NUEVA YORK.– Una de las figuritas repetidas este año que arranca son las mujeres con anteojos (¡no de sol, sino para ver! –estas líneas se están escribiendo con una sensación térmica de 17 grados bajo cero–) muy grandes y de marcos muy gruesos. En particular en los ambientes creativos, pero ya por toda la ciudad, es difícil encontrar a quienes pasada cierta edad, no parezcan una versión femenina de Mr. Magoo. ¿Cool o no cool? La referencia al dibujito animado más miope de la historia fue tomada de una carta de lectores a la sección de Estilo de The New York Times, y los medios se están rasgando las vestiduras con esta duda existencial. Lo que está claro es que dichos anteojos son útiles. Para los multifocales, es una ventaja tener mayor cantidad de vidrio. Todo lo demás está abierto a discusión.

 Jenna Lyons y sus anteojos, en el centro de la imagen

Un punto que suelen subrayar las adeptas a estos marcos llamados “chunky” (por ser un “cachote” de objeto sobre la nariz), es que son extraordinariamente útiles, asimismo, para disimular imperfecciones y las señales del paso del tiempo en la era de comunicación digital.

The New York Times, al analizar la tendencia, llamó a este truco “el factor Andy Warhol”. Explicó que el artista llevaba una peluca platino porque así la gente comentaba el color inusual del pelo en vez del hecho de que no fuera real

“Desvían al espectador de las arrugas, bolsas bajo los ojos, y la perpetua cara de cansancio, porque todas las miradas van hacia los marcos. Aunque no los necesito, no hago Zoom sin ellos”, explica a esta cronista una madre del grupo de deportes escolares que está justamente del otro lado de la pantalla mientras se escriben estas líneas (¡viva el multitasking neoyorquino!). Otra agrega: “Es lo mismo para fotos en los medios sociales: aunque no tenga control sobre la edición, sonrío tranquila porque sé que gran parte de lo que salga en la imagen van a ser mis anteojos”. Mientras discutían quien llevaría cuál snack a la próxima competencia, ambas señoras lucían el modelo más típico de anteojo “chunky”. Son unos enormes de marco oscuro de acetato y ligeramente masculinos que puso de moda Jenna Lyons. La ex directora creativa de J.Crew, una cadena de ropa estilo preppy que se volvió un emblema norteamericano en los 90, ahora es estrella del reality Real Housewives of New York –el placer culposo de todo el mundo en la Gran Manzana– y desde allí incentivó la nueva vida a este tipo de accesorios. Pero ella misma confesó que los empezó a usar para disimular un pequeño problema genético en un ojo.

The New York Times, al analizar la tendencia, llamó a este truco “el factor Andy Warhol”. Explicó que el artista llevaba una peluca platino porque así la gente comentaba el color inusual del pelo en vez del hecho de que no fuera real.

El usar anteojos ultra grandes, por eso, también puede ser visto como una cierta rebeldía en las mujeres; un encarar de frente y de forma exagerada –pero también juguetona– las connotaciones negativas

“De manera similar, cuando usas gafas grandes con monturas pesadas, la gente tiende a centrarse más en el estilo que en el hecho de que tu vista se está desvaneciendo. Usar tales anteojos es llamar la atención sobre los anteojos en sí y sobre todos los estereotipos asociados con ellos, en lugar de la fragilidad implícita de la pérdida de visión y lo que la rodea”, sintetizó el matutino.

Porque si de estereotipos se trata, aunque en la escuela los anteojos suelen ser considerados de tragalibros y es tan común que los adolescentes se vuelquen a los lentes de contacto, hay estudios que muestran cómo en los ámbitos profesionales son considerados un símbolo de inteligencia y seriedad. El tema es que esto se aplica mucho más a los hombres que a las mujeres, donde los anteojos mantienen algo del estigma de falta de sensualidad.

Anteojos con marcos importantes y de colores: la nueva distinción

El usar anteojos ultra grandes, por eso, también puede ser visto como una cierta rebeldía en las mujeres; un encarar de frente y de forma exagerada –pero también juguetona– las connotaciones negativas. Pero claro que están justamente quienes consideran que al usar estos anteojos se evidencia demasiado esfuerzo en demostrar que se es cool, y eso es, automáticamente, uncool.

Por lo pronto Prada, Miu Miu y Kenzo, entre otros grandes, hicieron desfilar modelos con grandes anteojos de lectura. El debate de ideas y simbolismo podrá continuar, pero la pasarela, al menos para 2025, ya parece haber hablado.