Durante el verano, muchas personas disfrutan de actividades al aire libre, como paseos por el campo, picnics, y tiempo en la playa. Sin embargo, esta temporada también es conocida por el aumento de las alergias estacionales debido al polen y otros alérgenos.
En el caso de la capital peruana, debido a la alta humedad que caracteriza el ambiente de Lima, que alcanza un promedio del 85%, las bacterias y microbios presentes en el aire pueden mantenerse suspendidos a la altura de la respiración humana. Esta condición favorece la proliferación de alergias, incluso durante la temporada veraniega.
A menudo, las alergias son consideradas como problemas molestos pero manejables, y muchas personas las experimentan sin mayores complicaciones. Sin embargo, algunas reacciones alérgicas pueden ser mucho más graves de lo que parecen, como es el caso de la anafilaxia, que es potencialmente mortal y que puede poner en peligro la vida de quien la padece si no se actúa con rapidez.
¿Qué es la anafilaxia y cuáles son sus síntomas?
La anafilaxia es una reacción alérgica grave que ocurre de manera rápida, generalmente en minutos, tras la exposición a un alérgeno. Esta reacción afecta todo el cuerpo, lo que la convierte en una urgencia médica. Los alérgenos más comunes que desencadenan la anafilaxia incluyen picaduras de insectos, ciertos alimentos (como nueces, mariscos o lácteos), medicamentos, o incluso la exposición a algunos productos químicos.
El sistema inmunológico de las personas alérgicas identifica erróneamente estas sustancias como peligrosas y, como respuesta, libera grandes cantidades de histamina y otras sustancias químicas que provocan inflamación y daño en los tejidos. Esta inflamación puede afectar diversas partes del cuerpo, como las vías respiratorias, la piel, el sistema cardiovascular y el sistema gastrointestinal, lo que puede llevar a complicaciones graves si no se trata de manera inmediata.
Los síntomas de la anafilaxia suelen aparecer rápidamente y pueden variar en intensidad. Los más comunes incluyen:
- Dificultad para respirar o sibilancias debido a la inflamación de las vías respiratorias.
- Hinchazón de los labios, lengua, cara o garganta, lo que puede dificultar la respiración y tragar alimentos.
- Caída de la presión arterial, lo que puede causar mareos, desmayos o shock.
- Erupciones en la piel, como urticaria, picazón o enrojecimiento.
- Náuseas, vómitos o diarrea.
- Un pulso rápido o irregular.
Si la anafilaxia no se trata a tiempo, puede llevar a un shock anafiláctico, que es una caída peligrosa de la presión arterial y puede ser fatal. Es importante reconocer estos síntomas de inmediato y buscar ayuda médica urgente.
Factores de riesgo de la anafilaxia
No todas las personas que padecen alergias están en riesgo de sufrir anafilaxia, pero ciertos factores pueden aumentar las probabilidades de que una persona experimente una reacción alérgica grave. Algunos de los factores de riesgo más comunes incluyen:
- Historial de reacciones alérgicas graves: las personas que han tenido una reacción alérgica grave a alimentos, picaduras de insectos o medicamentos en el pasado tienen mayor riesgo de sufrir anafilaxia en el futuro.
- Alergias múltiples: aquellos con múltiples alergias pueden estar en mayor riesgo, ya que están más expuestos a los alérgenos que pueden desencadenar una reacción grave.
- Asma: las personas que padecen asma tienen más probabilidades de experimentar una reacción alérgica grave, especialmente si su asma no está bien controlada.
- Alergia alimentaria: algunas alergias alimentarias, como a los cacahuetes, frutos secos o mariscos, son más propensas a desencadenar anafilaxia. Estas reacciones pueden ocurrir incluso por una pequeña cantidad de alimento que contiene el alérgeno.
- Uso de medicamentos: el uso de ciertos medicamentos, como antibióticos, analgésicos o anestésicos, puede aumentar el riesgo de sufrir una reacción alérgica grave, incluida la anafilaxia.
¿Cómo prevenir la anafilaxia?
Estas son algunas recomendaciones clave para prevenir una reacción alérgica grave:
- Evitar alérgenos conocidos: el primer paso para prevenir la anafilaxia es evitar los alérgenos que han provocado reacciones alérgicas graves en el pasado. Esto incluye leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos, preguntar sobre ingredientes al comer fuera y evitar actividades al aire libre si se sabe que se es alérgico a ciertas picaduras de insectos.
- Consultas médicas regulares: las personas con alergias graves deben consultar a un alergólogo para recibir asesoramiento personalizado sobre cómo manejar su condición y evitar los desencadenantes de la anafilaxia. En algunos casos, se pueden realizar pruebas de alergias para identificar qué sustancias pueden causar reacciones graves.
- Educación y preparación: es importante educar a las personas cercanas, como familiares, amigos o compañeros de trabajo, sobre cómo identificar los síntomas de la anafilaxia y cómo actuar en caso de emergencia. La rapidez con la que se recibe tratamiento puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.