Militares israelíes han irrumpido este viernes por la mañana en el hospital Kamal Adwan de la Franja de Gaza, situado en la zona norte del enclave palestino, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que ya no tiene ningún contacto con el interior de las instalaciones.

El asalto comenzó el jueves por la noche, primero con ataques aéreos que impactaron sobre el hospital y sus aledaños, según fuentes locales citadas por la agencia de noticias WAFA. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían rodeado previamente el centro, bloqueando incluso la entrada de suministros.

«No entendemos cómo el mundo puede quedarse parado ante el genocidio más atroz y la operación sistemática para destruir el sistema sanitario y matar y detener a pacientes y personal médico, sin hacer nada», ha lamentado el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por la milicia Hamás, en un comunicado.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha considerado «muy preocupantes» las informaciones relativas al asalto y ha confirmado que su agencia ya no tiene contacto con los trabajadores. Antes de la entrada militar, habían sido evacuados unos 50 pacientes y empleados, pero el hospital alberga a unos 200 enfermos y a «cientos» de desplazados.

«Acceder a los hospitales en Gaza cada vez es más duro y expone al personal a peligros innecesarios», ha lamentado Tedros, en un mensaje publivcado en redes sociales y en el que ha vuelto a reclamar «un fuego inmediato». «Todo el mundo en Gaza necesita paz», ha remachado.