La gente que camina por la calle se detiene a observarla. Muchos sacan fotos, se persignan o dejan una estampita. Los más osados tocan timbre, quizás a la espera de que alguien del otro lado los invite a pasar. Algunos llegan desde lejos, a veces, desde otros continentes. Es que, detrás de esa puerta blanca de hierro forjado en la calle Varela, ubicada en el corazón del barrio porteño de Flores, está la casa en la que nació uno de los argentinos más reconocidos a nivel mundial: el Papa Francisco.

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Durante mucho tiempo, se creyó que Francisco había nacido en Membrillar 531, donde transcurrió su infancia, también en Flores. Sin embargo, hace varios años, el historiador Daniel Vargas inició una investigación tras la designación de Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Su partida de nacimiento revela que la familia vivía en la casa ubicada en Varela 268, departamento A, cuando llegó al mundo y su madre dio a luz ahí mismo.

El hall de entrada que conduce por el pasillo a los PHEl PH donde vivió el papa Francisco en sus primeros años de su vida tiene 87 m2La puerta de entrada al PH desde el pasillo que comunica a la calle

Aunque actualmente, la casa no pertenece más a los Bergoglio, la familia que fue propietaria desde 1980 hasta el 2021 (según se tiene certeza), compró la propiedad sin saber que sus anteriores dueño habían sido los padres del Papa. “La casa era de mis abuelos y la terminé comprando yo. Ni ellos ni nosotros lo sabíamos. Un día, tocaron el timbre diciendo que acá había nacido Francisco”, contó a LA NACION Maximiliano Mauro, quien vivió en el lugar con su esposa, Laura; su hija de 11 años, Malena; y una perra, que se llama Kally.

El 17 de diciembre de 2014, en el cumpleaños número 78 de Bergoglio, autoridades de la Legislatura porteña colocaron allí una placa que anuncia que en ese lugar nació el primer Papa argentino. “Nos pusimos contentos cuando confirmamos la noticia. La recibimos con alegría porque somos creyentes. En ese momento, mi esposa estaba atravesando una enfermedad y mi suegra pidió que el primer milagro de Francisco fuera en nuestra casa, que había sido también la suya”, contó Mauro. La mujer, que también es creyente, envió una carta al Vaticano contando la situación que estaba atravesando y recibió, tiempo después, un escrito firmado por el Papa, en donde le deseaba una pronta recuperación.

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El 17 de diciembre de 2014, autoridades de la Legislatura porteña colocaron en la casa donde vivió Francisco una placa que anuncia que en ese lugar nació el primer papa argentino

Lo que se conserva de la construcción original

Los abuelos de Maximiliano compraron la casa a comienzos de 1980. Construida en 1932, en ese entonces, la propiedad estaba bastante deteriorada. “Tuvieron que refaccionarla por completo”, explicó el actual dueño. Sin embargo, de acuerdo a las investigaciones, la estructura permanece intacta, al igual que algunos elementos originales del interior de la vivienda, como los pisos de madera, las puertas de hierro, una bañera y una escalera de mármol con escalones altos que llevan a un entrepiso y a la terraza.

De afuera, se ven dos puertas blancas idénticas. La de la izquierda es la que da acceso a la casa natal de Francisco, un PH de 87 m² al que se accede a través de la primera puerta del largo pasillo. Por dentro, la vivienda tiene cuatro ambientes: una habitación principal, otra más pequeña, un comedor, una cocina chica y el baño. Los espacios están conectados por un patio interno, donde una escalera conduce a otra habitación, que está en el entrepiso y a una terraza.

La fachada de la casa donde nació y vivió hasta los 5 años el papa Francisco es el departamento A, en la calle Varela al 200, en el barrio de FloresA la izquierda, la escalera que conduce al entrepiso y a la terraza; en el centro de la imagen, una pequeña cocina y, a la derecha, el bañoLos propietarios que la tuvieron luego de la familia Bergoglio aseguran que la bañera es la misma que se colocó cuando se construyó la casaEl patrio interno es el espacio de distribución y donde convergen todos los ambientes

Aunque la casa está muy bien mantenida y guarda la mística de ser la que recibió a una de las figuras más importantes del mundo, a la familia le quedó chica. Por eso, decidieron ponerla en venta en 2021 para comprar una más grande y, dentro de lo posible, con más metros descubiertos.

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La abitación principal de la casa donde, posiblemente, la madre del papa haya dado a luzLa cocina de la casa fue remodelada

La casa que vio nacer al primer Papa argentino

El reloj marcaba las 21 horas del 17 de diciembre de 1936. En el patio de la casa de Varela al 200, hace 88 años, se empezaron a reunir vecinos y allegados de los Bergoglio: Doña Regina Sívori acababa de dar a luz en la casa a un varón. A Jorge Mario, el mayor de cinco hermanos, le siguieron Oscar Adrián, Marta Regina, Alberto Horacio y María Elena.

Los Bergoglio llegaron a la Argentina escapando del fascismo. Mario José Francisco, el padre de la familia, trabajó en una empresa productora de pavimentos en Paraná, Entre Ríos, y, más tarde, adquirió mediante un préstamo un almacén en Flores, cerca de donde vivían. El lugar aún hoy conserva su espíritu de barrio.

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Durante la década del 60, los Bergoglio en la siguiente casa en la que vivieron, también en el barrio de Flores. De pie: Alberto Horacio, Jorge Mario, Oscar Adrián y Marta Regina. Sentados: María Elena, Regina María Sivori y Mario José Francisco.

La fachada de la casa, que hoy es uno de los puntos a visitar en el Tour del Papa Francisco que se realiza en Buenos Aires, se destaca por sus dos puertas cubiertas con rejas blancas con dibujos geométricos simples. En el libro Casa Natal, realizado por el Consejo Profesional de Ingeniería Civil, cuentan que a Jorge, que era un buen alumno, le gustaba subir y bajar las escaleras de mármol repitiendo los números. Pese a que es pequeño, en el comedor de la propiedad solía reunirse toda la familia. En algunas ocasiones, la abuela Rosa Margarita y doña Regina cocinaban la comida favorita del ahora Sumo Pontífice: pastas acompañadas de un rebosante estofado con tuco y carne.

Aunque la familia se mudó a otra casona en la calle Membrillar cuando Jorge tenía apenas cinco años, la propiedad de la calle Varela guarda entre las paredes sus primeros pasos y juegos. Él mismo lo recordó: cuando el historiador descubrió la información y se la hizo llegar, Francisco la recibió, la avaló y le agradeció su investigación. Además, lo llamó por teléfono dos veces y le aportó nuevos datos sobre su infancia. Entre el club de sus amores, San Lorenzo de Almagro; Flores; el mate; las pastas del domingo; el asado; los padres y la abuela Rosa Margarita, el pequeño PH que se oculta detrás de esas puertas vio llegar al mundo al primer argentino que saludó a millones de fieles desde el célebre balcón del Vaticano, convertido en el Santo Padre Francisco en 2013.