Faltaban minutos para la medianoche del viernes pasado y el avión de Air France estaba a punto de salir para París cuando llegó la orden judicial. Ni la beba de 15 días ni ninguna de las tres personas que planeaban viajar con ella –y estaban por embarcar– podían tomar ese vuelo. La justicia federal había abierto una causa por presunta trata de personas y emitido de urgencia una prohibición de salida del país para los cuatro.
Los alcanzados por la orden judicial fueron, además de la beba, una pareja de dos hombres italianos y una mujer que, en acuerdo con ellos, había gestado y dado a luz a la niña que, según el plan trazado, sería criada por los dos hombres, sus padres, en Italia. Pero en los papeles ella es hija de la mujer que la tuvo –que no tiene ninguna vocación de ser su madre– y de uno de los dos hombres, un médico oncólogo de Padua. Se trata de un caso de gestación por sustitución o subrogación de vientre.
La Justicia tiene elementos para sostener que la mujer lo hizo porque necesitaba el dinero y no, como declararon en los papeles, con un fin altruista y sin contraprestación alguna a cambio, informaron fuentes judiciales. La mujer, de 28 años, tiene una muy mala situación económica, no tiene trabajo, no terminó el colegio y cría sola a una hija menor. “Está en una situación de extrema vulnerabilidad”, relató un funcionario que conoce el caso.
La justicia argentina investiga otros hechos de subrogación por sustitución que esconderían casos de trata de personas, pero este es el primero en el que frenaron a una pareja antes de que se llevara a un niño al extranjero, advirtieron en los tribunales.
Las alarmas sonaron en Migraciones el miércoles pasado, cuando una chica se presentó en Aeroparque con un italiano diciendo que quería autorizarlo para que viajara solo con la beba de ambos. Las autoridades de Migraciones advirtieron –según relataron fuentes del caso– que la madre se mostraba muy distante de la recién nacida y que había una notable disparidad con el hombre que se presentaba como su pareja.
Se fueron sin completar el trámite, pero el jueves, un día después, intentaron lo mismo en Ezeiza. Ya habían perdido un vuelo que habían sacado para el miércoles y tenían otro para ese jueves. Los papeles estaban en regla porque los dos figuraban como los padres de la menor, pero ella tenía domicilio en un asentamiento de Rosario y él, que vivía en Italia, tenía registrado un solo viaje previo a la Argentina, en agosto de 2023. Migraciones se comunicó con el juzgado federal número 1 de Lomas de Zamora, con jurisdicción en el aeropuerto, y radicó una denuncia. El juez Federico Villena envió el caso al fiscal Sergio Mola, que requirió para que se iniciara una investigación penal por presunta trata. De todos modos, nada le impedía a los inscriptos como padres de la niña presentarse ante un escribano para autorizar la salida del hombre con la menor.
El camino que eligieron, en viernes, fue otro: volar los cuatro, la mujer incluida, a Europa. Según relataron fuentes judiciales, habían sacado un vuelo para el mediodía por Air Europa, pero finalmente decidieron embarcar más tarde el avión de Air France que sale los viernes minutos antes de la medianoche.
A esa altura, Migraciones había emitido ya un alerta y cuando estaba por despegar el avión, el juez firmó además la prohibición de salida del país. Los frenaron entonces en el preembarque.
La causa penal es muy incipiente, pero un funcionario que trabaja en la investigación dijo a LA NACION que por el momento entienden que la presunta víctima en este caso sería la menor y que quienes deberán ser investigados son los “intermediarios”, los que contrataron a la mujer para que gestara a la beba de la pareja de italianos. Les cobraron a ellos, le pagaron a la joven (al parecer, cerca de una décima parte de lo que ellos desembolsaron), le hicieron los estudios y el tratamiento en Rosario, contrataron durante aproximadamente un año un servicio de medicina prepaga con Swiss Medical y le alquilaron a la mujer un departamento en Recoleta justo antes de la fecha de parto. La beba nació el 10 de octubre pasado en la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
La causa está en pleno trámite. El juez Villena está haciendo allanamientos y el viernes fueron secuestrados los teléfonos de la mujer y del hombre que figuran registrados como los padres de la niña. Los investigadores ya advirtieron datos que les llamaron la atención, como que la empresa que hizo las gestiones -que funcionaría en Rosario con una conexión en los Estados Unidos– se comunicaba con la chica a través de mensajes temporales y que pagaba casi todo en efectivo (incluso las cuotas de Swiss Medical). La entrega de seis millones de pesos se hizo, según las primeras pruebas de la causa, en el bar Rock & Feller’s de Rosario, adonde una mujer le llevó a la joven una valija con el dinero.
El sábado, después del operativo en el aeropuerto de Ezeiza que terminó de madrugada, el juzgado le dio intervención al programa de trata de personas del Ministerio de Justicia, que entrevistó a la mujer. Según relataron fuentes del caso, ella primero dijo que había conocido a la pareja de italianos en un bar de Rosario y que cuando le contaron que querían tener un hijo, los quiso ayudar, pero después admitió lo que, al parecer, es la verdad: que necesitaba el dinero, que la contactaron por un grupo de Facebook, le ofrecieron 10 millones de pesos, le hicieron varios estudios médicos y le dijeron que estaba apta para la subrogación de vientre; le contrataron un plan de Swiss Medical y le hicieron firmar una serie de documentos que ella no terminó de entender. Contó que a los seis meses de embarazo le pagaron los seis millones, que quería destinar a construirse una habitación en la casa de su madre, pero que después advirtió que lo que cobró no le alcanzaba.
Dijo que le explicaron que después de nacida la beba no tendría contacto con ella y que no se podía arrepentir porque la hija no iba a ser de ella. Relató que cuando tenía 18 años ya había “donado” óvulos y que otras chicas de su barrio también participaban de tratamientos como este a cambio de dinero.
Hoy, la beba está al cuidado de la pareja de italianos que alquiló un departamento en Buenos Aires, sobre la calle Ecuador (muy cerca de la clínica donde nació la niña). Los dos hombres hicieron una presentación en la causa en la que se comprometieron a no sacar a la menor del país, relató a LA NACION el abogado que los representa en el expediente. En el caso interviene un asesor de menores en representación de la niña.
En los últimos meses, se abrieron causas similares en distintos lugares del país. La más grande es la que lleva la fiscal Alejandra Mángano y que está radicada en el juzgado federal de María Eugenia Capuchetti, en los tribunales de Comdoro Py. En ese expediente se investigan más de 100 casos de presunta trata.
Además, en Córdoba, en julio pasado, citaron a indagatoria a nueve acusados de captar a mujeres en situación de vulnerabilidad para que subrogaran sus vientres. La medida incluyó a los titulares de dos clínicas de fertilización asistida que ofrecían el servicio a quienes querían ser padres, a abogados que llevaban a cabo “el ocultamiento de la situación de las víctimas y el aspecto económico del acuerdo que se presentaba ante la Justicia” y a psicólogos que certificaron la aptitud de las mujeres captadas para estos procedimientos. El caso es por 14 hechos. Intervienen los fiscales Enrique Senestrari y Carlos Gonella, con el apoyo de Mángano, por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). El juez es Alejandro Sánchez Freytes, que dictó la inhibición general de bienes de los imputados.