El jamón de pollo casero es una opción saludable y natural, ideal para disfrutar como fuente de proteína. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El jamón de pollo es una excelente alternativa a los embutidos comerciales que encontramos en los supermercados. Prepararlo en casa no solo nos permite disfrutar de un sabor más auténtico, sino también tener control total sobre los ingredientes que utilizamos.

Un estudio del Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) del Gobierno de México, reveló que algunas marcas de jamón en el mercado no cumplen con el porcentaje de carne anunciado. Algunas contienen menos carne de la indicada y otras omiten información o no se ajustan a las normas.

Uno de los principales beneficios de cocinar nuestro propio embutido es que se trata de una opción mucho más saludable. Al usar pollo fresco, podemos asegurarnos de que el producto final no contenga grasas trans, excesos de sal ni azúcares añadidos, como ocurre con muchos de los productos procesados. Además, al cocinarlo en casa, podemos personalizar el sabor con especias y hierbas naturales, lo que no solo mejora el gusto, sino también las propiedades nutricionales.

El pollo es muy saludable y rico en nutrientes esenciales como proteínas, lípidos, vitamina D y minerales.

Receta de jamón de pechuga de pollo

Elegir preparar jamón de pollo en casa asegura frescura y un producto más limpio, libre de químicos que podrían tener efectos negativos a largo plazo. Esta receta fue compartida por la cuenta de Instagram @consejosyremedios .

Ingredientes

  • 1 pollo entero
  • 1 cebolla
  • 3 ajos
  • 3 zanahorias
  • 3 litros de agua
  • 50 g de gelatina sin sabor diluida en 400 ml de caldo
  • Jugo de un betabel
  • 3 hojas de laurel
  • Sal al gusto
  • Páprika al gusto
  • Aliño completo (puede ser mezcla de hierbas secas como tomillo, orégano, ajo en polvo, etc.)

Utensilios

  • Cazo
  • Licuadora o batidora de inmersión
  • molde para pan de silicón

Preparación

  • Cocina el pollo: coloca el pollo entero en una olla grande y agrega los 3 litros de agua. Pela la cebolla, los ajos y las zanahorias. Corta las zanahorias en rodajas y agrega todos los ingredientes (cebolla, ajos, zanahorias y hojas de laurel) a la olla con el pollo. Cocina a fuego medio durante una hora o hasta que el pollo esté completamente cocido y tierno.
  • Prepara el caldo: una vez que el pollo esté listo, retíralo de la olla y desmenúzalo en trozos pequeños. Reserva el caldo en el que se cocinó el pollo, cuélalo para eliminar las verduras. En un tazón pequeño, disuelve la gelatina sin sabor en 400 ml del caldo ya colado. Deja reposar durante unos minutos hasta que la gelatina se hidrate bien.
  • Mezcla los ingredientes: con ayuda de la licuadora, junta el pollo desmenuzado con el jugo de betabel, la páprika, el aliño completo y la gelatina diluida con el caldo. Licúa bien hasta que se forme una mezcla homogénea.
  • Prepara el jamón: vierte la mezcla en un molde para pan de silicona (engrasado previamente con aceite vegetal).
  • Enfria y desmolda: deja enfriar el jamón en el refrigerador por al menos 4 horas, o hasta que la mezcla se haya enfriado completamente y se haya gelificado. Una vez que el jamón haya tomado consistencia, desmóldalo con cuidado y estará listo para servirse.

Sirve el jamón de pollo en rebanadas finas, como parte de una ensalada o en un sándwich. También puedes acompañarlo con una salsa ligera de mostaza o una ensalada fresca.

Al usar pollo fresco, podemos asegurarnos de que el jamón no contenga grasas trans, excesos de sal ni azúcares añadidos.

Beneficios del pollo fresco

De acuerdo con el libro “El pollo, mitos, realidades y beneficios” del Instituto Nacional Avícola (INA), la carne de pollo es una fuente de proteína de excelente calidad disponible para una extensa población en México.

El libro resalta el alto valor nutricional del pollo, destacando su excelente contenido de proteínas de alta calidad y fácil digestión. Contiene menos colesterol en comparación con otras carnes y la pechuga tiene solo un 1.3% de grasa, lo que la hace ideal para dietas saludables, incluidas las de pérdida de peso.

El pollo es muy saludable y rico en nutrientes esenciales como proteínas, lípidos, vitamina D y minerales como calcio, hierro, zinc, sodio, potasio y magnesio. Al retirar la piel, se reduce su contenido graso, favoreciendo su digestibilidad y haciéndolo adecuado para todas las edades, según el libro escrito por María del Pilar Castañeda Serrano, Josefina Consuelo Morales de León, y María Elena Sánchez Pardo.