La cafeína es el compuesto psicoactivo más consumido en el mundo. Presente en productos como el té, chocolate, bebidas gaseosas, medicamentos, principalmente en el café, cuyo consumo forma parte de la rutina de millones de personas.
Cuando se bebe café, la cafeína es absorbida rápidamente por el cuerpo, alcanzando su máximo efecto en un promedio de dos horas. Sin embargo, puede tardar hasta nueve horas en eliminarse por completo del organismo, ya que, debido a su solubilidad en agua y grasa, tiene la capacidad de ser fácilmente absorbido por el sistema digestivo.
Aunque el café puede variar por su preparación y composición, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) sugiere consumir 400 mg diarios, lo equivalente a unas cuatro tazas de café americano diarias. Detalló que exceder esta cantidad puede causar temblores musculares, náuseas, dolor de cabeza, latidos cardíacos irregulares e incluso la muerte en casos extremos.
A pesar de ello, la dependencia aclaró que el consumo límite también también puede variar de acuerdo a la tolerancia a la cafeína de cada persona; incluso un consumo moderado puede provocar efectos secundarios como irritabilidad, insomnio y nerviosismo, lo que lleva a muchas personas a considerar reducir su ingesta.
Efectos al reducir o eliminar la cafeína en la dieta diaria
Mejora del sueño: La cafeína retrasa la producción de melatonina, alterando el ciclo del sueño y reduciendo el descanso profundo. Abandonar su consumo puede mejorar significativamente la calidad del sueño en pocas horas, favoreciendo un mejor estado de ánimo y mayor energía.
Salud cardiovascular y digestiva: Reducir la cafeína puede aliviar síntomas como acidez estomacal e indigestión, ya que estimula la producción de ácido gástrico. También podría disminuir ligeramente la presión arterial y el ritmo cardíaco.
Higiene dental: El café y el té contienen taninos que manchan los dientes. Además, bebidas con cafeína, como las energizantes, suelen tener azúcares que afectan la salud dental. Reducir su consumo puede mejorar la apariencia y protección de los dientes.
Menor frecuencia en el baño: La cafeína estimula los intestinos y actúa como diurético, lo que aumenta la necesidad de evacuar y orinar. Su eliminación puede reducir estas urgencias y normalizar la función intestinal.
Reducir el consumo de cafeína de manera gradual es clave para evitar síntomas de abstinencia, logrando así equilibrar sus beneficios y minimizar sus efectos adversos. Sin embargo, existen alternativas como las infusiones y tisanas que pueden no contener cafeína y ser buenas para el paladar.