lo mismo”, afirmó a la prensa Gustavo Nievas. Sus dichos llegan en la tercera jornada de audiencias del juicio sobre los hechos que tuvieron lugar entre el 18 de marzo y el 6 de junio del 2022.
El martes, cuando Agüero declaró solo para hablar de cuestiones personales y no de detalles de la causa, centró buena parte de su alocución en culpar a los periodistas por haberla convertido “en una serial”. En tanto este miércoles se espera que terminen de declarar los imputados mientras que el jueves comenzarán a hablar ante los jueces y jurados populares los querellantes. Cuatro madres serán las primeras en declarar en esa etapa.
“Hay un sector importante de la población que piensa que Brenda es culpable y eso es producto de lo que se tiró a los medios de comunicación desde la fiscalía – dijo Nievas-. Si es alguien razonable, solamente lanzaría a los medios la información que está en el expediente, pero ni siquiera se investigaron todas las líneas que se tenían que investigar”.
“A un hospital la gente va a curarse, a sanarse, pero está lleno de químicos que son sumamente peligrosos. Nuestra hipótesis fue que no todos los bebés murieron por lo mismo, ni todos se descompensaron por lo mismo. El escenario, como dicen en las películas, la escena del crimen, desapareció. Y dejaron de morir los bebés porque limpiaron lo que estaba sucio. Cuando sucedió eso, entonces los chicos se dejaron de morir de contaminación”, añadió.
Esos argumentos de la defensa ya habían sido barajados por los investigadores de la causa antes de que se elevara a juicio, dado que los abogados de Agüero habían planteado, por ejemplo, la existencia de medicamentos vencidos.
“No tienen pruebas para condenar a Brenda. No tengo ninguna duda de que quedará demostrado que la detención es una maniobra del fiscal (Raúl) Garzón”, añadió y graficó que la farmacia del hotel estaba sin conducción hacía un año. Después de aclarar que no lo comentó antes porque no quería “herir sensibilidades”, indicó: “Hay madres que llegaron con sida, hubo madres que llegaron con sífilis, hubo una madre que llegó con la bolsa partida hacía dos días”.
Son los exámenes médicos realizados a los ocho bebés sobrevivientes los considerados claves por la investigación ya que determinaron la presencia de potasio o insulina en niveles que provocaron descompensaciones graves. Hay varios con secuelas. Esos peritajes fueron la base para que el Ministerio Público Fiscal planteara la existencia de un patrón común de accionar. De los cinco bebés fallecidos, dos fueron sometidos a autopsia de manera inmediata (los que murieron el 6 de junio) y los otros fueron exhumados.
Este miércoles en tanto declararán las imputadas Adriana Moralez, quien fue coordinadora del Comité de Vigilancia y Mortalidad Materna Infantil. Ella sí responderá preguntas. Y Claudia Ringhelheim, quien era vicedirectora del Neonatal según sus defensores “por desprolijidades”. Ese planteo le permitiría tomar distancia de la causa.
En la audiencia del martes, la médica neonátologa María Alejandra Luján, quien firmó el acta de defunción de Francisco Calderón Cáceres, el primer bebé fallecido, sostuvo que no había ninguna sospecha alrededor de su muerte. Dijo que en la historia clínica se señala que murió de una falla cardíaca, y que en la misma historia clínica no consta que tenía una mala contractividad de su corazón. “Eso habría que haberlo investigado de otra manera”, aseguró. Después añadió: “Si hubiera tenido una mínima duda, no hubiera firmado el certificado de defunción”. La mujer está imputada por “omisión de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica”.