El método pilates, una de las prácticas de acondicionamiento físico más populares en el mundo, tiene sus raíces en un contexto inesperado: la observación de los movimientos de los gatos.
Según informó la revista Unam Global, Joseph Pilates, de ascendencia alemana, fue el creador de esta disciplina y se inspiró en la elasticidad y vitalidad de estos animales para desarrollar un sistema de ejercicios que revolucionaría el entrenamiento físico.
Este enfoque innovador surgió durante su tiempo como prisionero de guerra en la Primera Guerra Mundial, cuando reflexionó sobre cómo los humanos podrían replicar los movimientos de los felinos para mejorar su bienestar físico pero la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) menciona otras razones por las que resulta ser una actividad beneficiosa en cualquier etapa de la vida.
Pilates, disciplina y medicina integrativa
De acuerdo con Unam Global, el pilates también se considera una herramienta de medicina integrativa debido a que contribuye al bienestar general. Esta práctica que combina movimientos controlados con una respiración adecuada, ha demostrado ser especialmente útil para personas con lesiones, limitaciones de movimiento o condiciones relacionadas con la edad.
Según explicó Sofía del Carmen Sánchez, profesora de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, el pilates no requiere de un esfuerzo físico excesivo, lo que lo convierte en una actividad accesible para todo el público. Además, destacó que esta disciplina fomenta la conexión entre cuerpo y mente, ayudando a mejorar tanto la salud física como el equilibrio emocional.
Entre los principales beneficios del pilates, Unam Global subrayó su capacidad para fortalecer músculos que incluyen el abdomen, la espalda baja, la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna. Este fortalecimiento contribuye a corregir la postura y prevenir problemas musculoesqueléticos así como mejorar la flexibilidad articular, el equilibrio y la coordinación al tiempo que reduce el estrés.
En el caso de las mujeres en etapas de premenopausia o menopausia, “el pilates puede aliviar dolores de espalda y disminuir la propensión a estados depresivos”, según detalló la profesora Sánchez. También mencionó que la constancia es clave para obtener resultados significativos, pues los efectos positivos comienzan a notarse a partir de la décima sesión y se vuelven más evidentes después de la vigésima.
Para maximizar los beneficios y evitar lesiones, se recomienda practicarlo bajo la supervisión de un instructor capacitado, e idealmente debería practicarse tres veces por semana. Aunque no existen restricciones de edad para iniciarse en esta disciplina, es fundamental seguir los principios básicos del pilates: concentración, control, fluidez, precisión y una respiración adecuada.
En cuanto a los materiales necesarios, Unam Global señaló que un tapete es esencial para evitar molestias o lesiones durante los ejercicios, así como usar ropa cómoda y, en algunos casos, calcetines antiderrapantes para mayor seguridad, aunque muchas personas prefieren practicar descalzas.
Otros accesorios como pelotas y bandas elásticas pueden ser útiles, pero no son indispensables para iniciarse en esta actividad. La profesora Sánchez destacó que el pilates, junto con el yoga, forma parte de las disciplinas que pueden complementar el tratamiento de ciertas enfermedades y, en algunos casos, reducir el consumo de medicamentos.
Con este enfoque integrativo se refuerza la idea de que el pilates no es solo una actividad física, sino también una herramienta para mejorar la calidad de vida de quienes lo practican.
Para quienes no tienen acceso a un gimnasio o prefieren practicar desde casa, Deporte UNAM ofrece una serie de videos con instructores que guían en la correcta ejecución de los ejercicios. Esta iniciativa busca garantizar que las personas puedan realizar los movimientos de manera segura y efectiva, evitando posibles lesiones.
El origen de una disciplina
De acuerdo con la información proporcionada, Pilates comenzó a experimentar con diferentes movimientos y técnicas, lo que lo llevó a desarrollar un sistema que se conoce como contrología.
Este método se basa en el control total del cuerpo a través de la mente y buscaba tanto estirar como fortalecer los músculos de manera equilibrada. Durante su reclusión, Pilates diseñó un aparato rudimentario que más tarde evolucionaría en el conocido Cadillac, que es un equipo que aún se utiliza en la práctica moderna de pilates.
Este dispositivo, similar a una cama de hospital con pilares y poleas, permitió a las personas ejercitarse incluso en condiciones limitadas de movilidad. La instructora Gema Oseguera Osegure, del Deporte Multidisciplinario de la UNAM, explicó que “Pilates, con la ayuda de su hermano, perfeccionó estos equipos y desarrolló una serie de 34 ejercicios básicos”.
También mencionó que estos movimientos originales “podrían adaptarse a las necesidades y capacidades físicas de cada individuo, lo que hizo que el método fuera accesible para una amplia variedad de personas”. Según lo que detalló Unam Global, esta versatilidad fue clave para el éxito y la expansión de la contrología.
Además, menciona que tras su liberación, Pilates llevó su método a Estados Unidos, donde rápidamente ganó adeptos. Su enfoque innovador atrajo a personas que tenían interés en mejorar su salud física y mental, consolidando su reputación como un pionero en el ámbito del acondicionamiento físico.
A su muerte, sus seguidores continuaron practicando y adaptando la contrología, ampliando el repertorio de ejercicios más allá de los 34 movimientos originales. Este proceso de evolución y adaptación permitió que el método se mantuviera relevante y atractivo para nuevas generaciones.
Hoy en día, el pilates es reconocido como una de las disciplinas de entrenamiento más practicadas a nivel mundial. Su enfoque en la conexión entre cuerpo y mente, así como su capacidad para mejorar la flexibilidad, la fuerza y la postura, lo han convertido en una opción popular tanto para atletas como para personas que buscan un estilo de vida más saludable.