“El arte latinoamericano ya no es una moda pasajera; está integrado plenamente en el circuito”, afirma la coleccionista y filántropa venezolana Patricia Phelps de Cisneros, quien ha dedicado su vida a impulsarlo a nivel mundial, un trabajo por el que ha sido reconocida en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO.
“Ya hace tiempo que los museos, las universidades, las colecciones, las ferias, las bienales, incluyen el arte latinoamericano como algo natural, como parte fundamental de la historia del arte y del arte actual”, señala Phelps de Cisneros (Caracas, 1947), considerada una de las principales mecenas internacionales, y galardonada con el premio “A” Honorífico en la 44 edición de la Feria que cierra sus puertas este domingo.
Creadora en la década de los setenta junto a su esposo, el empresario Gustavo Cisneros, de la Fundación Cisneros (FC), con sede en la capital venezolana y Nueva York, es también referencia cuando se habla de descolonización en el arte y en los museos.
“En las últimas décadas, ha surgido un deseo natural de ampliar las referencias de la historia del arte para ser más inclusivo con otras culturas y otras geografías. He podido poner mi grano de arena para que se reconozcan los aportes de América Latina a la cultura global, así como otros lo han hecho para otras regiones del planeta”, dice.
La educación ha sido la base de la trayectoria de la coleccionista venezolana y del programa (La Fundación Cisneros) que levantó con el “apoyo incondicional de su marido”, fallecido en 2023, y encabezado ahora por su hija Adriana.
“No se podía tratar solo de una colección – remarca -, debía ser también un proyecto educativo, que pudiera organizar exposiciones en diferentes museos del mundo, prestar obras, publicar libros, organizar eventos y alianzas académicas, “todo para poder fomentar la curiosidad y la investigación sobre nuestro arte”.
“Fueron muchos años de esfuerzo que han llevado a un cambio de panorama sobre el arte latinoamericano. Hoy es parte intrínseca de la historia del arte universal”, valora.
En ese camino, considera “absolutamente fundamentales” a las instituciones, donde “se forman las personas y la historia”. Por eso, donó más de 400 obras a 12 museos y creó el Instituto Cisneros de Investigación en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), “para fortalecer y garantizar la presencia del arte latinoamericano a largo plazo”.
Para la venezolana lo más importante del arte es “la libertad de expresión y el apoyo a los valores democráticos”: “Sin eso no hay arte, y de allí viene su gran valor educativo para la sociedad. No es suficiente simplemente mostrar la obra de arte, es importante entender y apoyar la libertad espiritual e intelectual que tienen los artistas”.
Es consciente de que la irrupción de las nuevas tecnologías hace que la información fluya de manera más rápida también en este sector, pero le preocupa la preservación a largo plazo de materiales y archivos digitales, por lo que la Fundación Cisneros ha colaborado con el MoMA en un proyecto de ayuda que ya está disponible en la web del museo.
De ese futuro formarán parte los jóvenes coleccionistas de hoy, a quienes la filántropa recomienda que “se lo piensen muy bien”, que tengan claro un objetivo a largo plazo, y que consideren toda la responsabilidad que significa cuidar bien de las obras y de los legados intelectuales que representan.
“Es relativamente fácil adquirir una obra, pero luego hay que cuidarla, documentarla, compartirla, y eventualmente encontrarle un destino adecuado. Además siempre recomiendo que sean cercanos y apoyen a los museos de sus ciudades”, indica.
Muchos de los nuevos coleccionistas han elegido Madrid como base para sus proyectos, lo que parece estar convirtiendo “sin duda” a la capital española en foco para el arte latinoamericano, según Phelps de Cisneros.
“A todos les recomiendo que pasen muchas horas en el Museo de América que tiene una de las grandes colecciones hispanoamericanas y prehispánicas del mundo, y donde se puede aprender muchísimo”, concluye la venezolana.
Fuente: EFE