La inclusión de exjefes paramilitares como

En medio de la polémica generada por el nombramiento de antiguos líderes paramilitares como gestores de paz, Paola Holguín, senadora y precandidata presidencial al interior del partido Centro Democrático, hizo una severa crítica sobre la estrategia del presidente Gustavo Petro, cuestionando especialmente la inclusión de figuras con antecedentes de graves violaciones a los derechos humanos, como Hernán Giraldo.

Esta decisión avivó el debate sobre la política de Paz Total impulsada por el Gobierno, con detractores que argumentan que ciertas concesiones podrían estar comprometiendo la justicia y la verdad para las víctimas.

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El anuncio de Petro, realizado el 12 de noviembre de 2024 mediante la resolución 453, incluyó en el listado a personas como Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, figuras de alto perfil del paramilitarismo que ya tuvieron procesos judiciales previos y son señalados por sus vínculos en masacres y desplazamientos.

No obstante, la inclusión de Giraldo —conocido por su papel en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y sus múltiples acusaciones de abuso sexual contra menores— provocó un rechazo particular. La senadora Holguín cuestiona la ética y coherencia detrás de esta decisión, aludiendo a una posible doble moral en el discurso del presidente Petro y sugiriendo un trasfondo político en estos acercamientos.

A través de un video publicado en sus redes sociales, Holguín cuestionó abiertamente las intenciones del presidente al otorgar el título de ‘gestores de paz’: “Llama la atención que Gustavo Petro, el que acusaba a todo mundo de paramilitares, ahora viva de pláceme con ellos, cambiando sombreros con Mancuso y ahora nombrando como gestores de paz a 18 paramilitares que estuvieron en una negociación que ya terminó y que están en curso en unos procesos que continúan judicialmente”.

El presidente Gustavo Petro y el exparamilitar Salvatore Mancuso protagonizaron un momento histórico en Montería (Córdoba), en donde se anunció la reactivación de los diálogos con las Autodefensas Unidades de Colombia - Juan Cano/Presidencia

En sus declaraciones, Holguín puso en duda la lógica de abrir una nueva mesa de diálogo con antiguos líderes paramilitares, preguntándose: “¿Para qué abrir una nueva mesa?, ¿por qué decir que ahora no va a haber traición y si va a haber verdad? ¿Cuál es el objetivo de Gustavo Petro con esto? ¿Quiere que ellos testifiquen qué y contra quién?”. Estas preguntas destacaron la incertidumbre y suspicacia sobre los fines últimos de esta estrategia de “Paz Total”, especialmente en un contexto donde el Gobierno enfatizó la importancia de la justicia y la reparación para las víctimas del conflicto.

La senadora también hizo un llamado de atención sobre lo que percibe como una contradicción en los valores promovidos por el Gobierno de Petro: “Esa doble moral: lo escandaliza una canción de Karol G, pero uno de los depredadores sexuales de menores de estas autodefensas, ahora es, según Petro, un gestor de paz”.

La frase que más resonó en su pronunciamiento fue: “¿Será que seguimos pagando el pacto de La Picota?”, en referencia a una supuesta reunión de Petro con políticos y personajes vinculados a las mafias en la cárcel La Picota durante la campaña presidencial de 2022, que fue revelado por Juan Fernando Petro, hermano del jefe de Estado. Esta referencia fue interpretada por varios sectores como una alusión a la posibilidad de que algunos compromisos establecidos en aquella época puedan estar cumpliéndose ahora, en el contexto de estos nombramientos.

Ante las declaraciones de Holguín, el Gobierno aún no ha respondido formalmente, pero el debate sigue creciendo entre sectores que cuestionan la moralidad de conceder a figuras señaladas por crímenes graves un rol tan significativo en la reconciliación nacional, y aquellos que consideran que la paz total requiere involucrar a todos los actores del conflicto, independientemente de sus antecedentes.