El Gobierno británico ha impuesto este jueves sanciones contra más de medio centenar de individuos y entidades relacionadas con la industria militar rusa y grupos de mercenarios respaldados por Moscú, lo que supone el mayor paquete de medidas restrictivas introducidas por Londres desde mayo de 2023.

El Ministerio de Exteriores ha indicado en un comunicado que el objetivo de estas sanciones son 56 individuos y entidades, de las cuales al menos una treintena son empresas y entre las que se encuentran tres vinculadas a los mercenarios del Africa Corps, anteriormente conocido Grupo Wagner.

Con esta medida, las autoridades de Reino Unido esperan «interrumpir el suministro de equipos vitales a la maquinaria de guerra de (Vladimir) Putin y arremeter contra la actividad maligna rusa a nivel mundial», al tiempo que expone las actividades corruptas de grupos militares rusos en países de África, especialmente en República Centroafricana, Libia y Malí.

Esto convierte al país en el primero del G7 en sancionar directamente al Africa Corps, que está respaldado por Rusia y al que acusa de «amenazar la estabilidad y la seguridad en toda África», según recoge el comunicado.

Entre los nuevos objetivos figuran los proveedores que apoyan la producción militar rusa, los grupos mercenarios que cuentan con apoyo de Rusia y que operan en el África subsahariana, así como un agente del a Inteligencia militar que habría estado implicado en el uso del agente nervioso Novichok en Salisbury, donde fueron envenenados el exespía Sergei Skripal y su hija Yulia en 2018.

Está previsto que estas medidas afecten directamente al suministro de bienes al Ejército ruso y que limiten recursos vitales para llevar a cabo la «guerra ilegal de Putin» en Ucrania. «La acción de hoy se dirige a entidades con sede en China, Turquía y Asia Central que participan en el suministro y la producción de bienes (….) los cuales Rusia necesita para apoyar su invasión ilegal de Ucrania», ha indicado.

El anuncio llega poco antes de que se celebre la cumbre de la Comunidad Política Europea, que tendrá lugar durante la jornada en Budapest, Hungría, y en la que el primer ministro británico, Keir Starmer, tiene previsto debatir los esfuerzos para combatir las actividades de Rusia en toda Europa.

SEGURIDAD Y DEMOCRACIA

«La campaña deliberada del Kremlin para socavar y amenazar la seguridad y la democracia europeas y ampliar su esfera de influencia es evidente. A principios de esta semana fracasaron sus intentos de interferir en las elecciones democráticas de Moldavia, pero este es el último acontecimiento de una campaña deliberada de Rusia para difundir desinformación, incitar a la violencia y disuadir del apoyo a Ucrania», ha aseverado el Gobierno británico.

El ministro de Exteriores, David Lammy, ha manifestado que las medidas adoptadas seguirán frenando «la corrosiva política exterior del Kremlin, socavando los intentos de Rusia de fomentar la inestabilidad en África e interrumpiendo el suministro de material para la maquinaria bélica de Putin», al tiempo que destruirá «las redes internacionales ilícitas que Rusia se ha esforzado tanto en forjar».

«Putin lleva casi 1.000 días en una guerra que pensó que le llevaría poco tiempo. Fracasará y yo seguiré presionando al Kremlin y apoyando al pueblo ucraniano en su lucha por la libertad», ha apuntado antes de sostener que estas sanciones «refuerzan la misión de Reino Unido de combatir la actividad maligna rusa en todo el mundo», ha zanjado.