El colorante rojo n.º 3, o eritrosina, que se encuentra presente en algunos alimentos y bebidas ultraprocesados, ha sido prohibido en Estados Unidos debido a sus serias implicancias para la salud.
El 15 de enero, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) emitió una histórica prohibición sobre su uso por los riesgos que representa, destacando especialmente su vinculación con el cáncer. Este aviso es relevante para los consumidores, ya que la eritrosina se encuentra en productos comunes, y su prohibición resalta preocupaciones globales sobre la seguridad alimentaria.
Por su parte, el Ministerio de Salud (Minsa) ha alertado a los consumidores peruanos sobre los potenciales riesgos para la salud asociados con la eritrosina. Aunque la entidad estatal ha adoptado las recomendaciones internacionales con respecto al colorante rojo n.º 3, no ha implementado una prohibición, solo ha señalado que se debe evitar su consumo.
Qué productos contienen colorante rojo n°3
La eritrosina, también conocida como colorante sintético rojo n.º 3, ha sido objeto de controversia debido a los riesgos para la salud asociados a su consumo. Este colorante se utiliza en una amplia variedad de productos alimenticios y medicamentos. Aunque está aprobado en varios países, en los últimos años han surgido preocupaciones debido a su posible relación con el cáncer, lo que ha llevado a algunas autoridades a reconsiderar su seguridad.
La principal preocupación radica en estudios que sugieren que la eritrosina podría tener efectos carcinógenos. La FDA ha señalado que en altas concentraciones, el colorante podría inducir tumores en animales de laboratorio, lo que genera inquietudes sobre sus efectos en los seres humanos. En 1990, la FDA prohibió el uso de eritrosina en cosméticos y productos de cuidado personal debido a pruebas que indicaban riesgos para la salud, pero hasta el momento sigue siendo utilizado en alimentos y medicamentos.
El mecanismo a través del cual la eritrosina podría inducir cáncer no está completamente claro, pero se sospecha que está relacionado con su capacidad para alterar el metabolismo celular y generar sustancias tóxicas que afectan el ADN. Aunque la cantidad de eritrosina en los productos es pequeña, su consumo continuo podría acumularse en el organismo, aumentando el riesgo a largo plazo.
Algunos países, como los miembros de la Unión Europea, han restringido su uso o establecido límites más estrictos. Ante estos riesgos potenciales, expertos en salud pública recomiendan evitar el consumo de productos que contengan eritrosina, especialmente en grandes cantidades, para reducir el riesgo de efectos adversos, incluyendo el cáncer.
De acuerdo al Minsa, “el colorante sintético rojo n.º 3, conocido también como eritrosina o FD&C Rojo n.º 3, ha sido comúnmente utilizado en alimentos, bebidas y medicamentos para proporcionar un color rojo brillante a productos como dulces, pasteles, muffins, galletas, postres helados, glaseados y algunas medicinas ingeridas”.
La recomendación final para la población peruana en general es revisar los detalles de los ingredientes que figuran en la etiqueta de los productos ultraprocesados para verificar que no contengan colorante sintético rojo n.º 3.
Colorantes sintéticos: un peligro para la salud
Los colorantes sintéticos presentes en los productos ultraprocesados pueden representar un riesgo para la salud debido a los efectos adversos que pueden generar en el organismo. Estos aditivos, diseñados para dar un aspecto atractivo a alimentos y bebidas, son productos químicos que no se encuentran de forma natural en los alimentos. Aunque su uso está aprobado en muchos países, existen investigaciones que sugieren que algunos colorantes podrían estar relacionados con problemas de salud, como alergias, trastornos del comportamiento y, en casos extremos, efectos carcinógenos.
Los colorantes como la eritrosina (rojo n.º 3), el tartrazina (amarillo) y el azul brillante han sido vinculados a reacciones alérgicas en personas sensibles, causando síntomas como urticaria, dolor de cabeza o problemas gastrointestinales. Además, algunos estudios han señalado una posible relación entre el consumo excesivo de estos colorantes y la aparición de trastornos del comportamiento en niños, como el TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad).
En el caso de ciertos colorantes, se ha observado que el consumo prolongado o en grandes cantidades podría aumentar el riesgo de cáncer. A pesar de los límites establecidos por las autoridades sanitarias, el uso frecuente de productos ultraprocesados con colorantes sintéticos podría acumular estos riesgos a largo plazo, afectando negativamente la salud.