Alfredo Cornejo se toma un tiempo para responder. Desde su despacho en la sede de la gobernación de Mendoza, justifica su respaldo al modelo del presidente Javier Milei. No solo admite que tiene más coincidencias que diferencias con el proyecto de los libertarios, sino que plantea que el radicalismo debe cooperar con Milei en las próximas legislativas para garantizar un triunfo electoral del oficialismo nacional que consolide el rumbo económico del país y brinde confiabilidad para generar inversiones. “Hoy no analizo una alianza con Milei, pero no lo descarto”, señala Cornejo, gobernador de Mendoza y referente del sector de la UCR que, a contramano de Martín Lousteau, apuesta por un entendimiento con los libertarios.

A lo largo de la entrevista con LA NACION, Cornejo machaca con que Milei debe ampliar su base de sustentación política y buscar consensos con sus aliados ideológicos para impulsar reformas estructurales en materia fiscal, impositiva y laboral. A la hora de marcar sus divergencias con Milei, el gobernador de Mendoza califica como un “error” la promoción del pliego de Ariel Lijo, defiende el rol del Estado y advierte sobre las designaciones del Presidente en organismos clave, como la exAFIP: “Es un peligro que se apoyen en la burocracia del kirchnerismo”, advierte.

-¿A qué atribuye la decisión de Milei de prorrogar el presupuesto? ¿Los reclamos de los gobernadores ponían en riesgo el equilibrio fiscal o no hubo voluntad de negociar?

-No sé exactamente a qué se debe. Se nos comunicó que no se querían aceptar los cinco cambios que proponíamos. Los cinco puntos no ponían en riesgo el equilibrio fiscal. Por ejemplo, era razonable bajar del 1,9 al 1,5 lo que aportamos las provincias para sostener a la exAFIP, ya que están reestructurando el organismo.

-¿Sospecha que el blindaje del déficit cero fue una excusa porque preferían tener un manejo discrecional de los recursos?

-Categóricamente, nuestros pedidos no afectaban el equilibrio fiscal. Distribuir el impuesto al combustible por el índice de coparticipación no desfinanciaba a nadie ni implicaba crear un nuevo gravamen. De esta manera, la Nación se quedaba con buena parte [de la recaudación]; no tocaba sus finanzas.

Es positivo tener presupuesto para la reputación del Gobierno en los mercados. No es bueno para el país que no lo tengamos.

-¿Supone que el modelo de Milei provocó daños en el tejido social o en la clase media que se verán a mediano o largo plazo?

-No creo que lesione a un sector en particular. Es un ajuste y afecta, pero puede ser beneficioso para el tejido social y para la clase media si el crecimiento se consolida en el tiempo. Pero para que eso ocurra no sólo debe haber equilibrio fiscal, sino que también necesitamos modificaciones estructurales y cambios impositivos.

La relación fisco-contribuyente debe simplificarse y hay que achicar la cantidad de impuestos. Además, se requiere de una reforma laboral para que haya más facilidad a la hora de tomar empleo. Eso es lo que ayuda a la clase media y a los sectores más pobres.

-¿Pide discutir un paquete de reformas impositivas y fiscales en un año electoral?

-La relación fiscal entre la Nación y las provincias es imprescindible. Es una relación fiscal que debe mejorar las competencias, que la provincia quede a cargo de las funciones sustantivas estatales y la Nación se guarde para sí las competencias de libertad económica o política exterior que le da el diseño constitucional. Estas tres reformas fiscales y laborales requieren de un alto nivel de consenso.

Tener un presupuesto y generar consensos para estas reformas es positivo para el país y para consolidar el rumbo económico que ha marcado el presidente Milei.

Milei no tiene que salir derrotado de las elecciones y mostrar que tiene una base amplia de apoyos

-Hace seis meses firmaron el pacto de Mayo en Tucumán, que incluía varios de esos puntos que propone discutir. ¿Por qué no hubo avances? ¿Se arrepiente de haber ido?

-No me arrepiento. Lo he firmado con plena convicción y celebro esos 10 puntos. Son un trazo grueso, una guía de lo que debe hacer el país y tiene estas reformas estructurales.

No tengo claro por qué no se ha avanzado, pero ese es el camino para consolidar los avances económicos de este primer año. Y no solo es bueno para el Gobierno, sino para el país.

-¿Cuáles son sus divergencias con el Presidente? Como radical, ¿no le hace ruido que Milei desprecie el rol del Estado o no cuide la educación pública?

-La educación pública, la salud pública, la seguridad y la administración de justicia son cuatro funciones sustantivas y básicamente estatales. De ninguna manera ahí se puede destruir el Estado. Al contrario, hay que fortalecerlo. Las grandes democracias, como EE.UU., tienen Estados fuertes. Y tener un Estado fuerte no quiere decir que haya mucho gasto público.

“No es bueno para el país que Milei no tenga presupuesto”, afirma el gobernador de Mendoza

-¿Las formas son importantes o Milei hace bien en solo preocuparse en resolver el problema económico? ¿Nota un desprecio del Presidente por las instituciones?

-No lo veo a Milei despreciando a las instituciones. Ha respetado fallos judiciales. Nos guiamos mucho por su discurso o porque se refiere de forma peyorativa a las instituciones, pero hasta acá no veo que haya habido un desprecio institucional.

-¿Y no ve contradicciones en el modelo de Milei? ¿No le inquieta que insista en impulsar el pliego del juez Ariel Lijo?

-Sí, eso es un error, pero hasta aquí…

-¿Lijo carece de aptitudes para llegar a la Corte?

-Bueno, es muy cuestionado…Hemos decido no expresarnos hasta que el proceso avance, pero no se puede negar que tiene muchos cuestionamientos, incluso, en el interior de la propia Justicia.

-¿Sus dos senadores van a votar a favor de Lijo? El Gobierno llamó a extraordinarias para tratar, entre otras cosas, los pliegos.

-En general vamos a coordinar posiciones con el bloque de Pro y el radicalismo, pero no hay una respuesta definitiva al respecto.

-¿Nota que hay una continuidad con las prácticas del kirchnerismo cuando ve las designaciones de Milei en la SIDE o en la ex-AFIP? Por ejemplo, Andrés Vázquez, el titular de la DGI, no declaró sus bienes en el exterior o promovió a su pareja en el organismo, según reveló LA NACION.

-Bueno, se ve que la falta de equipo propio ha hecho que asuman con estructuras que ya tienen experiencia. Dentro de eso el kirchnerismo está en la primera fila. También han convocado a funcionarios de Pro que han estado en el gobierno de Macri. Veo como un peligro que se apoyen en mucha burocracia del kirchnerismo. Hay que terminar con el kirchnerismo en todas sus formas, sobre todo, con la cultura anticapitalista y antidemocrática de esa fuerza.

Es un error del Gobierno impulsar la candidatura de Lijo a la Corte

-¿Es inevitable que haya una fragmentación de la UCR en la oferta electoral de 2025?

-Sin dudas, hay dos radicalismos. Uno tiene una opinión muy negativa del Gobierno y lo que se está haciendo en materia económica. Y el otro muestra una mirada positiva respecto de lo que se está haciendo. Los primeros conducen el comité nacional, porque ganaron el plenario. Y con lo cual tienen la vocería del radicalismo. Los segundos tenemos una coordinación con el gobierno nacional -con altibajos- y somos mayoría en los bloques de diputados y senadores.

-¿Con Milei se profundizó la grieta interna?

-La división es lamentable. No me gusta, pero es lo que tocó. Son posiciones muy equidistantes. Ahora yo creo que el país requiere consolidar esta primera etapa de logros económicos. Y las elecciones de 2025 son una oportunidad.

-En ese sentido, ¿el radicalismo más afín al Gobierno debería hacer un acuerdo electoral con Milei?

-Yo creo que el radicalismo tiene que procurar que el Gobierno no tenga reveses electorales, pero también el Presidente debe hacer su parte. Es decir, debe buscar consensos para las reformas que se vienen. Ahora eso, de un lado y del otro, está en una zona gris. Con lo cual no sé cómo va a actuar el radicalismo y tampoco el Gobierno.

-¿La sanción a los diputados que auxiliaron a Milei es un punto de quiebre en el vínculo con Lousteau y Facundo Manes?

-Es una pésima decisión, que no está firme hasta que lo ratifique la Convención Nacional. Han actuado mal; la expulsión de esos dirigentes no es algo bueno para el radicalismo.

-¿Usted va a desdoblar las elecciones de Mendoza? Milei criticó a los gobernadores que separaron los comicios locales.

-En Mendoza no lo tenemos resuelto, pero esas generalizaciones no son buenas a la hora del análisis. Hay provincias que tienen la obligación legal de desdoblar, como ocurre con el caso de Chaco. En Mendoza tenemos las dos chances, pero con fecha fijada por ley, por si se desdobla o unifica. No es una decisión que tomaré en soledad; voy a hacer muchas consultas antes de definirlo.

-¿Analiza un acuerdo o alianza con Milei y LLA en Mendoza para compartir listas?

-Hoy no lo analizo, pero no lo descarto. Hay coincidencias como para ir juntos y hay algunas diferencias como para no hacerlo. Están abiertas las dos respuestas. Con lo cual habría que hacer una ronda de consultas y después de eso tomar una decisión.

Yo aspiro a que el país salga adelante con este gobierno

-¿La base electoral de la UCR o de lo que supo ser JxC siguen apoyando al Gobierno?

-No hay ninguna duda. Eso es así. Yo lo sabía desde un primer momento y expliqué en el plenario del comité nacional del radicalismo por qué Martín no podía ser el vocero. En ese entonces dije que nuestra base electoral o nuestros simpatizantes iban a apoyar con esperanza al Gobierno en esta primera etapa. Y lo están haciendo; eso se nota perfectamente en las encuestas.

Alfredo Cornejo, detractor de Martín Lousteau, jefe de la UCR, cree que su fuerza debe consensuar reformas con Milei

-¿Un triunfo de Cristina Kirchner en Buenos Aires podría ser una amenaza para la estabilidad del plan económico de Milei?

-Allí se reparten muchos diputados nacionales y es una provincia emblemática, donde el kirchnerismo está vivo, tiene figuras y aún conserva prestigio en muchos sectores sociales. Así que la chance de una derrota del Gobierno y sus aliados es una posibilidad en Buenos Aires. Y, sin duda, puede ser un dato negativo para la marcha del plan económico.

La UCR tiene que procurar que el Gobierno no tenga un revés electoral, pero Milei debe buscar consensos

-¿Macri debería hacer un acuerdo electoral con Milei para sobrevivir en política o evitar la extinción de Pro?

-No sé qué tiene que hacer Macri. No me gustaría opinar sobre eso. Ahora si el Gobierno quiere ratificar los incipientes resultados económicos, con las reformas estructurales que faltan para consolidar el crecimiento, debe facilitarle las cosas al electorado en el 2025 y buscar a todos los que tienen coincidencias con Milei. No tengo muy claro si el Gobierno quiere hacer realmente eso. Tampoco se los he preguntado.

-¿Por qué lo dice?

-Es confuso verlo en las opiniones del Gobierno. No lo tengo claro.

-¿No ve vocación de diálogo y consenso en el Gobierno para alcanzar acuerdos electorales e impulsar reformas estructurales?

-Por momentos, sí, y por otros, no. Por ejemplo, el Gobierno salió fortalecido cuando se llegó a un acuerdo por la ley bases y el paquete fiscal. Hoy están mostrando resultados positivos, pero el clic político lo hizo cuando dio esas señales de gobernabilidad con las reformas que se aprobaron en el Congreso. En esa etapa estaban dispuestos a los acuerdos. De hecho, cedieron bastante. Después, por algunas declaraciones, pareciera que creen que pueden prescindir de esos acuerdos. Entonces, se hace confusa la lectura.

-Sugiere que Milei debe ingresar en una segunda fase y apostar a ampliarse.

-Yo aspiro a que el país salga adelante con este gobierno y no perdamos cuatro o tres años más de consolidar un crecimiento que la Argentina necesita. La variable política de las elecciones es muy relevante y alcanzar consensos para modificar la relación fiscal, contribuyente-fisco o provincias-Nación y los temas laborales son básicos para el clima de negocios que necesitamos en la Argentina. Hay que construir un capitalismo serio.

-¿Será difícil que lleguen inversiones al país si Milei no levante el cepo cambiario?

-Primero, todavía cuesta conseguir un comprador para empresas argentinas. Y más para una [por Impsa] que tiene una deuda de 570 millones de dólares. Finalmente, solo hubo un solo oferente. La verdad es que si no existiera el cambio de rumbo de Milei y este clima de negocios no hubiera habido un solo oferente. Eso es un mérito del gobierno nacional. Y lo hemos trabajado juntos, como ocurrió con el RIGI, cuyo primer proyecto fue mendocino y estará en el parque solar El quemado. Siento que estamos trabajando juntos.

-¿Milei deberá reactivar la obra pública o avanzar con un esquema mixto?

-Creo que sí; debemos ir hacia eso. Es imprescindible la infraestructura vial y energética. El Gobierno ha creado las bases para ese clima, pero necesitamos proyectos bien concretos para las rutas, con inversión público-privada. En Mendoza arrancamos con dos rutas provinciales. Ahora vamos a terminar la 80 con peaje. Tenemos que ir hacia eso y estamos prestos para trabajar con el gobierno nacional en las rutas nacionales.

-En síntesis, ¿las coincidencias que tiene con Milei son más importantes o tienen más peso que las diferencias?

-Sí. No me gusta cuando dice que hay que destruir el Estado, pero creo que el rumbo económico es el que debía tener la Argentina. Y, por otra parte, es lo que planteábamos en JxC.

Estoy convencido de que el Gobierno debe avanzar ahora con reformas estructurales. Los temas impositivos y laborales requieren de un alto nivel de consenso y una base de apoyo muy superior a la que tiene el Gobierno para que se consoliden en el tiempo. Con lo cual, los que estamos en partidos de oposición debemos apoyar esa línea gruesa que está en los diez puntos que firmamos en el Pacto de Mayo.

Yo aspiro a que el país salga adelante con este gobierno

-¿Por qué no hubo un estallido social si el Presidente avanzó con “el ajuste más grande de la historia”? Tiene que ver con el desarme de las organizaciones sociales y la asistencia que brindó o que hay mayor tolerancia en la sociedad.

-Hay una conjunción de cosas. Primero, buena parte de la ciudadanía se ha cansado y solo una ínfima minoría aprueba los cortes de calles o rutas. Hay un cambio cultural. Y, en segundo lugar, hay una buena tarea del gobierno nacional en quitar los intermediarios de la ayuda social. Eso es una buena decisión. Además, el Ministerio de Seguridad se puso firme en el control de la calle.

Después todas las revueltas tuvieron organización política, no fueron espontáneas. En todo caso lo espontáneo era el reclamo o la protesta. Hoy en día sigue habiendo pobreza y desigualdad, pero los organizadores políticos están desarticulados porque no tienen consenso para promover esas revueltas violentas.

-¿Y el Gobierno debe ganar las elecciones o hacer un acuerdo con aliados ideológicos para atraer inversiones y generar confianza?

-Es que las dos cosas son compatibles. El Gobierno no tiene que salir derrotado; debe ganar y mostrar que tiene una base amplia de apoyos para dar confiabilidad no solo a la inversión extranjera, sino a la nacional. Es decir, para que la pyme agrande su fábrica o su comercio.

-Se lo nota optimista.

-[Interrumpe] Es la señal que debería dar el gobierno en este momento electoral.