Ya de chico, cuando vivía con su familia en el Bronx, Calvin Richard Klein (82) sabía que iba a dedicarse a la moda. Era el segundo de los tres hijos de un matrimonio judío, cuyo padre era originario de Hungría y dueño de una tienda de alimentos en Harlem, mientras que su mamá, ama de casa, era hija de una modista, de quien aprendió a dar sus primeras puntadas. Eran tiempos en los que soñaba con tener un lugar destacado en el mundo de la moda. Y sus sueños vaya que se hicieron realidad: sus diseños minimalistas lo catapultaron como un referente esencial e indiscutido del fashion norteamericano y su nombre fue sinónimo de un imperio de ropa, jeans, fragancias (tuvo el primer perfume unisex de la historia) y underwear, entre otros artículos.
Después de años de mantener muy bajo perfil, el regreso a la Semana de la Moda de Nueva York de la marca que fundó en 1962 (y vendió en 2003) se convirtió en una oportunidad perfecta para reaparecer ante los flashes. Sobre la pasarela, además, la colección soñada por Verónica Leoni, su hoy directora creativa, dejó en evidencia que el legado de su fundador sigue vigente.
SUS INICIOS
Klein estudió en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y en 1962 entró como aprendiz de diseño en una fábrica de abrigos y trajes. En 1968, junto a su amigo Barry Schwartz a cargo de la parte comercial, abrieron Calvin Klein Ltd., con trajes, abrigos y una línea de ropa deportiva. Su creatividad la puso, además, al servicio de la publicidad, creando campañas gráficas que marcaron un antes y después por su audacia y contenido sexual, que en más de una ocasión llegaron a incomodar y resultaron censuradas. Su primer anuncio tuvo como protagonista a una jovencísima Brooke Shields, que miraba desafiante a cámara mientras se leía: “¿Querés saber qué se interpone entre mis Calvin Klein y yo? Nada”. Mark Wahlberg y Kate Moss también fueron estrellas destacadísimos de sus campañas y aportaron cuotas extra a la provocación de la que hacía gala la marca.
El ascenso al olimpo de los creadores convivió con las noches largas en Studio 54 y los excesos con las drogas y el alcohol. Se sabe que al menos dos veces estuvo internado para rehabilitarse y en 2003, después de un desafortunado episodio en un partido de básquet, expresó: “Por muchos años fui capaz de superar mi problema de abuso de drogas, que para todos es un problema que se arrastra toda la vida, gracias a un seguimiento estricto de terapia. Sin embargo, cuando recientemente dejé de ir a estas sesiones, sufrí un retroceso”.
Calvin, por entonces de 60 años, aseguró que el tratamiento no le impediría seguir trabajando en la compañía que hacía poco había vendido a Phillips-Van Heusen, en la que mantenía un alto cargo (se habló de un acuerdo de 400 millones de dólares en efectivo, 30 millones en acciones, derechos de licencias y un proyectado de 200 a 300 millones en royalties sobre las ganancias estimadas de los siguientes 15 años, entre otras cosas).
DOS BODAS Y UN CORAZÓN INQUIETO
“He llevado a cabo muchas de mis fantasías. He experimentado el sexo con hombres y con mujeres. Me he enamorado de mujeres, me he casado con mujeres y he formado una familia”, reveló alguna vez Calvin en la edición estadounidense de Vanity Fair en 2008. La primera vez que se casó fue en 1964, cuando le dijo “sí, quiero” a Jayne Centre, una compañera de estudios que lo vio crecer profesionalmente. Estuvieron juntos una década y fueron padres de Marci, que como muchos recordarán, en 1978, cuando tenía 11 años fue secuestrada por su antigua niñera, Paule Ransay Lewis, y su medio hermano. Pago de rescate mediante (se dice que pidieron cien mil dólares), fue liberada en medio de un gran operativo que incluyó al FBI.
Hoy Marci es productora de televisión en programas como Saturday Night Live, ganadora de 4 premios Emmy y tiene dos hijos. Años atrás, en una entrevista con el Daily Mail, contó sobre el hecho de ser hija de Calvin: “Cada vez que me con algún tipo, veo el nombre de mi padre en su ropa interior”.
En 1986, el diseñador se casó con la socialité Kelly Rector, licenciada en diseño de moda (más tarde fotógrafa), que además era su asistente. Estuvieron dos décadas juntos y, aunque durante ese tiempo la relación estuvo rodeada de rumores, eran una de las parejas más chic de la noche neoyorquina. Finalmente se divorciaron en 2006 y mantienen un muy buen vínculo.
A principios de 2010, comenzó una relación con Nick Gruber, una ex estrella de cine erótico con la que se lo solía ver paseando, tomados de la mano, en los eventos más exclusivos. Los 47 años de diferencia que había entre ellos terminó por erosionar la relación, pero no tanto como para que, tiempo después, Calvin se hiciera cargo de su ex cuando lo arrestaron por pegarle a un hombre y por posesión de cocaína. Contrató un jet privado y lo mandó a rehabilitarse a la clínica The Meadows, en Arizona, dónde el mismo había estado. En vez de agradecerle, Gruber publicó ese mismo año su biografía y contó detalles oscuros de la relación que tuvieron. Fue todo un escándalo.
La última pareja que se le conoce es el modelo Kevin Baker, de 34 años, también con un pasado en el mundo del porno gay. Hicieron público su romance en 2021, cuando fueron vistos juntos en el American Ballet Theatre de Nueva York, en Estados Unidos.