Si Claudio “Chiqui” Tapia es “el Comandante”, como lo llaman algunos dirigentes en público y en privado, Pablo Toviggino es su soldado de más alto rango. Rosarino de nacimiento y santiagueño por adopción, el organigrama de la AFA dice que es el tesorero. Es decir, el hombre que distribuye una caja de $222.590 millones de pesos, según el presupuesto aprobado en el último balance de la casa madre del fútbol argentino. Pero, además, Toviggino es el responsable del interior profundo, como presidente ejecutivo del Consejo Federal. Y, desde hace unos cuantos meses, es el máximo defensor de la gestión a través de las redes sociales.

En el perfil del dirigente, que llegó a la Liga Santiagueña a través del club Comercio Central Unidos y de allí saltó a la AFA, se pueden leer constantes apelaciones a dos liturgias: la peronista y la católica. Toviggino es ambas cosas, ya que en la última elección presidencial motorizó la campaña de la AFA en contra de las Sociedades Anónimas Deportivas (SADs) pregonadas por el entonces candidato -y hoy primer mandatario Javier Milei- y además se mostró muy cerca de Sergio Massa, el postulante de Unión por la Patria. Pero su referente político, en rigor, es Gerardo Zamora, el gobernador santiagueño.

Una breve inspección por el perfil de Toviggino en X sirve para encontrar palabras como “falso”, “hipócrita” e “inútil” al referirse a Mauricio Macri. O la calificación de “motonauta traidor” para Daniel Scioli. Con ese discurso de barricada, los últimos destinatarios de sus tuits fueron Rodolfo D’Onofrio, Juan Sebastián Verón, Andrés Fassi (presidente de Talleres de Córdoba), José Mauricio Bonafina (vicepresidente primero de Banfield) y Raúl Cascini (ex futbolista e integrante del Consejo de Fútbol de Boca). En todos los casos, Toviggino ejerce de abogado -detrás del teclado, como en la vida real- de la AFA. “Defensor a ultranza de la gestión en las redes, allí donde se gestó el último presidente de los argentinos”, dice a LA NACION un dirigente que lo conoce hace años.

Esa defensa púbica y explícita de este último Toviggino contrasta con el de hace casi una década, cuando recién ponía un pie en la AFA, apadrinado por Guillermo Raed, un empresario de bebidas también santiagueño, identificado con el club Mitre. Corría octubre de 2016 y la AFA estaba en manos de un comité de regularización encabezado por el recientemente fallecido Armando Pérez. Toviggino era… el tesorero, puesto en ese lugar por los clubes de ascenso que ya le respondían a Tapia. Por entonces, el rosarino/santiagueño le dio la única entrevista a LA NACION. A la que acudió acompañado por Raed. Su discurso era medido y hasta condescendiente. E incluso contó que la Superliga de aquel momento había sido creada a pedido del poder político. “Era una línea política que bajaba una solución inmediata con clubes ahogados financiera y económicamente. Quizás es una cultura que tuvo muchos años dentro de AFA”, dijo entonces, refiriéndose a los efectos colaterales de la gestión de Julio Humberto Grondona al frente del fútbol argentino.

El Toviggino de hoy, en cambio, manda a los críticos al psicólogo. “Hay una lucha que se lleva en silencio, desde la indiferencia crítica, aunque de eso no entiendes nada. ¿Tuviste una semana difícil? Por qué los psicólogos dicen que ceder a las lágrimas puede aportar beneficios para la salud mental. Avísame, yo tengo uno que se lo recomendé a varios !!”, comentó sobre una publicación que tenía embebido un video con las críticas de Cascini al arbitraje de Yael Falcón Pérez en el Racing-Boca del último fin de semana.

A Toviggino -”hermanito” o “Tovi”, como le dicen algunos- nadie lo frena. Más allá de que los recursos de los clubes dependan de una firma suya, muchos acuerdan con su estilo en las redes. Que se repite, a veces, en los grupos de WhatsApp de dirigentes. El rosarino/santiagueño que también se interesa por la hípica (con el haras “Establecimiento Hermanos Toviggino”) sabe que nadie del fútbol le pedirá que meta un rebaje o desacelere. “Es que Toviggino no les habla a dirigentes de parroquia, sino a dirigentes como él que también son ventajeros y expertos en la rosca”, grafica un correligionario suyo en ese paraguas dirigencial llamado “Ascenso Unido”.

Sergio Massa y Pablo Toviggino

“Nadie se enoja puertas adentro”, asegura la fuente. Y agrega: “Ahora está de moda insultarse en redes. Hay un cambio de época: se hace así en la política, en el arte… así hablan las figuras públicas. Todos con este idioma. Llamarlo violencia es una pavada”, añade. Y no tiene dudas de que con sus publicaciones, Toviggino “llama a la centralidad”: “Hay un nuevo contrato y termina siendo honesto. Se dio cuenta de que el mundo pasa por ahí: armaron un presidnete por las redes. Jugar ese juego es mucho más honesto”.

¿Por qué lo hace? Simple: Tapia es el presidente de “las grandes cosas”. Es decir, la selección nacional, las asambleas, las reuniones en Conmebol y FIFA y lo torneos ecuménicos: Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Copa América y Mundiales. Para todo lo demás existe Toviggino. Eso incluye, desde hace un tiempo, su rol beligerante en redes sociales. Esta faceta suya comenzó con la guerra por las SADs, librada desde hace un año, y que todos -o la enorme mayoría de los directivos- entienden que es “la madre” de todas las batallas. Desde su perfil, Toviggino marcó -y marca- el camino que siguen, sobre todo, los clubes de ascenso. Además de su rol de tesorero y presidente ejecutivo, bien podría sumar a su CV el cargo de gerente de comunicación estratégica. Una especie de vocero 2.0 con malas formas.

Otra fuente lo ensalza: “La AFA es la única organización que le pelea al gobierno. Y le pelea, hasta acá, con éxito. Los tuits de Toviggino nos demuestran que también nos podemos llevar puesto al que sea”. Por “el que sea” léanse los opositores al actual modelo de asociaciones civiles sin fines de lucro. De Milei a Daniel Scioli; de Fassi a Verón. En el fútbol argentino todavía se puede disentir. Pero los dirigentes, allegados e incluso los propio futbolistas y entrenadores ya saben que lo más probable es que haya consecuencias. Y Toviggino se largue a escribir con su propio lenguaje para defender al “comandante”. Para librar la batalla de la redes en nombre de la AFA.

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