El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, abrió este sábado un nuevo período de sesiones ordinarias en la Legislatura porteña. Estuvo acompañado por su número dos, Clara Muzzio, y el vicepresidente primero de la Legislatura, Matías López.
En su discurso, destacó que su gestión tuvo “orden y austeridad”, y lanzó varios dardos al Gobierno: no solo dirigidos al presidente Javier Milei, sino también a su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por la situación de los presos. No se olvidó tampoco del gobernador Axel Kicillof, a quien le achacó la violencia del conurbano, que impacta en la Ciudad.
Además, el mandatario ponderó las administraciones de Pro en territorio capitalino, destacó su plan de movilidad y aprovechó para retomar el anuncio que hizo el viernes: la puesta en marcha de la licitación para la línea F de subte, la obra más ambiciosa que de momento lanzó. Al respecto, justificó por qué la presentó ahora, ante los dardos que le giraron desde la oposición debido a que le enrostraron una doble intención en año electoral.
En primer término, Macri agradeció a la Legislatura por la aprobación del presupuesto para 2025 “con equilibrio, sin déficit y con el menor nivel de endeudamiento de los últimos 12 años”. Entonces dijo que esto dará previsibilidad y transparencia a la Ciudad. “Hemos hecho un culto del equilibrio fiscal. No necesitamos que nos enseñen cómo hacerlo”, marcó, sobre una de las banderas que tiene Milei, la de evitar el déficit. “Tenemos en claro: se puede ser tan eficiente como eficaz cuando, en vez de querer eliminar el Estado, se gestiona con austeridad, prudencia y responsabilidad, cuidando los recursos y sin gastar más de lo que entra”, sentenció, como un llamado de atención a la Casa Rosada.
Dijo también Macri que su gobierno no frenó la obra pública, algo que sí ocurrió a nivel nacional, y destacó que ya están por terminar la parte del Plan Hidráulico pautada para 2027. En eso, recordó una histórica frase que pronunció su primo Mauricio Macri en campaña. “Cuando este plan empezó, Mauricio les prometió a los porteños que cuando se hicieran las obras no se iban a inundar. Y eso sucedió. El ‘¡no se inunda más!’ es una marca registrada de una gestión que hace transformaciones concretas”, dijo para ponderar el macrismo.
Fue en ese momento que retomó la llegada de la línea F. En ese sentido planteó que su idea es “seguir transformando la movilidad” para que los porteños puedan desplazarse más rápido y, al respecto de este tema, justificó por qué hizo ahora el anuncio, tras las críticas que le llegaron de la oposición, que le achacó que tenía intenciones electorales y que esta obra ya fue anunciada reiteradas veces pero nunca se ejecutó.
“¿Por qué ahora? Si hubiéramos querido especular con la línea F hubiéramos hecho el anuncio en campaña. Lejos de eso, en el debate, en reuniones con vecinos, varias veces dijimos que no podíamos hacer la línea F u otra, porque necesitábamos llegar al gobierno, planificar, verificar los planos, la ingeniería. Pero, sobre todo, porque el país no tenía la certeza de tomar endeudamiento para una obra tan relevante como la del subte”, alegó y contrastó, en este caso con un guiño a la Casa Rosada: “Hoy esa macro, esa confianza, esa posición más seria, ese equilibrio fiscal que se ha logrado, permite que la Ciudad, con recursos propios, encare una obra tan relevante como la línea F y el Trambús. No hay especulación, hay seriedad, como siempre. Nosotros cuando nos comprometemos con una obra, la terminamos y la cumplimos”.
En todo momento, el jefe de Gobierno destacó la capacidad de gestión de Pro, recordó inversiones que se hicieron tanto durante su llegada al Ejecutivo como en los años previos, y destacó los paquetes de leyes que enviaron a la Legislatura y salieron aprobados. “Probablemente haya muchas cosas para romper en el país, pero esta Ciudad hay que cuidarla y mejorarla”, comparó y, fuera de libreto, lanzó un dardo a los gobernadores que dicen que la Capital no tiene producción. “Uno de cada cinco pesos se producen acá, en esta Ciudad, que no es solo servicios. Por eso mismo, si a la Ciudad le va bien, sin dudas al país también”, enfatizó.
Mientras destacó la lucha contra el terrorismo, pidió por la liberación de los rehenes de Israel que todavía están en manos de Hamas y rezó por la salud del papa Francisco, retomó con un halago a Milei por el “buen trabajo” que hizo en ordenar la macroeconomía y que “millones de argentinos acompañan con esperanza”. Planteó entonces que el crecimiento de esta forma se vislumbra “con más claridad”.
Asimismo, habló de la “autonomía” y la “agenda propia” de la Ciudad y ahí marcó otras diferencias con la gestión nacional, al ahondar sobre el reclamo por la coparticipación, que está judicializado. “En diálogo y coordinación con el gobierno nacional recuperamos 2,95% de coparticipación que el kirchnerismo nos quitó de forma inconstitucional. Sigue firme nuestro reclamo ante la Corte Suprema por el 3,5% establecido en el Pacto Fiscal de 2017 y los casi US$6000 millones que la Nación les debe a los porteños desde septiembre de 2020″, desglosó sobre una deuda que todavía no está saldada, con conversaciones que no avanzaron entre ambos distritos.
Pese a que destacó que recibieron las 31 líneas de colectivo y la creación del fuero laboral, Macri planteó, directo hacia Balcarce 50: “Aún así, necesitamos avanzar con la transferencia de las otras competencias judiciales en materia penal, civil y comercial. Este año es un buen momento para discutir lo que nos falta para que reconozcan la autonomía que nos corresponde. Por eso les pregunto: ¿Queremos discutir si el puerto o la Terminal de Retiro tienen que ser de la Ciudad o van a seguir siendo de Nación? ¿Vamos a dar la discusión por la ampliación de la Justicia Penal o va a seguir siendo de jurisdicción nacional? Las sociedades comerciales o entidades civiles, ¿se van a poder inscribir en la Ciudad o seguimos dependiendo de la IGJ nacional, vieja y lenta? ¿Nos vamos a sentar en la mesa donde se define la política energética de la Ciudad? ¿Qué legisladores nos van a acompañar en el reclamo por la deuda de coparticipación? Esta es una larga discusión, de hace 30 años. Y poder saldarla significa entender qué es ser autónomos y qué consecuencias concretas tiene para la vida de cada porteño”.
En base a eso, Macri anunció que mandó a la Legislatura un proyecto de ley de Emergencia Autonómica, para solicitar al Congreso que avance con los convenios de traspaso que ya están firmados, pero sin aprobación. También, que le encomendó al Ministerio de Justicia que accione para conseguir la transferencia de las competencias que restan a la Ciudad.
“Estamos avanzando hacia un Estado eficiente, pequeño y que cobre menos impuestos”, prometió y pidió a la Legislatura que le apruebe la Ley de Beneficios Fiscales, que incluye la adhesión al RIGI y la regularización de activos, y les contó que mandará un proyecto para que más de 60 trámites sean sin costo.
Contra Kicillof y Bullrich
En el eje Seguridad, se vanaglorió de terminar con los cortes, los piquetes y los acampes. “El orden y el cumplimiento de la ley en la Ciudad no se negocian”, indicó. “Recuerdo cuando los programas de televisión a la mañana, antes del cambio que votó la gente a nivel nacional y nuestra continuidad, informaban los cortes y piquetes en la Ciudad, que le impedían a mucha gente circular. Eso se terminó, no ocurre más en la Ciudad”, dijo, en una frase que sonó contra Horacio Rodríguez Larreta, su antecesor, que volvió a la carga esta semana y criticó el estado actual de la Ciudad. En su defensa, desde el macrismo le achacaron nunca haber podido controlar los cortes.
En el aspecto de la seguridad, Macri tuvo un desliz además contra el gobernador Axel Kicillof. “Esperamos atentos el mensaje del gobernador Kicillof para conocer cuál es su plan contra la inseguridad que golpea a la Provincia y que ya se llevó la vida de 13 de nuestros policías”, dijo. “Desde el gobierno hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que la Ciudad sea una de las capitales más seguras de América Latina, pero cruzando la General Paz la delincuencia avanza sin control. Hemos logrado mantener la seguridad, pero sería mucho más fácil si el gobernador asumiera seriamente la lucha contra el crimen”, acotó, bajo la atenta mirada de su ministro del área, Waldo Wolff.
Acto seguido, entró en uno de los temas más ríspidos para él: los presos que se escapan de las comisarías y alcaidías porteñas. “Yo sé que, como dice la ministra [nacional, Patricia] Bullrich, todas las provincias tienen sus cárceles. Pero también tienen su Justicia propia. Y la ministra conoce que desde que esta Ciudad se creó nunca tuvimos ni la Justicia plena, ni el Servicio Penitenciario. Entonces no puede haber magia en la solución. Esto no se resuelve de golpe. Y mientras los delitos sean nacionales, los presos son del Servicio Penitenciario Federal. Nosotros ya estamos haciéndonos cargo de la solución profunda, construyendo la cárcel. Pero no podemos seguir teniendo presos donde no deben estar y son un peligro para todos”, le achacó a la funcionaria de Milei y adelantó que presentará un proyecto para crear un Servicio Penitenciario de la Ciudad.
En el último tramo del discurso, Macri destacó las medidas que se tomaron en el plano de la salud, la educación, el desarrollo humano y la cultura. “El cambio que transforma no es discurso, es gestión. Vinimos a resolver problemas, no a señalar errores. Con un Estado que no estorba, donde el privado hace las cosas mejor y que genera oportunidades reales donde se necesitan”, concluyó.