En el calendario social porteño, la del 10 de marzo es una fecha clave. Ese día, Javier Iturrioz festeja su cumpleaños, un ritual de gran despliegue que sólo se canceló una vez y debido a un suceso extraordinario como la pandemia por coronavirus. Que este 2025, cuando el arquitecto e interiorista cumplió 58, haya caído un lunes no fue para nada un problema: “Todos los días son igual de buenos: lo importante es la actitud”, dijo él, exultante, a ¡HOLA! Argentina. Al igual que otros años, la consigna fue dress to impress y black tie. Y la convocatoria, a las 21 horas, en un lugar muy especial: Mansión Mihura, ubicada sobre avenida Las Heras casi esquina Rodríguez Peña, en pleno Recoleta. “Se trata de una joya de los años dorados de la arquitectura porteña. Y no bien la conocí, pensé en esa escena de la película Medianoche en París en la cual el personaje de Owen Wilson conduce en su auto a sus amigos a otra época. Pensé de inmediato en la Belle Époque y me descubrí queriendo llevar a mis amigos a una fiesta: la mía”, cuenta el anfitrión, deslumbrante, vestido con un tuxedo de Brioni, pantalón de Nicolás Zaffora, moño de Tom Ford y zapatos de charol de Bergdorf Goodman recibiendo a sus 350 in – vitados que estaban felices de acompañarlo.
COMO EN LA BELLE EPOQUE
En la noche del lunes, con los arreglos florales que armó especialmente la ambientadora Nora Callegari [dolphins, lilliums, lisiantus, ásteres, solidagos, flores de aguaribay y celosías] bajo las directivas de Iturrioz, las velas y la música de Josephine Baker y Cole Porter, la Mansión Mihura lucía en todo su esplendor. Construido en 1919 por el arquitecto Eduardo Lanús por encargo de Francisco Mihura, que fue hermano del ministro de Agricultura del presidente Marcelo T. de Alvear, este edificio de gran valor [es la adaptación local del petit hotel francés desarrollado entre los siglos XVII y XIX] sufrió décadas de abandono, pero, por suerte, fue restaurado para convertirlo en un hotel 5 estrellas: el Recoleta Grand Hotel.
“Ese edificio siempre me fascinó. Me daba tanta curiosidad que contacté a los dueños, que me invitaron a conocerlo. ‘Este lugar es lindísimo para hacer acá una de mis fiestas’, dije. Como debo haberlo repetido varias veces, ellos quisieron saber cómo eran mis festejos. ¡Les conté y se coparon!”, recuerda Iturrioz. Estrictamente, fue él quien el lunes 10 de marzo reestrenó la Mansión Mihura: meses antes de su inauguración, sus invitados de lujo –que recorrieron cada salón del edificio con sus copas de Luigi Bosca De Sangre [en sus versiones Malbec y White Blend] y se deleitaron con las propuestas que armó con el chef Maximiliano Matsumoto [blinis de maíz con tartar de langostinos, pinchos caprese y sandía asada con queso de cabra y menta; falafel de arvejas con salsa de yogurt, minihamburguesas veganas y mil hojas de papa con aioli; hummus de garbanzos y zanahorias glaseadas y ñoquis de espinaca con queso azul y almendras]– fueron los primeros en atravesar lo que, antiguamente, fue una entrada de carruajes que conectaba el foyer de la planta baja de la Mansión Mihura.
Sorprender a sus amigos y familia con el lugar del festejo es también un sello de Iturrioz. La megacelebración al estilo Andy Warhol por sus 43 la hizo en el Museo Fortabat. Al año siguiente, optó por Algodón Mansión, cuando todavía no había inaugurado. Para los 45, la consigna fue Moulin Rouge y lo organizó en el Palacio Paz y, para sus 46, recreó el Copacabana en los flamantes salones del Hotel Plaza. En La Rural y para sus 47, hizo el Gran Gatsby y eligió el Palacio Bencich para celebrar los 48. Armó Studio 54 en un boliche que estaba punto de abrir en el bajo Belgrano para sus 49 y, cuando cum – plió 50, la convocatoria fue en el Palacio Sans Souci: ¡500 invitados con máscaras en black & white! Los cum – pleaños que hizo en un yacht, el del Museo de Arte Decorativo y el del Olympo Sky Bar, en un piso 31 con vista 360° de la ciudad de Buenos Aires, marcaron hitos: todos “pum para arriba” –como él suele decir–, con buena música, la deco cuidada al máximo detalle y, por supuesto, superglam. Confiesa: “Siempre digo lo mismo: soy anacrónico, de otra época: en mi agenda de papel, voy armando las listas de invitados; llamo personalmente a cada uno y, con marcador flúo, subrayo quién puede y quién no. Y, para la deco… tiendo al barroco. More is more”.
CELEBRAR LA VIDA
Que Iturrioz disfruta cada cumpleaños salta a la vista. “Puro disfrute, sí”, remarca él. “Disfruto todo. Me encanta recibir los llamados de la gente. Y me halaga que mis ami gos se empilchen para mí. Lo siento como una manera de agasajarme. El día de la fiesta, lo paso bomba: me encantan los abrazos y quedarme en la puerta saludando y charlando con todos. Me gusta ir pululando por ahí, bailar y sacarme fotos”, cuenta. Desde hace algún tiempo, Iturrioz decidió que no quería más regalos. “Al día siguiente de cada festejo, sentía como si me hubiera casado: estaba lleno de regalos: hieleras, libros, ropa, perfumes… Gracias a Dios no necesito regalos”, afirma él. A cambio, sugiere a sus invitados que hagan donaciones a diferentes ONG y refugios de caballos maltratados y de otros animales de granja. “Es absoluto el placer que ten – go cuando estas ONG me llaman para contarme que, con las donaciones con las que colaboramos, pudieron techar los boxes o comprar fardos y vacunas. Justo antes de venir a la fiesta, me llamaron para decirme que una de mis invitadas adoptará 4 caballos”, cuenta. Y es casi lo último que le dice a ¡HOLA! Argentina: porque, pasada la medianoche, sus sobrinas, Carolina e Inés O’Toole, van a buscarlo para llevarlo hacia el salón de la chimenea, donde sus amigos lo esperan para cantarle el “Feliz cumpleaños” alrededor de una gran torta con macarrons y buttercream y brindar con el Extra Brut de Luigi Bosca. Y, antes de sumergirse en la pista de baile con la música de Puli Demaría, Iturrioz confiesa: “Desde hace años me digo: ‘Este es el último cumpleaños que hago’. ¡Pero sigo y sigo! Life is a party es mi lema. Soy un convencido de que, en esta vida, tenemos que pasarla lo mejor posible: hay que abrazarse, bailar y brindar rodeado de familia y de amigos”.