Bajo la apariencia de una reconciliación familiar y con instrucciones directas de su padre desde prisión, Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, elaboró una trampa para atrapar a Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes más longevos y evasivos del Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con un reportaje del periodista Luis Chaparro, publicado en la revista Proceso, el plan fue cuidadosamente diseñado desde la celda de “El Chapo”, quien cumple cadena perpetua en Estados Unidos. El oriundo de Badiraguato buscaba entregar a Zambada a las autoridades estadounidenses a cambio de beneficios legales para la familia Guzmán, especialmente para Ovidio Guzmán López, detenido y extraditado a Estados Unidos en 2023.
Según lo narrado por Luis Chaparro, la estrategia comenzó hace aproximadamente un año, cuando ‘El Chapo’ envió una carta a su hijo Joaquín Guzmán López. En ella, le instruía sobre los pasos a seguir para tender la trampa a “El Mayo” Zambada, un antiguo aliado.
“El Chapo” sabía que “El Mayo” representaba un activo valioso, y su captura podría significar una oportunidad para negociar con las autoridades. Por ello, en su carta, Guzmán Loera fue explícito: “Tú ya sabes quiénes son los objetivos. Ya sabes qué hay que hacer”.
Guzmán López debía acercarse a su padrino, “El Mayo”, con la apariencia de una reconciliación familiar y, al mismo tiempo, colaborar con agentes estadounidenses proporcionando información clave sobre los movimientos de Zambada.
La falsa reconciliación
Desde hace décadas, las familias Guzmán y Zambada habían mantenido una relación de respeto y colaboración dentro del Cártel de Sinaloa. Este vínculo se reforzó cuando Ismael “El Mayo” Zambada se convirtió en padrino de Joaquín Guzmán López.
Esta relación fue fundamental para el cártel, pues les permitió coordinar sus actividades y mantener una estructura de poder estable a pesar de la constante presión de las autoridades y las disputas con otros cárteles. Durante años, la colaboración entre las familias se mantuvo firme, pero esa aparente solidez comenzó a fracturarse con el tiempo, sobre todo tras la caída de El Chapo Guzmán.
La muerte de Mauricio Gastélum a finales de 2020, quien había sido un vínculo importante entre las dos familias, marcó el inicio del mayor distanciamiento. Según fuentes consultadas por el medio antes citado, tras esta pérdida, la comunicación entre las familias se redujo drásticamente. Además, surgieron tensiones debido a que “Los Chapitos” comenzaron a tener conflictos con allegados al Mayo.
Durante ese período, Ismael Zambada Sicairos, conocido como Mayito Flaco e hijo del Mayo, insistió en tomar represalias contra “Los Chapitos” por lo que percibía como ataques y amenazas hacia su gente. Sin embargo, el propio Mayo le impidió actuar. Este desacuerdo generó roces entre padre e hijo.
“El Mayito Flaco quería irse contra los Chapitos porque no nos habían empezado a levantar gente, pero el Mayo no lo dejaba, le decía que no era buena idea y hasta se enojó fuerte con él”, dijo la fuente cercana a los Zambada al periodista Luis Chaparro.
Tras años de distanciamiento, Joaquín Guzmán López se acercó de nuevo al Mayo este año, bajo la apariencia de querer “arreglar las cosas” y restaurar la alianza entre ambas familias. Según fuentes cercanas, Guzmán López demostró una actitud conciliadora, insistiendo en que la familia Guzmán deseaba retomar la relación y olvidar las tensiones del pasado.
Siguiendo las órdenes de su padre, Joaquín Guzmán López empezó a acercarse a Zambada bajo el pretexto de limar asperezas. El esfuerzo alcanzó su punto máximo el 25 de julio de 2024, cuando lo convocó a la reunión en Huertos del Pedregal.
Aunque integrantes de los Zambada recomendaron al veterano capo que no asistiera, éste dijo que Héctor Melesio Cuén era su compadre y tenía que resolver el supuesto conflicto que tenía con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
A pesar de que El Mayo se llevó a varios de sus escoltas, sólo dos entraron a la reunión, confiado de que cerca de este punto el cofundador del Cártel de Sinaloa también tenía propiedades. Sin embargo, ese día el ahijado finalmente logró secuestrar a su padrino y llevarlo con él a Estados Unidos.
Según se relata en el personaje, semanas después El Mayo se comunicó con su familia y les confesó: “Ya estoy aquí… por pendejo”.
El Chapo ya había sugerido a sus hijos pactar con EEUU
En 2013, durante una reunión en un rancho de Eldorado, Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán propuso a sus hijos, Los Chapitos, y a Dámaso López Serrano, conocido como El Mini Lic, entregarse a las autoridades de Estados Unidos.
Fue el propio Mini Lic quien hizo esta revelación en una entrevista con el semanario Proceso en octubre de 2023. Un año después de esta revelación, Joaquín Guzmán López se encuentra detenido en Estados Unidos, tras seguir el consejo de su padre.
El Mini Lic, quien se entregó voluntariamente al gobierno estadounidense en 2017 después de un conflicto violento con Los Chapitos compartió detalles de esa ocasión en la que el narco mexicano sugirió a sus hijos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, Joaquín y Ovidio Guzmán, así como a él mismo, que consideraran cambiar de vida y entregarse, dado que ya contaban con suficiente dinero.
“Saben qué, ¿por qué no se entregan? Ya tienen dinero. Creo que ya estaría mejor que cambiaran de vida ya, ¿por qué no se van a Estados Unidos?”, habría dicho El Chapo Guzmán, según El Mini Lic tras abordar el tema de la entrega de Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, hijo de El Mayo Zambada.
Según El Mini Lic, su padrino habría dicho que él y su papá, Dámaso López Núñez, El Licenciado, podrían encargarse de todo: “Les pasamos información, nos deshacemos de enemigos y ustedes vienen. Nadie va a decir ni hacer nada. Aquí nosotros vamos a ser los buenos, no se preocupen. Vienen cuando quieran de vacaciones y viven allá con su familia, todo bien”, sugirió el entonces líder del Cártel de Sinaloa, esbozando una fantasía de seguridad y tranquilidad en un nuevo hogar.
Sin embargo, la fantasía de un nuevo comienzo y una vida tranquila en Estados Unidos pronto se desvaneció. La captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán en enero de 2016 marcó un punto de inflexión en el Cártel de Sinaloa.
La violencia se intensificó, y la lucha por el control del cártel se volvió más brutal, generando un ambiente de desconfianza y traición entre sus miembros. La familia de los Dámaso López y Los Chapitos se encontraron en medio de un conflicto interno que los llevó a cuestionar su lealtad al cártel. Según El Mini Lic, fue su padre quien finalmente le dio la orden de entregarse a EEUU por el miedo de que lo asesinaran.
Los Chapitos vencieron y lograron consolidar en los años siguientes su poder para aumentar su influencia en el imperio heredado por su padre. Durante un tiempo, parecieron estar bien posicionados, expandiendo sus redes y fortaleciendo su presencia en el mercado. Sin embargo, esta aparente “felicidad” se vio abruptamente interrumpida con la captura de Ovidio Guzmán. Esta situación llevó a Joaquín Guzmán López a “ofrecerse en sacrificio” y entonces puso en marcha el plan contra El Mayo y se entregó a las autoridades de EEUU.
De acuerdo con la periodista Anabel Hernández en su podcast Narcosistema, Joaquín Guzmán López era el integrante de Los Chapitos que menos estaba interesado en el negocio del cártel, por lo que hace tiempo ya pensaba su entrega, incentivado también por su esposa, quien aparentemente vive ajena al mundo del narco. De todos Los Chapitos, es el que menos cargos tiene pues se le acusa en el Distrito de Columbia de traficar múltiples cargamentos de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana desde México hacia Estados Unidos. Asimismo, se le señala de haber organizado la recolección de ingresos ilícitos para blanquearlos y enviarlos de regreso a México.