La inscripción “Gloria”, así en castellano, resaltó en la campera de Kendrick Lamar. El rapero fue el encargado del show del entretiempo, uno de los momentos icónicos del Super Bowl LIX. Una performance muy aclamada por los amantes del género, potenciada por la presencia de Samuel L. Jackson personificando al Tío Sam como presentador. La gloria deportiva quedó en manos de Philadelphia Eagles, que con una actuación apabullante de principio a fin frustró el tricampeonato de Kansas City Chiefs.
El prematuro baño de Gatorade al entrenador Nick Siriani, con tres minutos todavía en el reloj de juego, es elocuente de la falta de emoción que revistió la gran final anual de la NFL. Circunstancia que no alcanzó para eclipsar el show que trae aparejado el suceso deportivo más importante de Estados Unidos, con personajes que van desde Donald Trump hasta Lionel Messi en las tribunas del Caesars Superdome de New Orleans.
La victoria de los Eagles por 40-22 representó su segundo título en su historia luego del conseguido en 2018 ante los New England Patriots de Tom Brady en su esplendor, y una revancha de la derrota en la final de 2022 ante los Chiefs. Como hace siete años, el equipo de la cuna de la independencia norteamericana frustró el tricampeonato del rival. Los Patriots habían ganado el año anterior y reconquistaron el título en 2019. Los Chiefs llegaron con dos éxitos consecutivos y buscaban una proeza que nadie logró en la historia moderna de este deporte. Sólo los Green Bay Packers ganaron tres títulos seguidos, pero antes de 1967, cuando todavía no estaba en juego el Super Bowl.
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Brady también fue uno de los protagonistas de la noche como comentarista de la cadena Fox. “No se puede dar a los Chiefs por perdidos”, dijo en el entretiempo al recordar la hazaña de 2016, cuando comandó a su equipo a remontar una desventaja de 25 puntos ante Atlanta Falcons. A esa altura, los campeones defensores caían 24-0. Pero los Eagles no dejaron espacio para la hazaña.
Las comparaciones entre Mahomes y Brady entraron en un impasse. Si bien Brady, ganador de siete anillos de campeón, es considerado el mejor jugador de la historia, a los 29 años Mahomes ostentaba un mejor pedigree, con tres títulos y jugando su quinto Super Bowl en ocho años como profesional. Sin embargo, tuvo una actuación para el olvido que incluyó tres touch-downs, dos intercepciones y una pérdida, además de haber sido capturado seis veces detrás de la línea de golpeo.
Esta vez no hubo final feliz para Taylor Swift, la estrella pop que está en pareja con Travis Kelce, ala cerrada y figura de los Chiefs. Presente en el palco, fue abucheada por los hinchas de los Eagles, mayoría en New Orleans, y como yapa también recibió críticas de Donald Trump, que se convirtió en el primer presidente en ejercicio en asistir a la gran final. “La única que tuvo una noche peor que los Chiefs fue Taylor Swift. MAGA no perdona”, escribió en Truth Social, su red social. Swift, que había apoyado a Kamala Harris en la campaña, sí contó con el apoyo de Serena Williams, otra de las estrellas de la noche al bailar en el escenario junto a Kendrick Lamar.
En un deporte dominado por los hombres, las mujeres tuvieron su espacio y fueron protagonistas de dos de los comerciales más comentados del entretiempo: el de Nike y el institucional de la NFL promoviendo el flag-football.
De principio a fin
Los hinchas de los Eagles son reconocidos como los más exigentes de la NFL. Fieles seguidores de su equipo, suelen hacer sentir su descontento cuando las cosas no salen. Sin ir más lejos, en el inicio irregular de la campaña, llegaron a poner en tela de juicio la capacidad del entrenador Siriani y la química entre Hurts y el excéntrico AJ Brown, que suele concentrarse cuando descansa la banca leyendo libros de autoayuda. En el Superdome los fanáticos de los Eagles fueron protagonistas y demostraron que todo aquello quedó atrás.
El partido se decidió en las trincheras. El dominio de los Eagles se gestó a partir del sometimiento absoluto que impuso su línea defensiva, que ahogó a Mahomes desde el inicio y nunca le dio tiempo ni espacio para pensar. En ataque, el quarterback Jalen Hurts tuvo su revancha de lo ocurrido dos años atrás y se lució abriendo espacios con sus corridas (72 yardas terrestres, un touch-down) y precisión en sus lanzamientos (17/22 pases, 221 yardas aéreas, dos touch-downs, una intercepción). Fue elegido el MVP de la final. El corredor Saquon Barkley no descolló (57 yardas) pero redondeó con el título una temporada de ensueño, la primera en Philadelphia luego de ser liberado por los New York Giants, su clásico rival. Con 2504 yardas, batió el récord de la liga para una temporada. Los receptores DeVonta Smith y AJ Brown (un touch-down cada uno) completan un cuadro estelar.
Además del veterano Kelce (35 años), Mahomes no cuenta con una plantilla de tanto renombre. Así y todo, a lo largo de la campaña se las había ingeniado para llevar a los Chiefs al Nº1 de la temporada regular (15 victorias, dos derrotas) ganando muchos partidos con su sello en la última jugada. A lo largo de la campaña se extendieron las acusaciones, no excentas de teorías conspirativas, de que los Chiefs eran favorecidos por los árbitros, lo que estalló en la final de la Conferencia ante Buffalo Bills. “Al campeón no sólo hay que superarlo, hay que noquearlo”, aceptó Josh Allen, quarterback de los Bills.
Los Eagles tomaron nota. Apabullaron a los Chiefs de principio a fin, evitaron el tricampeonato y están otra vez en lo más alto. La Gloria tiene un solo dueño.