Siete veces campeón de AFA y subcampeón de América en dos ocasiones. Un club poderoso, protagonista y seductor que se dio el lujo de contratar a Diego Armando Maradona, que es la cuna de Lionel Messi y también la escuela de Lionel Scaloni, DT campeón del mundo, atraviesa una aguda crisis a todo nivel que parece no tener fin y por la cual la mitad de Rosario vive en estado de ebullición. Los 3 puntos conseguidos sobre 21 en juego en la Copa de la Liga no hacen más que confirmar una tendencia de los últimos años. Newell’s no es protagonista de los campeonatos que juega. Todo lo contrario, los padece y por ello se encuentra entre los últimos 10 equipos en la tabla de los promedios, con 1,180.

A esta situación llegó por las malas campañas en los últimos campeonatos, y el malhumor se incrementó porque quedó muy cuesta arriba en algo que desvela a los rosarinos: el clásico de la ciudad. Con la última derrota, sumó cuatro de forma consecutiva ante Rosario Central, que lidera el historial con 97 victorias contra 77 de la Lepra, y 103 empates. El último clásico que Newell’s ganó como local fue el 2 de noviembre de 2008, 1-0 con gol de Rolando Schiavi. Pasaron casi 16 años, y esta última derrota determinó el despido del entrenador Mariano Soso, sucedido por Cristian Fabbiani, quien agregó una caída más, ante Barracas Central, la sexta en siete jornadas.

Disturbios luego del partido que disputaron Newell’s Old Boys y Rosario Central.

Newell’s tiene cada vez más lejos en el recuerdo aquella consagración en 2013 que catapultó a Gerardo Martino a la dirección técnica del Barcelona de Messi. Tiempo pasado, que sin dudas fue mejor, con el agravante de que desde ese momento su clásico rival sumó dos títulos: la Copa Argentina 2018 y la Copa de la Liga 2023.

El mal clima reinante, con pintadas y pasacalles contra la dirigencia comandada por el presidente Ignacio Astore -incluso fue recriminado el ídolo Maxi Rodríguez-, se agudizó el martes 25 de febrero, cuando integrantes de las agrupaciones opositoras se acercaron al club y exigieron una reunión con el presidente, quien no tuvo más opción que recibirlos, escucharlos y, en medio de una alta tensión, expresarles la intención de adelantar las elecciones, a lo que siguieron varios comunicados oficiales para calmar los ánimos.

Rubén Capria, Mariano Soso e Ignacio Astore, cuando fue presentado el entrenador; ya no están ni el manager ni el DT, y el presidente podría adelantar las elecciones

En el comunicado de ese mismo día se prometió “la elaboración de un cronograma que establezca los pasos a seguir para la realización de un proceso eleccionario, transparente, ordenado y democrático”. Además, el club “se comprometió a poner a disposición los equipos técnicos de cada área involucrada para colaborar en la organización y desarrollo de la transición, garantizando así un proceso responsable y en beneficio del club y de sus socios”. La reacción al comunicado, por no contener una fecha concreta, fue una manifestación masiva y unas cien personas realizaron una toma pacífica del club en el Parque de la Independencia con el firme propósito de reclamar la renuncia del presidente o una fecha de elecciones.

El club emitió otro parte oficial en el que reconoció que está “atravesando momentos complejos”: “Los resultados recientes no han sido los esperados, y comprendemos el descontento y la manifestación de los socios (…) La comisión directiva ya se encuentra trabajando en los mecanismos necesarios para comenzar con el proceso de llamado a las próximas elecciones de autoridades”. En ese sentido, anunciaron que el próximo 26 de marzo es la fecha estimativa para realizar una asamblea extraordinaria con el fin de fijar elecciones para que se realicen “en un período no menor a 90 días”.

Desde la oposición entienden que es urgente convocar a la asamblea extraordinaria para la preparación del programa electoral y la oficialización de listas y candidatos. Lo primordial, creen, es garantizar que las elecciones sean entre el 15 y el 30 de junio, siendo el 15 la fecha ideal para que la nueva comisión disponga de más tiempo para trabajar en el mercado de pases de mitad de año. Advierten que no tendría sentido que fuera posterior a esas fechas, ya que la nueva dirigencia tomaría un plantel ya armado y sin demasiado margen para modificar el rumbo deportivo.

Cronología de un derrumbe

¿Qué le pasó a Newell’s para estar cómo está y por qué se le cerraron los caminos a Astore? Para empezar, una falta de rumbo claro ya que desde que la actual gestión se hizo cargo del club en septiembre de 2021 fueron 12 entrenadores diferentes los que dirigieron al primer equipo: Fernando Gamboa, Adrián Taffarel, Javier Sanguinetti, Gustavo Tognarelli, Adrián Coria, Gabriel Heinze, Mauricio Larriera, Adrián Coria, Sebastián Méndez, Ricardo Lunari, Gabriel Del Valle Medina, Mariano Soso y ahora Cristian Fabbiani. Además, pasaron seis managers: Lucas Bernardi, Julio César Saldaña, Horacio García-fallecido-, Pablo Guiñazú, Ariel Michaloutsos y Rubén Capria. Los resultados indican que ninguno pudo conformar un plantel competitivo, con contrataciones que no resultaron refuerzos y que provocaron un perjuicio económico para el club. Según estimaciones de fuentes consultadas, la deuda actual asciende a más de 20 millones de dólares.

“Esto es una consecuencia de varios años de desmanejos, de no transparencia, de mercados de pases papelonescos y un aumento exponencial de la deuda. Y cuando los resultados deportivos no acompañan, la gente se exalta y con razón, y lo que hace es salir a la calle”, explica el descontento Pablo Copes, integrante de la agrupación ADN Leproso.

Cristian Fabbiani, que tuvo un paso por el club como jugador, el elegido para reemplazar a Mariano Soso

Mirando hacia las bases, y habiéndose caracterizado por tener una histórica y sólida estructura de divisiones inferiores bajo la órbita de Jorge Griffa, hubo en estos años cambios permanentes, apostando por diferentes coordinadores en el área. En siete años, o sea ya desde la presidencia de Eduardo Bermúdez, pasaron Martín Mackey, Enrique Borrelli, Gustavo Tognarelli, Hernán Llano y Ariel Paolorossi.

“La dirigencia no tiene claro hacia dónde ir y va actuando instintivamente. Sale para la derecha, sale para la izquierda y no hay una línea a seguir. Se va actuando como se puede. Llegó el libro de pases, se fueron muchos jugadores, no llegaron tantos y no solo le costó a Soso sino que también le va a costar a Fabbiani poder armar ese rompecabezas. Hay piezas que todavía no encajan, pero el problema no pasa por el banco de suplentes, sino por el rumbo de Newell’s, que no sabe hacia dónde ir”, lamentó ante LA NACION Ricardo Lunari, campeón con aquel poderoso Newell’s de Marcelo Bielsa y uno de los entrenadores que pasó por el club durante esta administración.

Ricardo Lunari, DT en 2024, fue muy crítico:

“Yo jugué hace 30 años en Newell’s y estábamos siempre peleando cerquita de los de arriba y hoy vernos peleando cerquita de los de abajo duele muchísimo. Newell’s está perdiendo mucho de su identidad y mucho de su ADN. Probamos de diferentes maneras, pero cada vez más lejos de la filosofía de Newell’s”, completó Lunari, resumiendo todo eso que le pasó al club para estar como está hoy.