Se terminó la carrera de Rafael Nadal. Una trayectoria inigualable la del mejor deportista de la historia de España, cuyo ciclo profesional concluyó este martes, con la derrota por 6-4 y 6-4 frente al neerlandés Botic van de Zandschulp, y luego, con la derrota del equipo ibérico frente a Países Bajos por 2-1, un resultado que deja fuera de carrera a España en los cuartos de final de la fase decisiva de la Copa Davis que se realiza en Málaga. Y, desde luego, le pone fin a lo que era la última aventura del exnúmero 1 del mundo y máximo campeón de Roland Garros.

Perdió Nadal en su última función. Para extender las chances de verlo una vez más, había que aguardar un triunfo en la serie que le permitiera a España llegar a las semifinales. Tras la caída del zurdo de Manacor, Carlos Alcaraz mantuvo en carrera al equipo ibérico con el triunfo sobre Tallon Griekspoor por 7-6 (7-0) y 7-3. En el dobles, Alcaraz y Marcel Granollers perdieron con Van de Zandschulp y Wesley Koolhof por 7-6 (7-4) y 7-6 (7-3). Países Bajos avanzó a las semifinales, y Málaga vio la despedida de un icono español.

Asombran los números de Nadal, que cierra su etapa como profesional a los 38 años, después de 23 temporadas en el tour con 1080 triunfos, 228 derrotas, 92 títulos en singles (22 de Grand Slam, incluidas las 14 conquistas en el abierto francés), un oro olímpico en singles en Pekín 2008 y una medalla dorada en dobles en Río 2016, más cinco títulos de Copa Davis entre 2004 y 2019.

El último partido de Nadal

Tras perder ante Van de Zandschulp, el campeón de 22 Grand Slams reconoció que el momento le desbordó: “Ha sido un día emotivo. Sabía que podía ser mi último individual, así me he sentido. Los momentos previos han sido emocionantes, un poco difíciles de gestionar. He intentado hacerlo de la mejor manera posible”. Por más de dos décadas, Nadal dio muestras inmensas de saber controlar sus emociones. Le costó en este último día, sin poder evitar las lágrimas mientras sonaba el himno de España en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena, con más de 12.000 espectadores dispuestos a tributarle un homenaje largamente merecido.

“Por supuesto que las emociones con el himno por última vez han sido muy especiales”, expresó al admitir que sintió nervios en medio de los rugidos de sus compatriotas. David Ferrer, el capitán de España, no dudó en darle la oportunidad, aun cuando Rafa no competía desde julio pasado, en los Juegos Olímpicos de París, sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros que lo vio coronarse tantísimas veces.

Un símbolo del adiós: Nadal toma su bolso y deja el court central del Palacio Martín Carpena

“Se tomó la decisión de que jugara yo, y sabíamos que era una decisión con un poco de riesgo. David nos había visto entrenar a todos y él pensó que era lo adecuado”, consideró el mallorquín. “Lo he intentado y no pudo ser. Uno no puede controlar el nivel que tiene, sólo la actitud, la energía y la determinación, y eso no me ha fallado. Simplemente no he sido capaz de encontrar lo necesario para dar el punto a España”, analizó después de un traspié singular. Fue apenas su segunda derrota en singles de la Copa Davis, veinte años después de la primera, ante el checo Jiri Novak, en 2004, cuando era un chavalito de 17 años. Terminó su ciclo en la Ensaladera con 29 triunfos y 2 caídas individuales, invicto en polvo (19-0), y marca de 8-4 en dobles.