La disputa legal y mediática entre el actor y realizador Justin Baldoni y Blake Lively y su marido, Ryan Reynolds, parece no tener fin. Mientras los juicios cruzados avanzan, los abogados de la actriz y el protagonista de Deadpool pidieron ante los tribunales que el director de Romper el círculo no tenga acceso a los mensajes de texto y audio enviados por la pareja a otras celebridades desde el momento en el que estalló el escándalo. “Existe la posibilidad significativa de que se produzca un daño irreparable”, argumentaron.

Este jueves, los representantes legales de ambas partes tuvieron una audiencia virtual con el juez Lewis J. Liman. Allí, la abogada de Lively, Meryl Conant Governski, solicitó que se permita a los abogados del director acceder a las comunicaciones de Lively y Reynolds, pero no al propio Baldoni. “Existe una posibilidad relevante de que se produzca un daño irreparable si conversaciones marginales con individuos de alto perfil y sin relevancia para el caso cayeran en manos equivocadas”, aseguró la letrada, según informó Page Six.

Blake Lively y Ryan Reynolds llevan se conocieron en el set de Linterna verde (Foto: Instagram @blakelively)

Sin embargo, el abogado de Baldoni, Bryan Freedman, argumentó en la audiencia que está completamente de acuerdo en que los registros médicos de la protagonista del drama adolescente Gossip Girl no deben revelarse y que su equipo “no tiene intención” de violar la orden del tribunal al respecto.

Agregó, sin embargo, que el plan de Lively y Reynolds implica tratar de manera preferencial a “las personas famosas” y “a gente poderosa en la industria”, en detrimento de los seres de a pie.

Justin Baldoni y Blake Lively en una escena de Romper el círculo

“La disputa gira en torno a si una categoría limitada de información que ya no es pública debería ser accesible únicamente a los abogados y no a las partes”, explicó un portavoz de Lively a People. “Ese tipo de disposición es habitual en los casos civiles”, agregó.

El juez Liman previamente, el 28 de febrero, había denegado el acceso de los representantes de Lively a los registros telefónicos de Baldoni porque determinó que la solicitud era “demasiado intrusiva y desproporcionada a las necesidades del caso“.

Capturas publicadas por Justin Baldoni en el sitio web en el que compartió todas las pruebas que presentó ante la justicia

Aunque no fue mencionada con nombre y apellido, en enero Taylor Swift, amiga de Lively, fue incluida en la trifulca. En su demanda, el director incluyó mensajes de texto que forman parte de una conversación entre él y la esposa de Reynolds, luego de un primer encuentro entre ambos en el departamento de la pareja.

Esa reunión se produjo antes de que comenzaran a filmar Romper el círculo, y fue pedida por la actriz, para mostrarle al realizador los cambios que había hecho en el guion de la película, particularmente en la escena en la que los dos personajes protagónicos se conocen en una terraza.

Luego de la reunión, en uno de los mensajes, Baldoni le agradece la predisposición y le reprocha que no era necesario que Ryan y Swift, que apareció de la nada en la habitación en la que se llevó a cabo la reunión, lo presionaran para que aceptara las modificaciones.

Taylor Swift, amiga de la actriz, fue la primera famosa salpicada por el escándalo

El conflicto legal comenzó en diciembre de 2024, cuando Lively demandó a su coprotagonista y director por acoso sexual dentro y fuera del set de Romper el círculo, alegando que hizo comentarios inapropiados sobre la vida sexual de ella y su esposo y habló abiertamente sobre su adicción a la pornografía en el pasado.

También lo acusó de haber lanzado una campaña de desprestigio en su contra. Baldoni, a su vez, ha negado las acusaciones y presentó una contrademanda contra Lively, Reynolds y su publicista por 400 millones de dólares, alegado que fue víctima de extorsión y difamación.

Los cuarto protagonistas de un extraño encuentro que quedó documentado

Además, el actor y director prometió subir a un sitio web todas las pruebas que presentó ante el tribunal, y finalmente lo hizo, desencadenando el pedido de los defensores de Lively de ponerle “un bozal legal” a él y a su abogado.