En respuesta a las críticas de funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional, legisladores, ideólogos libertarios, simpatizantes de las “fuerzas del cielo” y un sector de la prensa a algunos títulos de ficción y no ficción del programa de lecturas para estudiantes de escuela media Identidades Bonaerenses, de la provincia de Buenos Aires, decenas de escritores convocan a una lectura pública de los libros “degradantes e inmorales”, según calificó la vicepresidenta Victoria Villarruel. La lectura se hará el próximo sábado, a las 10, en el Teatro Picadero (pasaje Enrique Santos Discépolo 1857), emblemática sala donde se hicieron funciones del ciclo Teatro Abierto y que sufrió un atentado en 1981, durante la dictadura militar.
Llamativamente, todos los libros considerados “pornográficos” u “obscenos” son de escritoras: las novelas Cometierra, Las aventuras de la China Iron, Piedra, papel o tijera y Las primas, de Dolores Reyes, Gabriela Cabezón Cámara, Inés Garland y Aurora Venturini (1922-2015), respectivamente, y Si no fueras tan niña. Memorias de la violencia, testimonio de Sol Fantin, que días atrás publicó en su cuenta de Instagram una carta pública a las familias, como “un aporte al debate sobre los materiales literarios distribuidos en escuelas medias”.
“Si no fueras tan niña es un ensayo en el cual relaté mi adolescencia desde la experiencia que la atravesó: el abuso (sexual) que sufrí por parte de un profesor de una institución pseudo-religiosa, donde estudiaba filosofías de Oriente y Occidente y practicaba meditación -explica la autora-. El proceso abusivo comenzó cuando yo tenía trece años y se prolongó hasta mis veintiuno. Fue muy difícil para mí relatar lo vivido de manera que respetara a esa niña y adolescente que fui, que en su momento fue avasallada por completo. No hablar de lo que había vivido fue la estrategia que me permitió sobrevivir veinte años, pero cuando tuve las fuerzas suficientes comprendí que guardar silencio era continuar preservando a mi agresor, que ahora se permitía poner likes en mis publicaciones de redes sociales y continuaba en contacto con jóvenes, como si nada. Él se había amparado en la certeza perversa de que la humillación y la vergüenza me impedirían denunciarlo, porque para ello tendría que contar lo sucedido. Decidí romper esa complicidad con él”.
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“La literatura, como el arte en general, no presenta modelos a imitar ni tampoco es mero entretenimiento -prosigue la carta de Fantin-. Ofrece la oportunidad de conocer situaciones, lenguajes, valores, mundos diversos, a veces extracotidianos, que, bajo el régimen de la ficción, nos ayudan a formar nuestro propio pensamiento, a complejizar nuestros puntos de vista, a ponernos en el lugar de los otros, a imaginar alternativas, a enriquecer nuestra subjetividad. Sobre todo, nos ofrece la posibilidad de poner palabras a cosas que suceden y nos atraviesan y que, muchas veces, son difíciles de nombrar y por eso mismo, de manejar y de evaluar con un criterio propio”. La autora señala que su libro es objeto de un “encarnizamiento mediático”. “Un libro como el mío, que alerta a los más jóvenes de los peligros del consumo problemático de alcohol y drogas, de la pérdida de lazo social con sus pares y de cualquier forma de fanatismo -observa-. Un libro como el mío, dirigido a que cualquier adolescente se anime a pedir ayuda. Un libro que viene a dejar en claro esto que dice tan bien la poeta Audrey Lorde: ‘El silencio no nos protegerá’. Jamás”.
El intelectual libertario Agustín Laje sostuvo que libros como el de Fantin fomentaban la pedofilia; Villarruel, que “la exaltaban”.
Nunca es buen día para leer libros que exaltan la pedofilia y sexualizan a los niños, Kicillof!!
El libro que tenés en la mesa titulado “Si no fueras tan niña” es la historia de una niña de 14 años abusada por un adulto de 30, en serio usás esa tragedia para meterle mierda en la… https://t.co/Z7CTBa1U4P— Victoria Villarruel (@VickyVillarruel) November 17, 2024
Por la divulgación de los textos cuestionados por un sector de la población, el director de Educación y Cultura de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, fue denunciado por ”abuso de autoridad y corrupción de menores” por la Fundación Dr. Natalio Morelli (en la misión de “salvaguardar el bienestar de los niños, niñas y adolescentes”) y ayer, el gobernador Axel Kicillof, posteó en sus redes sociales una foto donde se lo ve leyendo Cometierra; sobre la mesa, se ven los otros libros denunciados. “Qué mejor que un domingo de lluvia para leer buena literatura argentina. Sin censura”, escribió.
De la lectura colectiva del sábado participarán 84 escritores, periodistas y editores, entre otros, Carlos Gamerro, Liliana Heer, Alejandra Kamiya, Enzo Maqueira, Luisa Valenzuela, Jorge Consiglio, Ana Ojeda, Juan Boido, Facundo Pastor, María O’Donnell, Guillermo Martínez, Sonia Budassi, Paula Vázquez, Hinde Pomeraniec, Leo Oyola, María Inés Krimer, Kike Ferrari, Fabián Casas, Cristian Alarcón, Marina Abiuso, Tamara Tenenbaum y Gonzalo Heredia, además de Reyes, Cabezón Cámara, Garland y Fantin.
La convocatoria, además, recibió un amplio respaldo de escritores, editores y lectores en el país y en el exterior. Autoras como Mariana Enriquez, María Teresa Andruetto y Camila Sosa Villada, la nicaragüense Gioconda Belli, las españolas Irene Vallejo, Rosa Montero, María Dueñas, Aria Moreno, Isabel Mellado y Carme Riera, las mexicanas Brenda Navarro, Daniela Tarazona y Jazmina Barrera, las chilenas Nona Fernández Alia Trabucco Zerán, la ecuatoriana Mónica Ojeda y la peruana Gabriela Weiner firmaron el documento “En defensa de los libros”, al igual que el peruano Renato Cisneros, el chileno Alejandro Zambra, el español Paco Taibo, el colombiano Héctor Abad Faciolince, el mexicano Juan Villoro y el Premio Cervantes 2018, el nicaragüense Sergio Ramírez. Argentinos residentes en el extranjero como Martín Caparrós, Samanta Schweblin, Andrés Neuman y Fernanda García Lao también adhirieron al acto.
“Las escritoras y los escritores no somos rehenes de ningún régimen ni de ninguna campaña electoralista -concluye el documento-. No se pueden permitir ni la ridícula ofensiva oscurantista ni la violenta personalización sobre ninguna escritora o escritor para contiendas que no tienen nada que ver con las razones y los objetivos de nuestro trabajo. Lectores y lectoras, escritoras y escritores; libros, fuera de toda disputa coyuntural y todo oscurantismo”.
Los casos de pedofilia no les interesan, pero le están diciendo "pedófilo" a todo aquel que cuestiona la censura de la literatura en el secundario (secundario: no son niños). Esa violencia no es menor.
— Alexandra Kohan (@alexkohan) November 18, 2024
“Estamos armando el acto con mucha energía -dice Claudia Piñeiro a LA NACION-. Tuvo mucha repercusión y hubo que cerrar la lista porque cubrimos la capacidad del teatro en pocas horas; muchas personas vendrán a escuchar la lectura. Se habla sin haber leído los libros; la mayoría de la gente conoce los dos o tres renglones para que te impresiones, pero cuando se leen los libros se advierte que se trata de otra cosa. Si se leyeran los libros, podríamos tener otro debate. Eso es lo que no están haciendo los que atacan”.
Este perverso se divierte enviando libros pornográficos a las escuelas. Hasta que no entendamos que estos zurdos hijos de puta son enfermos mentales cuyo propósito es destruir todo, absolutamente todo, incluyendo la cabeza de un niño, no entenderemos nada. https://t.co/ngjiMr8tPa
— Agustín Laje (@AgustinLaje) November 17, 2024
Para Martín Kohan, los que objetan las lecturas del programa Identidades Bonaerenses confunden sexo con pornografía. “Y escenas sexuales con novelas pornográficas -acota-. Por otro lado, mienten: no se da a leer esos textos a los niños, que están por caso legalmente habilitados a ver películas en las que tales palabras se pronuncian. Razonablemente, un docente puede suponer que las conocen y no les está revelando nada. Problema de base: no leyeron los libros. Así de simple: no los leyeron. Están discutiendo libros que no han leído. Miguel Paulino Tato al menos veía las películas que quería prohibir. Estos son toscos hasta como censores”.
“¿Para qué sirve restringir lecturas en nombre de una educación laica responsable cuando se sabe que la pornografía cruda que consumen los alumnos de primaria y secundaria circula sin restricciones por las plataformas más populares?, ¿por qué no permitirles acceder a textos literarios con los que puedan contrastar estas experiencias y darles recursos para discernir las diferencias? -se pregunta la editora y escritora Paula Pérez Alonso-. El argumento de la moral es un desatino, no es una categoría con la que pueda apreciarse el arte en ninguna de sus manifestaciones. Lo dijo Benedetto Croce en el siglo XIII. El arte no se dirige. Y muestra una contradicción flagrante con los principios que dice defender un gobierno conformado en su mayoría por un partido que se autodenomina La Libertad Avanza, que proclama a la libertad como una de sus principales banderas; sin embargo, la libertad retrocede con cada una de estas acciones dirigidas a coartar la expresión. Dolores Reyes, Gabriela Cabezón Cámara, Aurora Venturini, Inés Garland son escritoras de textos con una voz propia notable y de enorme vitalidad. Nada puede justificar esta acción autoritaria demencial”.
aprovecho la fama que volvió a tener cometierra para compartir la ilustración que hice cuando lo leí y que en su momento dolores reyes compartió <3 pic.twitter.com/NcomghEQ0Z
— umi (@souvlakl) November 17, 2024
Para Pérez Alonso, no es casual que se ataquen libros de escritoras. “Creo que buscan mantener vivas las discrepancias, la grieta, la reacción conservadora: el colectivo de #NiUnaMenos, los feminismos y la marea verde a partir de 2015 fue disruptivo y poderoso y se politizó, se lo asoció con el kirchnerismo -sostiene-. Impresiona la persistencia, todavía hoy, de la imaginería medieval que tenía a las mujeres como las culpables de la tentación, de lo depravado, de la lascivia. De todos modos, aunque tal vez estemos contestando a una provocación, es indispensable hacer público el repudio a este estado de cosas con una lectura pública, para que, además, los textos circulen, porque defendemos un mundo más amplio, menos ignorante, más habitable”.
Consulta:
¿Es bueno o malo que un libro como "COMETIERRA", de Dolores Reyes… forme parte del plan de lecturas para estudiantes del nivel medio?
Algunos dicen que es "degradante" y otros que debería leerse "sin censura".
¿Qué opinan? pic.twitter.com/9Cbk2rnpr2
— LOS MEJORES LIBROS (@Bibliomaniatico) November 18, 2024
En redes sociales, sigue el debate sobre algunos de los libros incluidos en el plan de lecturas bonaerense.