PINAMAR (Enviada especial).— Esta ciudad fue meticulosamente pensada y desarrollada por el arquitecto y urbanista Jorge Bunge como un desarrollo inmobiliario, a cargo de la empresa Pinamar SA. Hace alrededor de 83 años, quiso combinar playas y bosques. El principio de todo fue el Hotel Pinamar, el primer alojamiento desplegado por esa avenida cuando todavía no había nada, solo esa construcción y el mar.

Bunge fue el primer urbanista de la Argentina y cuando volvió de Alemania, donde estudió becado por el Estado nacional, trajo esa idea a esta parte de la costa, y la reflejó primero en el hotel.

Elsa Shaw, la nieta de Jorge Bunge está al frente del Playas Art Hotel

El Playas Hotel, inaugurado en 1942, que originalmente se llamaba Hotel Pinamar, fue rebautizado hace poco más de un año como Playas Art Hotel. Este cambio de nombre marcó una nueva etapa para hacerle lugar a esculturas y obras de arte en sus instalaciones. “Siempre hemos querido que el hotel sea más que un lugar para dormir”, dice Elsa Shaw, la nieta de Bunge, en diálogo con LA NACIÓN. Hoy la propiedad está administrada por sus herederos.

La construcción fue parte de una estrategia mayor para el urbanista en los años 40. “Tenía que traer gente para vender terrenos. Por eso construyó el hotel y compró un micro que venía desde Buenos Aires. Los alojaba acá, les mostraba los caminos, los pinos creciendo, y les ofrecía cuotas accesibles para comprar terrenos”, explica Shaw. La visión de Bunge no solo era inmobiliaria, sino también cultural: el hotel fue un espacio para que los primeros visitantes se enamoraran del entorno y el proyecto de la ciudad.

El patio interno del Playas Hotel cuando todavía no tenía piletaEl comedor del Hotel Pinamar en sus principios

El legado del fundador de esta ciudad balnearia está presente en cada rincón del hotel. Arquitecto, urbanista y pionero, fue el principal impulsor de Pinamar como un balneario planificado. “Mi abuelo no solo diseñó el hotel, sino que también plantó árboles para fijar los médanos, abrió caminos y trabajó para crear esta ciudad jardín”, explica Shaw a la par que muestra el mapa de todo Pinamar.

Bunge no solo pensó en lo arquitectónico; ya desde entonces le interesaba llevar la cultura y el arte al hotel. Sentada en lo que fue históricamente una sala de juegos -y ahora un espacio de reuniones-, Shaw recuerda cómo Bunge fue un pionero en su tiempo: “Él controlaba todo, todo tenía que hacerse como él decía. Y mucha gente decía que, si él no hubiera tenido esa determinación, ese carácter, esa fuerza, esa seguridad, Pinamar no hubiera seguido como él lo había pensado”, indica la nieta del fundador de la ciudad.

Hoy, el Playas Art Hotel es un alojamiento y un espacio para el arte y la culturaLa parte interna del Playas Art Hotel

Shaw también hace referencia a los comienzos mismos de Pinamar, un sueño trazado por Bunge en conjunto con Valeria Guerrero, que fue quien le vendió los terrenos. “Él, sobre la base de lo que era su casa, empezó a ampliar para un lado, para el otro. Hizo el hotel. Su casa fue anecdótica porque solo durante un año fue su hogar, pero después le pareció un buen lugar para un hotel, el primer y único hotel durante muchos años”.

La construcción –un ancla para todo el desarrollo que vendría después– también sirvió como un punto de encuentro cultural y social. Aquí fue el primer cine, se celebraron las primeras misas y bailes. Había surtidores de nafta. Todo empezó de a poco. El papel del hotel como epicentro de la comunidad fue crucial para Pinamar.

En tanto, el alojamiento también fue testigo de cómo cambiaron los hábitos turísticos en Pinamar. En los años 80, por ejemplo, se construyó la primera pileta, después llegó el spa en 2010, los aire acondicionados y el gimnasio.

El patio interno del Playas Art HotelLa parte externa del Playas Art Hotel de Pinamar

El compromiso con la modernización no significó abandonar las tradiciones. “Mantenemos el estilo clásico e icónico del hotel, pero también buscamos lo moderno. Queremos que cada persona que nos visite sienta el equilibrio entre la historia y las comodidades actuales”, dice Shaw.

Hoy, el hotel funciona como un destino que combina comodidad y arte. A pocos metros de la playa y de las principales zonas comerciales de la ciudad, el Playas Art Hotel se encuentra en una ubicación privilegiada.

La pileta del Playas Art Hotel de Pinamar

En cuanto a la oferta gastronómica, a fines de 2021 abrió sus puertas Molusca, a cargo del reconocido chef Dante Liporace, un restaurante de mar y parrilla. La ambientación transporta a los comensales a la Toscana o a un típico patio romano que está decorado con esculturas heredadas por la familia Shaw. No pierde su identidad y muchos detalles del lugar, como las puertas, mantienen una temática vinculada al mar.

Molusca Pinamar