La Argentina concluyó su participación en la zona de grupos del Sudamericano Sub 20 de Venezuela con un 0-0 ante Ecuador que le impidió clasificarse en primer lugar y bañó nuevamente de realidad las aspiraciones de un equipo que había comenzado el torneo con una histórica goleada sobre Brasil. Si bien fue más que el Tri y hasta falló un penal en los minutos finales, la formación alternativa que Placente ubicó en la cancha no pasó del empate ante un rival ya eliminado y precisó del aporte de los titulares para romper la monotonía en el juego y crear las situaciones más claras. En definitiva: la selección fue de mayor a menor a lo largo del certamen y este martes se enfrentará a Chile por la primera fecha del hexagonal final, que reparte cuatro plazas para el Mundial de la categoría.
Argentina, que había liderado las posiciones desde su estreno en la competencia, terminó segunda en el Grupo B (la superó Colombia, que venció 1-0 a Brasil) y deberá recuperar el juego, la chispa y la voracidad mostrada en aquel arranque demoledor con la Canarinha. El empate con Ecuador dejó sensaciones encontradas más allá del resultado. Porque si bien Argentina dominó las acciones y remató nueve veces al arco de Ecuador, no tuvo la constancia y la frescura de partidos anteriores.
Liderada por Franco Mastantuono, la selección buscó imponerse desde el comienzo mediante disparos de media distancia. Fue el propio volante de River quien protagonizó las posibilidades más claras. Parado de volante central, el mediocampista que busca ganarse un lugar en el River de Marcelo Gallardo fue el más revulsivo de una Argentina que tuvo mucho la pelota pero no generó ese toqueteo furioso en velocidad para quebrar a un rival que se fue cerrando a medida que los minutos pasaban. Dueño de todas los balones parados, Mastantuono reventó el travesaño con un tiro libre de media distancia (Maher Carrizo no pudo definir en el rebote) y otro disparo desde la medialuna que fue bien controlado por el arquero Dick.
Argentina fue más en los primeros 45, pero no tuvo cambio de ritmo. Parada con el sistema 5-3-2 (¿una prueba para lo que viene?), faltó quien conduzca los ataques y sin una referencia clara de área (Hidalgo fue falso 9) las trepadas de los laterales carecieron de sentido. Entonces, la mayoría de las posibilidades provinieron de intentos desde afuera del área o acciones de pelota parada. Como el tiro de esquina de Mastantuono que encontró a Tobías Ramírez en el área y que casi termina en gol en medio de una increíble desinteligencia en el fondo ecuatoriano.
Argentina extrañaba el fútbol de Echeverri y Placente lo mandó a la cancha promediando la segunda mitad, en el mejor momento de Ecuador. Porque si bien el Tri no jugaba por nada, tampoco se conformó con el empate. Y en un aluvión de diez minutos tuvo tres posibilidades nítidas para despedirse del torneo a lo grande. Allen Obando, delantero de 1,87 metro que acaba de ser vendido de Barcelona a San Luis de México en más de tres millones de dólares, hizo revolcar dos veces a Jeremías Martinet, primero con un testazo que rozó el palo derecho y luego con un remate bajo que salió muy cerca del izquierdo. Luego, el arquero argentino le ganó el duelo a Keny Arroyo y mantuvo el cero en el arco de la selección como en cuatro de los cincos partidos en el certamen.
La entrada de Echeverri le dio otra dinámica al ataque de la selección y el ingreso de Agustín Ruberto, mayor presencia en la zona de definición. Pero fue justamente el delantero de River quien falló el penal en el cierre que pudo haber significado la victoria: alto, cruzado y directo al travesaño.
Desde el 6-0 ante Brasil, todo fue cuesta arriba para el equipo de Diego Placente: empató 1-1 con Colombia, venció con lo justo a Bolivia (1-0) tras pasarla mal durante varios pasajes del juego e igualó 0-0 con suplentes ante una Ecuador prolija pero sin figuras de renombre. El calor, es cierto, pudo haber incidido en el juego. La sensación térmica en Barquisimeto superó los 34º y fueron varios los jugadores argentinos que mostraron signos de cansancio, mientras que los ecuatorianos parecieron adaptarse mejor a las condiciones climáticas.
Con el diario del domingo, tal vez hubiera convenido incluir algunos titulares para llegar con otro semblante al comienzo del hexagonal final. De todas maneras, el Sudamericano no pareciera tener grandes cucos. Y Argentina, única invicta del torneo junto a Colombia, tiene motivos de sobra para esperanzarse con el título.