No hace falta ser Indiana Jones para adentrarse en los peligros de la selva, descubrir reinos antiguos y ciudades perdidas. Prueba de ello son los fascinantes recorridos en trenes de lujo que ofrece Perú: tres rutas ferroviarias inmersas en la cultura andina, que recorren el majestuoso paisaje de los Andes peruanos con un servicio para disfrutar de todas las comodidades a bordo.
Uno de ellos es el Andean Explorer, un ferrocarril cinco estrellas que viaja a más de 4000 metros de altura a través de una de las vías férreas más altas del mundo. La travesía de tres días y dos noches comienza en Cuzco, la antigua Capital del Imperio Inca, y atraviesa las elevadas llanuras andinas, un escenario natural que se extiende hasta el lago Titicaca, en Puno, el lago navegable más alto del mundo, y llega hasta la ciudad de Arequipa, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el medio, se hacen diferentes paradas intermedias para que los viajeros puedan interactuar con las comunidades locales y disfrutar de diferentes vistas en puntos panorámicos.
Considerado como el primer tren nocturno de lujo de América del Sur, el Andean Explorer serpentea a través de la Cordillera de los Andes con un servicio diseñado para un “aventurero del confort”, dispuesto a lidiar con los peligros de la selva desde el interior de sus vagones de diseño inspirado en los tejidos artesanales del Perú.
Las cabinas ofrecen baño privado con ducha, aire acondicionado/calefacción; asistencia médica y la opción de instalar un sistema de oxígeno para facilitar la aclimatación. Además del servicio gastronómico de dos coches comedor, con una carta inspirada en sabores típicos del altiplano.
Entre las diferentes paradas, se destacan las islas flotantes de los uros, sobre el lago Titicaca: un conjunto de superficies artificiales de totora, la planta acuática que crece en la superficie del lago, a una altitud aproximada de 3810 metros sobre el nivel del mar.
Las mejores prácticas fitness para una buena salud mental
El recorrido continúa con una nueva parada para ver el amanecer sobre la laguna Lagunillas, y otra en las cuevas de Sumbay, a una altura aproximada de 4127 sobre el nivel del mar, con más de 500 pinturas rupestres de entre 6 mil y ocho mil años de antigüedad que representan figuras humanas y animales. Al final del camino se llega a Arequipa, la segunda ciudad más poblada de Perú. También conocida como la ciudad blanca por sus extraordinarias construcciones hechas a base de sillar, una piedra de origen volcánico, en el año 2000 la Unesco reconoció las 332 hectáreas de su casco histórico como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Se destaca su arquitectura religiosa virreinal y republicana, producto de mezcla de características españolas y autóctonas, que dieron lugar a una escuela estilística arquitectónica propia denominada “Escuela Arequipeña” cuya influencia irradió hasta Potosí.
A Machu Picchu, el sitio arqueológico por excelencia de la cultura inca ubicado en la provincia de Urubamba, a 2453 metros sobre el nivel del mar se llega en tren.
La ciudadela, edificada en el siglo XV por el inca Pachacuteq, abandonado en los primeros años de colonia española y redescubierto en 1911 por el explorador estadounidense Hiram Bingham, además de los servicios clásicos también se descubre en dos trenes premium.
El primero de ellos es el Belmond Hiram Bingham, un tren cinco estrellas que desde 2003 realiza viajes de Cuzco hasta la entrada a Machu Picchu, abriéndose camino en la región montañosa y el Valle Sagrado de los Incas, pasando por Ollantaytambo, en la región andina, y luego avanzando sobre el valle del Urubamba, en plena selva tropical.
Decorado al estilo de la década 1920, el tren cuenta con dos vagones restaurantes, un vagón bar y otro abierto para observación, mientras recorre increíbles paisajes. Como dato curioso, el chasis fue construido en Sudáfrica y los vagones fueron decorados por la compañía francesa Compagnie Des Internationales Wagons-Lits.
Después de recorrer las majestuosas ruinas de la mano de un guía profesional, los viajeros son invitados a dirigirse al Sanctuary Lodge, en el hotel Belmond, para disfrutar de un cocktail de bienvenida en las montañas, antes de emprender el viaje de regreso con una animada fiesta a bordo.
Otra opción para viajar en tren de lujo a Machu Picchu es The Private, de Inca Rail, el servicio ferroviario privado que traslada a la ciudadela histórica de los incas, con bellas vistas del Valle Sagrado. El servicio exclusivo cuenta con vagón lounge bar, balcón al aire libre, un menú gourmet de tres pasos, maridaje de bebidas y entretenimiento en vivo a bordo.