Desesperado. Hoy (y hace tiempo) parece ser uno de los adjetivos que mejor encaja en cada protagonista del Mundo San Lorenzo. Los futbolistas vienen de jugar la última parte de 2024 con la intranquilidad de no percibir sus salarios; el entrenador Miguel Ángel Russo mira a sus alrededores y, si bien realizó una pretemporada con casi 30 futbolistas, algunos se le fueron en medio de la preparación; casi todos son jóvenes y no vio caras nuevas (Emanuel Cecchini, único refuerzo, ya era parte del listado). Los directivos, comandados por el presidente Marcelo Moretti, corren de acá para allá, porque hay que acomodar las cuentas y, a la vez, saciar los deseos del experimentado DT.
Cada pata de la mesa tiene una obligación: como mínimo, tener un 2025 presentable y contrastarse –bastante- de la versión del año pasado, permanentemente reprobada por el hincha. Ése es el piso al que se aspira. El equipo cerró la Liga Profesional en el puesto 24 entre 28 participantes, la misma posición que ocupó en la tabla anual. De la nada, entonces, nadie habla de títulos, por más que el dinamismo de la pelota y los nuevos formatos del fútbol argentino puedan darle una posibilidad impensada.
Pesan mucho los problemas económicos. La urgencia de saldar la deuda con el plantel llevó a la CD a cederle inesperadamente a Defensa y Justicia tanto al atacante Agustín Hausch como al volante Santiago Sosa, una gran aparición de los últimos meses: por la mitad de sus fichas recibieron U$S 1.500.000. El interrogante surgió de inmediato: los chicos, ¿son el remedio económico para encontrar aire?
La respuesta, en principio, es negativa. O, al menos, se analizará qué sí y qué no, pero ya no habrá nada “alocado” como lo que ocurrió para calmar el reclamo de los jugadores. Russo ya dio su veredicto en Uruguay, donde su equipo juega una serie de amistosos (arrancó el año ganándole el lunes a Nacional): “No creo que haya más salidas”, sentenció y, al mismo tiempo, metió algo de presión mediática para que esa tropa acotada no sufra más bajas. Es que, además de las incorporaciones que quiere, sabe bien el valor de completar su grupo con los juveniles. Es tan cierto que hizo debutar a innumerables jugadores a lo largo de su trayectoria como DT, como también que es reacio a darles un protagonismo absoluto desde un comienzo. Técnico de la Vvieja escuela, Russo los suele llevar (muy) de a poco y les da mucha importancia a los hombres de mil batallas que los guían.
Sin embargo, la situación actual es diferente. Causaría sorpresa dentro del club que el técnico dé el portazo en caso de que Moretti y los suyos no logren cerrar nuevos nombres. Principalmente, porque decidió afrontar este desafío hace pocos meses, cuando las aguas ya eran turbulentas y podían revolverse más.
Entonces, cada parte puso sobre la mesa sus voluntades y, al mismo tiempo, escuchó al de enfrente: el punto de encuentro pasó por lo esencial que serán los chicos en la búsqueda por sanar las heridas que presenta el escudo. Por allí pasa el proyecto, aunque el entrenador, dentro de la comprensión de potenciarlos, entiende el efecto contraproducente que puede generar en ellos (y en el resto del equipo) un clima impaciente y hostil.
“El tema de los chicos es algo que se dialogó con Miguel. Tenemos una muy buena camada de juveniles que se reflejó con el subcampeonato que consiguió la reserva (perdió la final con River). Hay muchas promesas. Entonces, para este 2025 le prepusimos hacer hincapié en las apariciones. Y él entendió esa necesidad de potenciarlos para que, en el futuro, nos ayuden económicamente (con ventas importantes). Eso nos va a permitir estabilizar más el trabajo que estamos haciendo sobre las deudas que generó la mala gestión que se fue”, le explicaron a LA NACION desde la institución.
Facundo Altamirano sufrió una fractura del cúbito izquierdo en el partido de ayer ante Nacional y tendrá que ser operado.
¡Pronta recuperación, Facu! 💪 pic.twitter.com/EIiJsHa7jb
— San Lorenzo (@SanLorenzo) January 14, 2025
A la vez, no se desentendieron con lo que desea el técnico: “Nosotros escuchamos su pedido, estamos buscando nombres en el mercado: quiere voces importantes, de experiencia en el vestuario. Que los que ya eran líderes se quedaran. Como tenemos que mejorar lo hecho en 2024, que fue malo y lo reconocemos, buscamos cumplir. Al fin y al cabo, lo futbolístico te marca el termómetro. Tenemos que ayudarnos entre todos”.
En ese sentido, no hay certezas de qué juveniles serán tenidos en cuenta seriamente por el entrenador. De todos, el más firme (y, quizás, el único) es Elián Irala (20 años). El volante, bien considerado, deberá tener constancia para su futuro y el de San Lorenzo: el grupo Foster Gillett (que trabaja en Estudiantes junto a Juan Sebastián Verón) parece tener guardados U$S 4.000.000 para su compra, aunque no aceleraron las gestiones.
Lo mejor del triunfo de San Lorenzo frente a Nacional
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Luego, será cuestión de “momentos”, la palabra que tanto usa Miguel, para los jóvenes que se quedaron tras debutar y los que aún deben su presentación. De los ya conocidos, el lateral derecho Nahuel Arias (20 recién cumplidos) es un gran proyecto que sumó 12 participaciones el año pasado. Sin embargo, el DT vio en la pretemporada a Ezequiel Herrera (regresó de Colón y está por cumplir 22) y le dio la oportunidad ante Nacional: de buena actuación, hizo el gol del triunfo. El interrogante se abre.
En el otro lateral, Elías Báez (20) acumuló 21 encuentros en 2024 y su estilo promete, aunque la titularidad de Malcom Braida en ese puesto lo hará correr de atrás. El central Daniel Herrera (20) suma sólo diez compromisos, pero jugó en Uruguay ante la ida de Gastón Campi y el poco convencimiento sobre el estado de Gastón Hernández (se rompió los ligamentos hace diez meses): si bien Miguel pidió un zaguero, Pitu se perfila para empezar el Apertura. Otro que puede arrancar es el arquero paraguayo Orlando Gill (24), con apenas un encuentro en primera: Russo insiste para que contraten a un nombre de experiencia, pero aún no llega y, para colmo, Facundo Altamirano se fracturó el cúbito el lunes.
Luego, los nombres por aparecer. Una pista dio el DT con los cambios del primer amistoso: el extremo (un puesto a reforzar) Valentín Escalante –de 19 años- y Branco Salinardi, centro delantero de apenas 17 (clave con sus goles en la reserva subcampeona), tuvieron 45 y 18 minutos, respectivamente. Además, reapareció Manuel Insaurralde en el medio campo (jugó el segundo tiempo) tras su rotura de ligamento cruzado. Aunque cumplirá 26 años a fin de mes, apenas disputó 28 compromisos con la camiseta azulgrana desde su debut en octubre de 2018. Algo similar a Juan Cruz Vega, que ingresó media hora: no debutó en el club y tiene 26, pero arribó hace seis meses desde Argentino de Rosario, para insertarse en la reserva.
Promesas, dicen, sobran. Con 19 años, en el Sub 20 están el mediocampista Ignacio Perruzzi, hermano de Francisco (debutó y fue cedido a Grecia), y el lateral zurdo Teo Rodríguez Pagano. Una vez que vuelvan al país serían considerados por Russo.
Los hinchas, que tienen bien vista la reserva, piden también al volante Juan Rattalino (20), al atacante Agustín Ladstatter (con 19, tiene una cláusula de 20 millones de dólares) y a Matías Hernández (20 recién cumplidos), el N°9 que ya tiene un puñado de minutos en primera, pero no fue a la pretemporada: muestra clara de que hay material, incluso, por fuera de los que se ven hoy. Tener una reserva subcampeona le da la pauta a San Lorenzo de que, desde ahí, puede encontrar un respiro. Además de reforzarse con nombres de peso como quiere Russo, los chicos pueden aportar fútbol y dinero futuro, como planean los dirigentes.