Si hay algo que nadie puede negar sobre Jane Fonda es que acostumbra a ponerle el cuerpo a sus luchas. En su juventud, se convirtió en una de las voces más potentes contra la guerra de Vietnam y a lo largo de su vida no ha dudado en enfrentarse a los poderes políticos y económicos de turno cada vez que lo consideró necesario, a pesar de que en varias oportunidades por sus actos de justicia terminó en una celda. Sin embargo, hay una pelea que la protagonista de Mi pasado me condena libró y que se mantuvo en secreto hasta esta semana.
La célebre intérprete y activista participó del pódcast Skip Intro. Junto a ella, se presentó su hijo, el actor Troy O’Donavan Garity, al que le pidieron que contara algo sobre su madre que no se supiera públicamente. Y entonces, no lo dudó.
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El actor de 57 años le relató a la presentadora Krista Smith la espectacular historia que involucró a Fonda y a un oso que entró intempestivamente en la casa de Nuevo México en la que vivía. “Ella empujó a un oso fuera de su dormitorio”, dijo el actor, a quien Fonda concibió con su difunto exmarido Tom Hayden. Su madre, mientras tanto, asintió para confirmar sus dichos.
En ese momento, Fonda vivía “en la naturaleza” en Nuevo México y “cuidaba a su nieto”, explicó el actor. Fonda tiene dos nietos, Malcolm y Viva Vadim, que son hijos de su hija mayor, Vanessa Vadim.
“Ella escuchó un ruido extraño, así que salió del dormitorio en mitad de la noche para ver qué ocurría. Y cuando regresó, la puerta mosquitera estaba desmontada y había un enorme oso en su habitación, husmeando sobre la cuna”, continuó relatando Troy.
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Con incredulidad, la anfitriona le preguntó a la actriz cuál había sido su reacción. Y Fonda emitió un fuerte rugido y levantó las manos para parecer más grande. Luego, explicó que poco tiempo antes del incidente, ella había aprendido “qué hacer si estaba cerca de un oso”.
Tanto la actriz como su nieto salieron ilesos de la inquietante intromisión, pero la casa de la actriz no corrió con la misma suerte. “Orinó en la alfombra”, reveló Fonda. Pero la historia no terminó allí: “Y luego, regresó a la puerta y se sentó. Entonces, no lo dudé y lo empujé hacia afuera”, culminó la protagonista de El síndrome de China el relato.
A pesar de haberse comportado como una heroína, Fonda confesó hace algún tiempo que sigue intentando ser su mejor versión como madre. En una entrevista, la actriz admitió que, aunque no fue “el tipo de madre que ella deseaba” para sus tres hijos, ahora está “intentando estar presente” para ellos.
“He estudiado la paternidad y ahora sé cómo debe ser. Antes no lo sabía”, dijo la actriz durante una visita al programa Who’s Talking to Chris Wallace? de la CNN. “Tengo unos hijos estupendos, con talento, inteligentes. Pero simplemente no supe cómo hacerlo”, continuó sobre el “mayor arrepentimiento” de su vida.
En los últimos años, Fonda ha hablado con franqueza de su relación con sus hijos Mary, Vanessa y Troy. “Cuando muera, quiero que mi familia esté a mi lado”, explicó la ganadora del Oscar a Net-a-Porter en marzo de 2017. “Quiero que me quieran, y tengo que ganármelo. Todavía estoy trabajando en ello”.
Fonda tuvo a su primer hijo en 1968. La actriz y su marido, el director de cine francés Roger Vadim, le dieron la bienvenida a su primogénita, Vanessa. Sin embargo, la relación comenzó a resentirse al poco tiempo debido a los problemas con el alcohol de Vadim y en 1973, firmaron los papeles de divorcio.
En enero de 1973, cuando se oficializó su divorcio de Vadim, Fonda volvió a apostar al matrimonio. Mientras estuvo casada con su segundo marido, el activista Tom Hayden, dio a luz a su hijo Troy, en 1973, y adoptó a su hija Mary en 1982. Seis años después se separaron y en 1990 se divorciaron