Le llaman “Triple T” porque su nombre oficial es “terapia térmica dirigida”. Se trata de una alternativa mínimamente invasiva que podría beneficiar a millones de personas en el mundo que sufren un tipo de hipertensión.
Esa intervención es desarrollada por especialistas de la Queen Mary University de Londres, en colaboración con el Barts Health NHS Trust y la University College London. Ya publicaron un trabajo, que es la prueba de concepto, en la revista The Lancet.
También es conocida como “ablación endoscópica por radiofrecuencia guiada por ecografía”. Es para personas que tienen aldosteronismo primario (AP), un trastorno hormonal que provoca hipertensión arterial.
Qué es la hipertensión y qué la causa
Se habla de hipertensión cuando la presión de la sangre en nuestros vasos sanguíneos es demasiado alta (de 140/90 mmHg o más), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es un problema frecuente que puede ser grave si no se trata.
A veces no causa síntomas y la única forma de detectarla es tomarse la tensión arterial. El riesgo de hipertensión puede aumentar en estos casos:
- Edad avanzada
- Causas genéticas
- Sobrepeso u obesidad
- Falta de actividad física
- Comer con mucha sal
- Beber demasiado alcohol
Uno de cada 20 pacientes con presión arterial alta tiene aldosteronismo primario (AP), pero que a menudo no se diagnostica ni se trata.
De acuerdo con la Clínica Cleveland de los Estados Unidos, el aldosteronismo (o síndrome de Conn) se produce debido a la sobreproducción de la hormona aldosterona, que regula los niveles de sodio y potasio en la sangre.
Los médicos tratan esta afección con medicamentos y cambios en el estilo de vida para controlar la presión arterial. Algunos casos requieren cirugía. La mayoría de las personas tienen un pronóstico excelente con el tratamiento. Pero en el Reino Unido los expertos desarrollan otra opción para los pacientes que no tienen buena respuesta.
En qué consiste el tratamiento de la Triple T para la hipertensión
El procedimiento, aun en desarrollo, elimina los nódulos responsables de la producción excesiva de aldosterona, una hormona que eleva los niveles de sal en el cuerpo y, con ello, la presión arterial.
Esos nódulos pueden elevar la presión arterial a niveles peligrosos, como 20/13, muy por encima del rango saludable de 12/8.
Si los próximos ensayos aportan más evidencias sólidas sobre su eficacia y seguridad, el tratamiento podría cambiar radicalmente el manejo de la hipertensión arterial causada por esa afección hormonal.
Hasta ahora, el tratamiento más efectivo para el PA era la extirpación quirúrgica de la glándula suprarrenal afectada, un procedimiento que requiere anestesia general, hospitalización y un largo periodo de recuperación.
En cambio, el Triple T ofrece una solución menos invasiva y más rápida. Según informaron los científicos en la revista The Lancet, este procedimiento utiliza calor dirigido para destruir únicamente el tejido afectado, preservando la glándula suprarrenal y reduciendo significativamente los riesgos asociados a la cirugía.
El procedimiento Triple T combina tecnología de ultrasonido y radiofrecuencia para localizar y tratar los nódulos suprarrenales de manera precisa.
Durante la intervención, que dura aproximadamente 20 minutos, se introduce una aguja fina a través del estómago hasta la glándula suprarrenal, guiada por imágenes en tiempo real. Una vez en posición, se aplican ráfagas cortas de calor para destruir el tejido anómalo sin dañar las áreas circundantes.
Según los investigadores, su enfoque minimiza el impacto en el paciente, ya que no requiere incisiones ni hospitalización prolongada.
Cuando se practica el procedimiento, se usan escáneres con tintes moleculares que permiten identificar incluso los nódulos más pequeños. Eso facilita un tratamiento más preciso.
Según explicó el profesor Morris Brown, coautor del estudio y experto en hipertensión endocrina en el Queen Mary University of London, este desarrollo representa un hito en el manejo del PA: “Es emocionante ver cómo personas con hipertensión no controlada durante años pueden someterse a este procedimiento y regresar a casa el mismo día con una presión arterial normal al día siguiente”.
En el estudio publicado en The Lancet, participaron 28 pacientes con hiperaldosteronismo primario. La mayoría de los pacientes experimentaron una normalización de los niveles hormonales en un plazo de seis meses.
Además, muchos de ellos pudieron abandonar por completo los medicamentos para la presión arterial, mientras que otros redujeron significativamente su consumo.
El impacto positivo del tratamiento también se reflejó en la experiencia de los pacientes. Michelina Alfieri, una de las participantes del ensayo, compartió su testimonio: “Antes del estudio, sufría de dolores de cabeza debilitantes durante años, a pesar de múltiples visitas al médico. Este tratamiento no invasivo me permitió recuperarme de inmediato y volver a mi rutina diaria. Estoy profundamente agradecida con el equipo por darme esta opción”.
Cuál es el próximo paso para probar la terapia
Ahora se está llevando a cabo un estudio más amplio, denominado WAVE, que comparará el Triple T con la cirugía tradicional en 120 pacientes.
Los resultados de ese ensayo, que se espera finalice en 2027, podrían consolidar esta técnica como una alternativa estándar en el tratamiento del PA.
Según el profesor Stephen Pereira, uno de los coautores del estudio publicado en The Lancet, esta técnica menos invasiva podría implementarse en unidades de endoscopía y beneficiar a un mayor número de pacientes.
El desarrollo de Triple T es posible gracias al apoyo financiero de instituciones como Barts Charity, el National Institute for Health and Care Research (NIHR) y la British Heart Foundation.