No lo creo, como también pienso que vendrá una respuesta de EEUU en enero, que incluirá la amenaza de sanciones para jueces y fiscales. No será arrestado Netanyahu como tampoco lo ha sido Putin. De hecho, una de las grandes críticas que ha recibido la Corte Penal Internacional (CPI) es que durante muchos años fundamentalmente solo arrestó y/o juzgó a líderes africanos, lo que es cierto, con el sesgo político-ideológico adicional que son muchos los venezolanos, que han esperado largas temporadas que se decidan a aplicar sanciones contra Maduro, oscilando las “justificaciones” entre la inacción de Moreno Ocampo, el primer fiscal a que las investigaciones han “sido insuficientes”, a pesar de la pruebas aportadas.
Pero, si ese fue el motivo en otros casos, ¿por qué se ordenó la detención de Netanyahu, sin que hubiera propiamente ninguna investigación cuando en mayo de 2024 el abogado Karim Ahmad Khan hiciera la solicitud a los jueces que el 21 de noviembre publicaron su decisión? Además, no solo figura el primer ministro de Israel, sino también el ex ministro de Defensa Yoav Gallant, quien fue despedido de su cargo el 5 de noviembre, haciéndose extensiva la orden de captura también para uno de los jefes militares de Hamas Mohamed Deif, pero con la particularidad de que Israel asegura que está muerto. Indicativo de los problemas de esta “acusación”.
Para Netanyahu esta era una decisión que se esperaba para cualquier día, por lo que la pregunta es ¿por qué ahora?
Indudablemente, la respuesta tiene que ver con el hecho de que Biden se encuentra en sus últimos días con todo el síndrome del pato cojo y que no va a ser lo mismo con Trump, quien se encuentra dedicado a nombrar su gabinete antes del 20 de enero, lo que por ejemplo ha permitido reacciones que difícilmente se asumirían en la misma forma si estuviera Trump en la Casa Blanca. Por ejemplo, que países como el Reino Unido y Canadá, ambos a través de sus Primer Ministro hayan dicho que si Netanyahu llega a sus países, serían arrestados, lo que suena demasiado fuerte no solo por tratarse de aliados occidentales, sino también que en el caso británico, tienen una gran responsabilidad en el problema creado mientras ellos eran la potencia a cargo de esos territorios, situación que también se ha repetido con los temas que afectan a la relación entre India y Pakistán y a la de la República de Irlanda con el Ulster o Irlanda, república y provincia.
También es indudable que lo que ha rodeado esta decisión tiene que ver con la pérdida de respeto y disuasión por parte de EEUU no solo con Irán, sino también con Rusia y China, y hasta con el incumplimiento de promesas por parte de Hutíes y Maduro, sin que haya habido ninguna reacción al respecto.
Coincide también con una Corte y fiscales que nada hicieron con los centenares de miles de muertos en Siria y la violación de derechos humanos promovida por el dictador Bashar al-Asad o el caso de Darfour con los crímenes cometidos por milicias islamistas contra desplazados cristianos, en un contexto donde el fiscal Karim Khan enfrenta acusaciones de corrupción de su oficina privada de asesoría jurídica como también de abusos sexuales contra una funcionaria, ambas en proceso de investigación tanto por la Corte como por investigadores externos. A mayor abundamiento, y a modo de ejemplo, tampoco la CPI ha opinado o actuado en contra de los bombardeos indiscriminados de Erdogan contra los kurdos, aún en estos días donde se ha interrumpido el suministro de agua a Siria como tampoco nada ha procedido contra la ocupación turca de 1/3 de Chipre, pendiente desde los 60s.
Sin duda, el momento elegido parece una provocación ya que obliga a responder a EEUU como país como también al gobierno entrante, toda vez que los republicanos hablan de una verdadera provocación y el propio Trump la debe estar viendo como una prueba de fuego para él y sin duda, algo similar debe pensar Marco Rubio para la credibilidad de la politica exterior de la potencia, ya que sin duda alguna, lo que ha pasado con Netanyahu hace creíbles las afirmaciones de quienes piensan que el próximo va a ser algún Presidente de EEUU en la primera oportunidad que intervenga militarmente en algún conflicto, haya sido agresor o agredido, entre los cuales me cuento y así lo escribí apenas el fiscal solicitó a la Corte la orden de arresto que ahora se materializa ( “Corte Penal Internacional: ¿Será Estados Unidos el siguiente? ¿Qué debe hacer?”, Infobae, 23 de mayo 2024).
No hay duda de que proceder contra Netanyahu va a tener consecuencias, amén de escenas tan insólitas como que Hamas esté celebrando la decisión. Lo que seguramente no habríamos presenciado es ver a países europeos mostrando su disposición a detener a Netanyahu, y la verdad no es agradable para nadie, pero debe ser dicha, sencillamente no se hubiesen atrevido con otra actitud de la Casa Blanca.
Aunque, por cierto, por lo demostrado en su primer gobierno, Trump podría ser el presidente de EEUU más cercano a Israel, desde que Harry Truman reconociera al nuevo Estado en 1948, no deja de tener riesgos, aunque seguramente Israel debiera recibir el tipo de avión y de bomba que necesitaría para atacar el programa nuclear iraní. Al menos dos, el primero es la personalización de las relaciones internacionales que es el registro distintivo de Trump. Al respecto, es posible que todavía siga molesto con Netanyahu, desde que llamó a Biden para felicitarlo por su triunfo en la elección del 2020, cuando no lo había hecho Trump, aunque su trayectoria demuestra que también es capaz de superar con rapidez esos momentos. El segundo riesgo, es potencialmente más preocupante para Israel, ya que existe el peligro de que en las relaciones bilaterales quiera volver al momento en que quedó el Medio Oriente después de los Pactos de Abraham, donde recordemos que existía toda una propuesta para los palestinos, que “oh novedad”, ellos rechazaron como lo han hecho con toda otra propuesta de paz desde 1948. El peligro para Israel es que ese Medio Oriente no existe, ya que fue dinamitado el 7-X.
En relación a los pasos seguidos por la CPI contra Israel, mi impresión es que si solo se tratase de argumentos jurídicos, esas actuaciones no debieran mantenerse en el futuro, toda vez que una revisión del Estatuto de Roma, el que creó a la Corte, lleva a una inmediata conclusión, que no es otra que los mismos jueces debieran dejar sin efecto en algún momento la orden de detención, si Netanyahu y Gallant son juzgados en Israel por los mismos hechos, por tratarse de una democracia que frecuentemente investiga a sus dirigentes con tribunales absolutamente independientes como lo demuestran las frecuentes manifestaciones en apoyo de la Corte Suprema y contra Netanyahu, por parte de la oposición israelí.
Mas aún, nunca hay que olvidar que el origen de esta guerra es la invasión de Hamas a territorio israelí y la negativa a devolver a los secuestrados que todavía están vivos, además que desde el punto de vista jurídico y que figura en el propio Estatuto, existe la llamada preferencia de jurisdicción, es decir, que la CPI solo debe operar cuando no hay justicia, en el sentido de sentencia o investigación por parte de los tribunales del país, en este caso, Israel. En segundo lugar, bastando al respecto leer el Estatuto de Roma, es que el arresto es solo obligatorio para los 124 países signatarios, y al respecto no solo hay que descontar a aquellos como el propio Israel, EEUU, Rusia, China, la India y otros que nunca lo firmaron y siempre lo han rechazado, sino también a quienes habiendo dado algunos pasos, nunca lo han ratificado que son 31, siendo una de las razones, que no han cumplido con su propia legalidad, sobre todo, en aquellos casos, donde la ley de esos países exige que además del ejecutivo sea el poder legislativo (el Congreso) quien acuda a ratificarlo, después del respectivo debate y votación.
Mas aún, en Israel, además de la esperada convocatoria a una Comisión del más alto nivel para revisar la actuación de su ejecutivo y altos mandos militares y de seguridad, imitando la investigación que encabezó un juez de la Corte Suprema después de la Guerra de Yom Kippur de 1973, ya existe un proceso de investigación sobre el 7 de octubre de 2023 que parte con la invasión de Hamas y los acontecimientos posteriores, incluida la respuesta israelí. Mas aún, cuando Gallant fue expulsado del Gabinete por Netanyahu, el comentario del ex ministro de Defensa fue argumentar que las diferencias giraban sobre el hecho que a su juicio, el primer ministro no quería poner fin a la guerra para evitar ese juicio sobre su desempeño.
Mi interpretación me dice que mientras alguien sea funcionario de gobierno y viaje en misión oficial debiera tener inmunidad, elementos que no estuvieron presentes en el conocido viaje del General Pinochet a Londres en 1998, por petición del exjuez español Garzón, aunque en otro caso, el Reino Unido no arrestó a general israelí precisamente por cumplir con todo lo exigido.
Es por lo demás, lo que explica los traslados de Putin, sabiéndose antes del viaje si los invitantes estaban disponibles o no para cumplir con la CPI, lo que ocurrió, por ejemplo, con Sudáfrica y Brasil, ambos países del BRICS a donde en definitiva no viajó.
Además, mi última revisión de la propia pagina web de la Corte hace algunos días, mostraba que en ninguna parte decía que Israel debería hacer algo que no va a ocurrir, que es entregar a Netanyahu, por lo que seguramente va a viajar a Washington, apenas asuma Trump, o quizás antes.
Lo más preocupante de todo desde el punto de vista del debido proceso, y del propio Estatuto de Roma, y un ejemplo inequívoco de torcida aplicación del derecho, es que la petición del fiscal a la Corte se hizo sin que se documentara o confirmara que se había hecho una investigación previa, y sin que se acompañara ningún fallo judicial que permitiera saltarse esta etapa, es decir, solo presunciones e informaciones periodísticas, muchas de ellas, sesgadas. De ahí, la comparación con Maduro y tantas otras situaciones, donde el dictador venezolano supera ya la década, y aún hoy, el fiscal y su gente argumentan, que no pueden emitir orden de detención por no haberse completado la “investigación”, a pesar de sobreabundar la evidencia.
Por último, este caso es de mucho menor entidad que el de Putin, ya que, a diferencia de Rusia en Ucrania, Israel no inició esta guerra, ya que lo suyo fue una respuesta a una muy documentada (transmitieron en vivo los crímenes) agresión terrorista. Es por ello, que Trump quizás ya adelantó lo que va a hacer, debido a que a través de Mike Waltz como futuro encargado de Seguridad Nacional, se anunció que en enero se sabrá de la “respuesta contundente” de EEUU al “sesgo antisemita” de la CPI y de la ONU, y que, al hacerlo, no solo estarían defendiendo a Israel sino también a acciones futuras contra el propio EEUU, buscando resaltar algo que se sabe, que en resumen, tanto la CPI como la ONU se especializan en actuar casi exclusivamente contra Israel, existiendo años donde alrededor de la mitad de todas las acusaciones, por ejemplo en el caso de los Derechos Humanos, se concentran en la democracia israelí, lo que es indudablemente exagerado.
No hay duda de que esta situación afecta la imagen internacional de Israel, y ese es todo el propósito de la Corte, jueces y fiscales, no muy diferente a lo que se ha querido conseguir con la acusación de Sudáfrica como también de Boric y Petro de un no probado “genocidio”, ya que ninguna Corte ha emitido sentencia o acusación al respecto. Y ahí la diferencia es que la Corte Penal Internacional lo hace contra personas y en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), son los Estados los que piden sanciones contra otros Estados.
¿Qué va a cambiar si EEUU actúa en la forma que se espera a partir de enero?
Si perfecciona o aplica legislación existente, tanto el gobierno como particulares podrían iniciar denuncias penales en su territorio contra el apoyo a los grupos terroristas, permitiendo sanciones y querellas de familiares con enormes consecuencias, ya que solo el 7-X-2023 murieron nacionales de más de 30 países, exigiéndose por ejemplo compensación económica en cumplimiento de la ley estadounidense. En caso de que se adapte la ley o se la mejore, incluso podría hacerse extensiva a fiscales y jueces de la CPI, por sesgos a favor de los terroristas como podría constituirlo la persecución a Netanyahu y Gallant por haber encabezado la defensa de Israel y la búsqueda de los secuestrados. Además, hay legislación muy avanzada en la Cámara de Representantes, que obliga al gobierno y que ha sido detenida en el Senado por el senador Schumer, quien pasa a ser minoría el 2025.
Para un fallo favorable sería vital el aspecto político, es decir, que las nuevas autoridades orienten tanto al FBI como que el Tesoro sancione a personas específicas identificando a quienes en la CPI son merecedores de esas sanciones y señalarlos con nombre y apellido, lo cual EEUU no ha hecho. Y para producir el cambio bastarían a mi juicio órdenes ejecutivas y no necesariamente leyes, aunque de existir, ellas facilitarían la protección de autoridades estadounidenses en el futuro.
En otras palabras, hay al menos 30 naciones distintas (al menos, ya que más de alguien podría tener ciudadanía doble o triple) que podrían pedir que se juzgue a cómplices de Hamas, incluyendo jueces y fiscales de la CPI. Como partimos de la base que Netanyahu no va a ser arrestado, y lo más probable es que las apelaciones de Israel van a ser resueltas en la CPI o en la ONU cuando la guerra haya acabado, por lo que seguramente Biden se va a ir a su casa sin lograr un cese del fuego, en un contexto donde el presupuesto de la Corte depende de la ONU y el presupuesto de esta sigue dependiendo de Occidente, con lo que pueden haber mordido la mano que les da de comer.
Mas aún, por darse un gusto contra Israel a diferencia de los magistrados más experimentados de la Corte Internacional de Justicia que salvo palabras de buena crianza no han tomado ninguna decisión que permita actuar contra Israel en la falsa acusación de “genocidio”, el panel de tres jueces que en la CPI rechazó el argumento de Israel que la Corte no tiene jurisdicción en Gaza, ya que es parte de Palestina. Al no ser Israel parte del Estatuto de Roma, lo más llamativo sigue siendo que la CPI en definitiva cuestionó el propio instrumento y marco legal de su existencia, un tratado cuya incorporación es voluntaria, toda vez que termina juzgando a un Estado que no es parte y por lo tanto, no reconoce esa jurisdicción. Por su parte, Palestina como tal no solo no tiene dominio en Gaza, y de acuerdo con el propio derecho internacional no ha completado todavía todos los pasos que permiten su existencia, independientemente que muchos los países que lo reconozcan, ya que el punto es que aún no se han completado las formalidades exigidas.
Según los principios del derecho internacional, la CPI se anuló jurídicamente a sí misma, ya que al ser una corte de última instancia que interviene cuando los tribunales de un país no actúan contra los abusos, lo que claramente no es la tradición de los tribunales israelíes. También coincide con el debut de Marco Rubio en las grandes ligas, quien se podría transformar en el primer latinoamericano con posibilidades reales de competir por la presidencia de EEUU, y por cierto ese futuro político va a estar ligado a estos temas más que a los latinoamericanos. Además, Rubio tiene fuertes convicciones proisraelíes, en términos de una estrecha alianza con EEUU.
Con todo, hay una tarea pendiente, ya que en la época histórica que nos ha tocado vivir, los hechos importan menos que el relato, e Israel gana guerras, pero pierde la paz, además, con mala e inmerecida imagen. Israel necesita construir una similar a la imagen que tuvo entre 1948 y 1967. La verdad es que no basta con decir que hay injusticia, hasta judeofobia, por parte de demasiados actores internacionales.
No ha iniciado ninguna guerra y el antisemitismo como el sesgo más antiguo del mundo es hoy solo un hecho más. Hay un espacio para la queja y la denuncia, pero ahora Israel debe concentrarse en nuevos desafíos que incluyen su incursión para la paz, para la cual el principal objetivo debe ser fortalecer la incipiente alianza con el mundo árabe sunita, cuyos países que desgraciadamente todavía no incluyen a una renuente Autoridad Palestina que insiste más en el pasado que comprometerse con un futuro común, que acepta a dos Estados, pero no todavía a Israel como país de mayoría judía.
En general, esos países árabes, su Estado y sociedad, han tenido una actitud mucho más valiosa que la mayoría de las naciones europeas, que han resucitado los fantasmas antisemitas. En cambio, en esos países árabes no se ha presenciado lo que ha tenido lugar, en universidades de Europa y también, desafortunadamente de EEUU, donde idealmente la dirigencia de la comunidad judía debiera tener una actitud más resuelta como también muchos políticos debieran haber aprovechado su tribuna, para confrontar a quienes vistiéndose o apellidándose como otros judíos, han tenido una actitud demasiada complaciente.
Porque hoy en realidad desde múltiples frentes se quiere acabar con el único país de mayoría judía. Y si no es en EE. UU., entonces ¿dónde la comunidad judía puede confrontar la judeofobia sin complejo alguno?
@israelzipper
PhD en Ciencia Política (U de Essex), Licenciado en Derecho (U de Barcelona), Abogado (U de Chile), candidato presidencial (Chile, 2013)