En su séptimo vuelo de prueba en Texas, Estados Unidos, la nave espacial Starship, de SpaceX, la compañía de Elon Musk, sufrió un desperfecto. Tras un exitoso despegue, la empresa perdió contacto con el vehículo a los ocho minutos y medio, por lo que procedió a detonarlo como mecanismo de protección.

Desde la compañía del magnate indicaron durante la transmisión en vivo que la comunicación se perdió luego de que los seis motores se apagaran uno por uno mientras la nave estaba en el aire. Ante este escenario se activó el Sistema de Terminación de Vuelo (FDS), mediante el cual explotan al vehículo para que afecte a terceros, ya que se no se sepa cuál es su localización.

A través de su cuenta de X, SpaceX explicó: “La nave espacial sufrió un desmontaje rápido e imprevisto durante su ascenso. Los equipos seguirán revisando los datos de la prueba de vuelo de hoy para comprender mejor la causa raíz. En una prueba como esta, el éxito depende de lo que aprendemos, y el vuelo de hoy nos ayudará a mejorar la fiabilidad de la nave espacial“.

Apenas unos minutos antes de la detonación, la empresa utilizó los brazos mecánicos gigantes de la torre de lanzamiento para capturar al propulsor que regresaba, una hazaña que sólo había logrado una vez. El propulsor descendente se mantuvo suspendido sobre la plataforma de lanzamiento y posteriormente fue tomado por el par de brazos apodados palillos.

Por su parte, Musk explicó: “Los primeros indicios son que tuvimos una fuga de oxígeno o combustible en la cavidad situada encima del cortafuegos del motor, lo suficientemente grande como para generar una presión que excedía la capacidad de ventilación. Además de volver a comprobar si hay fugas, añadiremos un sistema de extinción de incendios a ese volumen y probablemente aumentaremos el área de ventilación. Hasta el momento, nada sugiere posponer el próximo lanzamiento más allá del mes próximo”.

Dan Huot, vocero de SpaceX, señaló: “Fue genial ver descender un propulsor, pero obviamente estamos decepcionados por la nave”. Además, dijo que se tomarán el debido tiempo para analizar los datos y averiguar qué sucedió: “Es una prueba de vuelo. Es un vehículo experimental”.

Según los últimos datos que se pudieron obtener, la nave espacial alcanzó una altitud de 146 kilómetros y una velocidad de 21.317 kilómetros por hora. El cohete de 123 metros había despegado a última hora de la tarde desde Boca Chica Beach, cerca de la frontera con México.

Horas más tarde, la compañía de Elon Musk emitió un comunicado en relación a la última prueba de la nave y dijo que se realizó con objetivos “ambiciosos”, como “intentar repetir el éxito anterior de lanzar y atrapar el vehículo de lanzamiento más poderoso del mundo y, al mismo tiempo, someter a una Starship rediseñada y mejorada a un riguroso conjunto de demostraciones de vuelo”.

El mega cohete propulsor Starship de SpaceX regresa a la plataforma de lanzamiento durante un vuelo de prueba desde Starbase en Boca Chica, Texas

En tanto, reflexionó: “Sirvió como recordatorio de que las pruebas de desarrollo, por definición, son impredecibles. Como siempre, el éxito surge de lo que aprendemos, y esta prueba de vuelo nos ayudará a mejorar la fiabilidad de Starship en su esfuerzo por hacer que la vida sea multiplanetaria. La revisión de los datos ya está en marcha mientras buscamos la causa raíz. Realizaremos una investigación exhaustiva, en coordinación con la FAA, e implementaremos medidas correctivas para realizar mejoras en las futuras pruebas de vuelo“.

De cara al futuro cercano, SpaceX afirmó que ya están construidos la nave y el propulsor para la octava prueba. “Están pasando por tramos previos al lanzamiento y preparándose para volar mientras continuamos un rápido proceso de desarrollo iterativo para construir un sistema de transporte espacial completamente y rápidamente reutilizable“, escribió.

Con información de AP.