Rusia está ultimando su retirada definitiva en diciembre de este año la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), uno de los centros de investigación más importantes del mundo en física de partículas y hogar del acelerador de partículas más grandes del planeta, tras meses de relaciones suspendidas por la invasión rusa de Ucrania en 2022.
El consejo del CERN anunció en junio de ese año, cuatro meses después del comienzo de la invasión, que no prorrogaría los acuerdos de cooperación con Rusia una vez expiraran en diciembre de 2024 tras denunciar «la continua invasión militar ilegal de Ucrania por parte de la Federación de Rusia».
La directora de la división de física de partículas del Sincrotrón de Electrones Alemán (DESY) en Hamburgo, Beate Heinemann, ha confirmado los preparativos y lamentado el obstáculo que ello representa para el progreso científico.
«No es que el fin de la colaboración imposibilite las investigaciones pero sí que dificulta las cosas y puede haber retrasos», ha indicado a la agencia DPA.
Los casi 1.000 científicos rusos que trabajaban con el CERN hasta ahora han dedicado las últimas semanas a transmitir el resto de sus conocimientos a sus compañeros, ha declarado el director de investigación de la organización, Joachim Mnich.
El director del Instituto de Física Experimental de Partículas del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT), Markus Klute, ha lamentado el fin de una relación profesional que se remonta a la Guerra Fría, cuando los rusos y el CERN trabajaban codo con codo por pura curiosidad científica. «Eso ya no parece posible y es una verdadera lástima», ha admitido.