El 29 de noviembre de 2024 se reveló el testimonio de María Alejandra Benavides, exasesora en el Ministerio de Hacienda que declaró en contra del jefe de la cartera, Ricardo Bonilla por su presunta participación en el entramado de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
En sus declaraciones confirmó a la Fiscalía General de la Nación que el ministro sí tuvo conocimiento de la ‘olla podrida’ en la entidad, además de que autorizó la redirección de tres contratos por $92.000 millones en los municipios de Cotorra (Córdoba); Saravena (Arauca), y en Carmen de Bolívar (Bolívar) para garantizar que se aprobaran las reformas sociales del presidente Gustavo Petro en el Congreso de la República.
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Ante las revelaciones, varios politicos del país como los senadores Angelica Lozano y Miguel Uribe solicitaron la salida inmediata de Bonilla, puesto que consideran que una persona con un proceso judicial activo no puede estar al mando de una de las entidades más importantes del país.
Pese a las críticas, el jefe de Estado utilizó, como es usual, sus redes sociales, para defender al alto funcionario y su gestión desde que asumió el cargo en 2023. Así mismo, destacó su labor en varios momentos difíciles del país.
“La labor del ministro de hacienda ha sido buena en momentos difíciles para las finanzas públicas, debidos al intento de ahogamiento fiscal construido por la oposición. Derrumbar la reforma tributaria que aprobamos, no bajar la tasa de interés real del banco de la república, y pagar, sin consulta al actual presidente, del erario, el inmenso hueco fiscal por no subir la gasolina importaba, cuando subía en el mundo”.
A su vez, sostuvo que a Bonilla le tendieron una trampa desde el Congreso para intentar enriquecerse a costa de las necesidades del Estado y las buenas intenciones del Gobierno nacional para impulsar el desarrollo del país.
“Ahora el ministro es víctima de otra trampa: la que se construye entre el concepto neoliberal del marco fiscal y la actitud extorsiva de miembros del parlamento que piden cupos indicativos a cambio de aprobar unos créditos que no van a la inversión pública ni de ricos ni de pobres, sino simplemente, para pagar las deudas de Duque, endeudándose otra vez, es decir con operaciones de “Roll Over””, aseveró.
El primer mandatario también indicó que este tipo de acciones eran realizadas por gobiernos anteriores sin ningún tipo de investigación o sanción a sus funcionarios. Sin embargo, afirmó que desde la llegada de su administración a la Casa de Nariño las autoridades sí están interesadas en investigarlos.
“Esto, que era el diario vivir de los ministros de hacienda, y no era investigado antes, se convierte en delito ahora; en virtud de la corrupción: transforman la víctima en victimario”, aseveró Petro en una clara defensa a Bonilla.
Por otro lado, el gobernante de los colombianos aprovechó para lanzar pullas al presidente del Senado, Efraín Cepeda, que se ha convertido en uno de los principales opositores de las reformas de Petro en el Congreso. En su publicación en X escribió que la negativa del congresista traerá consigo grandes consecuencias para el país en materia fiscal
“Pagar deuda con ingresos y disminuir la deuda implica, ahora, la ley de financiamiento, y la aceptación del Roll Over. Al negarse a hacerlo y sabotearlo, los parlamentarios que siguen a Cepeda, el presidente conservador del senado, nos llevan de frente y con los ojos abiertos, al default”: cesación de pagos. Pudiendo evitarlo, la oposición nos lleva al “default , solo para ver si perdemos las elecciones del 2026. No les importa el bienestar de la gente”, indicó.