El 9 de julio de 1975, hace casi 50 años, Rubén Omar Sánchez atajó su último partido con la camiseta de Boca. Tras disputar 332 encuentros y ganar tres títulos, el Loco, que también defendió los colores de la selección argentina, le puso fin a su etapa en el Xeneize en un empate 1-1 ante Guaraní Antonio Franco de Misiones. Desde entonces, el arco de Boca no fue un lugar para hombres de la casa. Hugo Gatti (1976-1988), Carlos Navarro Montoya (1988-1996), Óscar Córdoba (1997-2001), Roberto Abbondanzieri (2002-2006 y 2009-2010) y Agustín Orion (2011-2016) se repartieron el buzo durante más de tres décadas, y si bien todos dejaron una huella, todos llegaron de grandes y provenientes de otros clubes.
Agustín Marchesin se convertirá en estas horas en el séptimo refuerzo del Boca de Fernando Gago. El exGremio inició su carrera en Huracán de Tres Arroyos y luego pasó a Lanús, donde debutó oficialmente en 2009. De este modo, los cuatro arqueros del plantel de Boca para la temporada 2025/2026 serán Marchesin, Leandro Brey (surgido de la cantera de Los Andes), Sergio Romero (formado en Racing) y Javier García, que si bien hizo inferiores en Boca y atajó 35 partidos en su primer ciclo en el club, retornó al Xeneize en 2020 como alternativa de Esteban Andrada.
“En los últimos 50 años, la historia del arco de Boca se resume en cuatro o cinco apellidos. Eso quiere decir que muchos arqueros de inferiores no encontraron en lugar ni el espacio deseado y se vieron imposibilitados de consolidarse en Primera”, opina Navarro Montoya, quien arribó a Boca a mitad de 1988 tras jugar en Vélez (dos etapas) e Independiente Santa Fe de Bogotá.
“Cuando Boca encuentra un arquero fiable, un arquero que gana partidos y campeonatos, lo sostiene. Entonces, si bien puede haber excepciones, es muy difícil para los chicos poder ganarse un lugar”, agrega el Mono, quien jugó 400 partidos en el club y luego volvió como DT de la Quinta División y coordinador de las divisiones inferiores.
En las últimas décadas, muchos y muy buenos arqueros nacidos en Boca que encontraron continuidad en otras instituciones. El caso más conocido es el de Wilfredo Caballero, quien fue suplente de Córdoba y Abbondanzieri entre 2000 y 2004 y tras disputar 19 partidos en el club se consagró en España (Elche, Málaga) y la Premier League (Manchester City, Chelsea) y se adueñó del arco de la selección en la previa del Mundial de Rusia.
Cristian Muñoz, hoy entrenador de arqueros de la Primera, tuvo tres etapas en el club (1997-1999; 2000 y 2003-2004) y en ninguna de ellos logró quedarse con el puesto. Totalizó seis encuentros y mantuvo todas sus vallas invictas. Sin embargo, permaneció siempre a la sombra de los grandes hasta relanzar su carrera en Chile. La misma suerte corrió Federico Vilar, quien fue ocho veces al banco entre 1996 y 1997 y tras un paso por Almirante Brown desarrolló toda su carrera en el fútbol mexicano, hasta llegar a la selección argentina de la mano de Diego Maradona.
Si bien el arco de Boca es considerado uno de los más exigentes del mundo, lo cierto es que no fueron pocos los juveniles que tuvieron su chance bajo los tres palos del Xeneize, sobre todo desde la década del 90 en adelante, aunque ninguno logró asentarse: Héctor Larroque atajó un partido contra Banfield en 1996; Gustavo Eberto, campeón sudamericano Sub 20, estuvo en el 2-7 ante Rosario Central en 2003 y en un 2-2 frente a Almagro que fue suspendido por incidentes, para luego salir a préstamo a Talleres; Manuel Vicentini, hoy en Colón de Santa Fe, disputó cuatro encuentros como titular entre 2012 y 2013; Sebastián D’Angelo, actual arquero de Miami United, un equipo semiprofesional de Estados Unidos, tuvo cinco presentaciones entre 2012 y 2013; y Josué Ayala, 21 minutos ante Tigre, en el triangular final del Apertura 2008, y un partido completo con Colón en una derrota 3-0 por el Clausura 2010. Y a ellos se les suma Agustín Lastra, quien debutó en 2021 en medio del aislamiento obligatorio del plantel profesional y luego pasó por Aldosivi e Independiente Rivadavia.
Otros juveniles, en cambio, apenas si ocuparon un lugar entre los suplentes: Martín Herrera (27 veces al banco entre 1991 y 1995); Catriel Orcellet (cuatro partidos en 1999; Diego Pave (cinco encuentros entre 2005 y 2006); Maximiliano Scapparoni (dos en 2010); Bruno Galván (tres en 2015); Ramiro Martínez (siete juegos en 2016), Javier Bustillos (11 en 2018) y Manuel Roffo (cinco en 2020). Sebastián Díaz Robles, arquero campeón de la Libertadores y la Intercontinental Sub 20 (fue el héroe de la definición por penales), fue cinco partidos al banco entre 2021 y 2023 y actualmente es el quinto arquero del plantel detrás de Marchesin, Romero, Brey y García.
Desde 1990 en adelante, otros 18 arqueros foráneos desfilaron sistemáticamente por el arco de Boca. Desde Esteban Pogany y Arturo Yorno hasta Mauricio Caranta (campeón de la Libertadores 2007), Oscar Ustari, Esteban Andrada y los especialistas en penales Agustín Rossi y Chiquito Romero, responsables de las últimas grandes alegrías del conjunto de la Ribera. ¿El resto? Aldo Bobadilla, Cristian Lucchetti, Sebastián Sosa, Emanuel Trípodi, Guillermo Sara, Axel Werner, Marcos Díaz, Brey y, próximamente, Marchesin. El último de una larga lista de arqueros que no siempre estuvieron a la altura.