Muchas personas llegan a su jubilación con la esperanza de encontrar un lugar tranquilo y estable para vivir, pero para Debra Kilgore, una mujer de 63 años, significó la oportunidad de transformar su vida por completo. En el año 2027 espera poder embarcarse en una experiencia sin precedentes al mudarse de manera permanente a una residencia flotante a bordo del MV Narrative, un crucero de lujo diseñado para aquellos que buscan recorrer el mundo sin renunciar a la comodidad de un hogar.

La mujer sufrió hace algunos años la pérdida de sus dos hijos, por lo que con esta oportunidad encontró la forma de redefinir su vida y disfrutar cada día en un lugar distinto del mundo. “¡Viviré alrededor del mundo!”, declaró feliz en una entrevista con el portal de la inmobiliaria Realtor; allí destacó la libertad y el sentido de aventura que esta decisión le proporciona para los años venideros.

Debra Kilgore es una amante de los viajes en barco

El MV Narrative fue desarrollado por la compañía Storylines y cuenta con 530 apartamentos completamente equipados, que van desde estudios hasta amplias residencias de cuatro dormitorios. Cada unidad está diseñada para brindar el confort de un hogar tradicional con la ventaja de una vista al mar en constante cambio.

A bordo, los residentes pueden disfrutar de una amplia gama de servicios y comodidades. El crucero alberga 20 restaurantes y bares, una biblioteca con más de 10.000 libros, una microcervecería, tres piscinas, un teatro, un cine y hasta un jardín. Además, el barco ofrece un centro de bienestar, asistencia médica y programas educativos, lo que lo convierte en un espacio ideal para personas de todas las edades.

Las casas de MV Narrative se encuentran diseñadas para que sus propietarios puedan satisfacer todas sus necesidades en alta mar

A diferencia de los cruceros convencionales, este se encuentra pensado como un hogar flotante sostenible. Funciona con gas natural licuado (GNL), lo que reduce su impacto ambiental y asegura un modelo de vida más ecológico. Su diseño permite a los residentes no solo viajar, sino también influir en la planificación de las rutas, por lo que pueden decidir colectivamente los próximos destinos.

El precio de las residencias a bordo varía entre uno y ocho millones de euros, según el tamaño y la ubicación dentro del barco. Además, los residentes deben cubrir una tarifa anual que incluye servicios como limpieza, comidas y acceso a todas las instalaciones. Sin embargo, también pueden realizarse alquileres de estas propiedades, pero lo que lo curioso es que los contratos solo pueden ser de 12 o 24 años.

Para Debra Kilgore esta decisión representa mucho más que un cambio de domicilio, es la posibilidad de “vivir nuevas experiencias, conocer culturas diversas y crear conexiones con otras personas”, en una etapa de la vida en la que a muchos individuos les cuesta relacionarse.

La idea de despertar cada día en un lugar diferente sin renunciar a la comodidad de un hogar convirtió a este navío en una alternativa atractiva para quienes buscan un estilo de vida dinámico y sin fronteras. Por ahora, todas las imágenes que circulan en Internet sobre este maravilloso lugar solo son esquemas de cómo se verá en el futuro, ya que por el momento se encuentra en fase de construcción, aunque los pagos de cada compra o alquiler de las viviendas asegura el hogar flotante.