Feministas han reclamado que los agresores de violencia machista se hagan «responsables» y que la reparación sea «colectiva», a raíz de la las denuncias de acoso sexual sobre el exportavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón.
En este sentido, desde la Comisión 8M quieren «que se visibilicen las relaciones de poder de género y otras que hacen posibles las violencias sexuales en todos los espacios» y piden que los agresores se hagan «responsables» y que la reparación sea «colectiva». «Nosotras siempre estaremos con las víctimas y supervivientes», han recalcado en declaraciones a Europa Press.
También han precisado que la «cultura de la violación» genera «la creencia de que los violadores son monstruos o vincula las agresiones con consumos o comportamientos adictivos para evitar que tengan que hacerse responsables».
«Creemos que eso es parte del mito, que nada disculpa, relativiza o minimiza una agresión y que los agresores deben hacerse responsables de sus actos, al margen de otras problemáticas que puedan tener en sus vidas. De nuevo, este no es un caso aislado, responde al patrón cultural cómplice que sostiene las agresiones y violaciones», han afirmado.
En esta misma línea, han considerado que los medios de comunicación también reproducen la «cultura de la violación» cuando «dedican más espacio a los detalles de los hechos delictivos, al morbo y dan voz a los agresores».
Asimismo, Comisión 8M celebra que cada vez haya más mujeres que se atreven «a romper el silencio que rodea a las violencias machistas», pero, aunque lo considera «una buena noticia», ha destacado que se necesitan «cambios estructurales para asegurar la no repetición y la reparación personal, comunitaria y social».
Además, añade que se necesita que las víctimas estén acompañadas desde los feminismos durante el proceso de atención y recuperación, pero también acompañadas socialmente y por las instituciones. «No todo el peso puede recaer en las feministas», subraya.
A su juicio, «es importante visibilizar la necesidad de espacios seguros como el que se construye desde el feminismo». «Estamos transformando la cultura de la violación. Esa que nos dice que somos exageradas, que no es para tanto, que lo creemos no pasó, que vamos a romper la familia, el grupo de amigos, el partido… Esa cultura que nos enseña que el agresor es un monstruo agazapado de noche en una esquina para evitar que señalemos que nos agreden nuestros amigos, jefes, novios, familiares…», apunta.
Igualmente, hace referencia a los procesos como el #MeToo o #Cuéntalo, que expone que «han permitido que poco a poco el miedo esté cambiando de bando». «Ya no tenemos vergüenza desde que gritamos en las calles ‘yo sí te creo hermana’. Lo dijimos el año pasado alto y claro: #SeAcabó el silencio y con ello tiene que acabar la impunidad», recalca.
Por su parte, el Movimiento Feminista de Madrid, en declaraciones a Europa Press, tilda el caso de Errejón de «doloroso», aunque matiza que no le «sorprende». Además, se pregunta por qué se ha optado «por seguir tapando al presunto agresor» si «tantos lo sabían». «La complicidad del silencio en torno a estas acusaciones es inaceptable y refleja una cultura que aún protege a los agresores en lugar de a las víctimas, sean del signo político que sean», subraya.
«MUCHOS SE APROPIAN DE NUESTRA CAUSA SIN APORTAR CONTENIDO»
También advierte sobre la «utilización vacía» de la palabra ‘feminismo’ por parte de aquellos que «la han convertido en mera decoración, sin un compromiso real con la lucha de las mujeres». «El hecho de que este político pertenezca a un partido que se dice feminista es un ejemplo más de cómo muchos se apropian de nuestra causa sin aportar contenido político real. Mientras, las mujeres seguimos siendo maltratadas, asesinadas y violentadas a muchos niveles. El uso del feminismo como etiqueta vacía resulta particularmente hiriente», expone.
Además, denuncia el «apoyo» al sistema prostitucional por parte de Errejón, que considera «plenamente incompatible con cualquier postura feminista». «La prostitución es una de las formas más viles de violencia contra las mujeres y quienes se dicen feministas no pueden apoyarlo. Esto mismo ocurre con su defensa de la mercantilización de las mujeres respecto a los vientres de alquiler», precisa.
Igualmente, el Movimiento Feminista de Madrid llama a «alzar la voz» y denunciar ante casos de violencia machista. «Sabemos lo difícil que es, ya que el sistema nos culpa y nos silencia. Pero estamos decididas a unirnos y a apoyarnos entre nosotras, porque la sororidad es nuestra fuerza. Estamos cambiando la vergüenza y la culpa de bando y esto es únicamente gracias a las mujeres que se atreven a romper el silencio. Creer a las víctimas y darles voz es nuestra responsabilidad colectiva. No permitiremos que el machismo siga siendo un tema tabú y nos atreveremos a señalar lo que ellos nos hacen. Juntas seguiremos luchando por un futuro donde todas las mujeres puedan vivir sin miedo y libres de violencia machista venga de quien venga», concluye.
Por otro lado, la activista feminista y exportavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso, Ángeles Álvarez, destaca en un mensaje en la red social X recogido por Europa Press que «un maltratador traslada la responsabilidad de sus actos, encuentra excusas para fundamentarlo y achaca coherentemente su comportamiento a cuestiones ajenas a si mismo para trasladar su responsabilidad».
FUNDACIÓN MUJERES PIDE MECANISMOS PARA «DEPURAR EL MACHISMO»
Asimismo, la Fundación Mujeres urge a los partidos políticos a poner en marcha los mecanismos necesarios «para prevenir, controlar y depurar el machismo en sus organizaciones». «No asumir en primera persona la responsabilidad de la erradicación de la violencia y los comportamientos discriminatorios machistas contra las mujeres dando cobertura a conductas de quienes sabemos que se creen impunes, es un daño contra los derechos de las mujeres. Pero es también un daño sobre la credibilidad del feminismo cuando se produce en partidos que hacen del feminismo y las políticas de igualdad su bandera», subraya en un comunicado.
A su juicio, el compromiso con la libertad y la dignidad de las mujeres, así como una «moral pública sana», exigen «erradicar esta masculinidad tóxica incompatible con un proyecto de igualdad entre los hombres y las mujeres».
Fundación Mujeres también se ha referido a las declaraciones de Errejón sobre violencia de género, que dice que «resuenan como una gran burla al conjunto de las mujeres, culminada por una total ausencia de reconocimiento y disculpa a las mujeres afectadas en su despedida». «Los políticos deberían dar ejemplo de actitudes limpias y decentes, pero, desgraciadamente, vivimos un tiempo en el que la ejemplaridad pública brilla por su ausencia», critica.